HABÍA SIDO SOBRESEÍDA Murió Mónica Mego, víctima del sistema penal
La mujer trans había sido detenida y quedó parapléjica porque le negaron atención médica durante los primeros seis meses de su encierro. Por el grave deterioro de su salud y por las secuelas irreversibles que esto le dejó había quedado sobreseída a fin del año pasado. Su cuadro nunca se mejoró del todo y, a pesar de los esfuerzos para que reciba un tratamiento integral, Mónica Mego murió ayer a los 36 años.
ANDAR en La Plata
(Agencia Andar) A Mónica Mego la detuvieron hace cuatro años. Estuvo en alcaidías y unidades penales de la provincia de buenos Aires donde le negaron asistencia médica durante los primeros seis meses de encierro. Al caer detenida ella ya presentaba un cuadro clínico complejo que empeoró tanto por la desatención de su cuadro como por la mala o tardía atención que le siguió. Las consecuencias fueron gravísimas: perdió el control de esfínteres, la movilidad de los miembros inferiores y padeció otros daños corporales.
Bajo custodia del Estado, Mónica sufrió un daño irreversible. Desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) se realizaron presentaciones por su situación ante la justicia, otras dependencias del estado e incluso ante la CIDH y se articuló con su defensa y otras organizaciones. El objetivo era lograr su excarcelación y garantizar un tratamiento integral de su salud.
En diciembre del año pasado, casi un año y medio después de que sus defensores lo solicitaran, Mónica fue sobreseída. Se aplicaron la doctrina y jurisprudencia de la “pena natural” entendiendo que los padecimientos que sufrió la mujer permitían prescindir de la pena que se le pudiera imponer.
Sin embargo, como muchas otras personas trans, Mónica murió antes de cumplir 40 años. Es el promedio de vida de una persona trans en América Latina y el Caribe a diferencia de la expectativa de vida general de la región que es de 75 años.