AUDIENCIA 48 DEL JUICIO POZO DE BANFIELD, POZO DE QUILMES Y EL INFIERNO DE AVELLANEDA «Quédate en la pieza y cuando entren rezá»
En la cuadragésima octava jornada del Juicio a las Brigadas prestaron declaración testimonial Juan Manuel Borzi y Luis Alejandro Borzi, hijos del desaparecido Oscar Isidro Borzi.
ANDAR en la justicia
(Diario del juicio) Los rostros comienzan a aparecer lentamente en la cuadrícula. El Juez del Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata Ricardo Basílico aguarda la asistencia de todas las partes: jueces, fiscales, querellas y defensas. Una vez constatada la presencia da comienzo a una nueva jornada de debate oral y público.
La audiencia comienza con problemas técnicos propios de la virtualidad. El secretario Julio César Díaz asiste al primer testimoniante, Juan Manuel Borzi, dándole instrucciones para poder conectar el audio y dar comienzo a una nueva jornada.
Una vez resuelto el inconveniente Basílico comienza la lectura de la causa y los imputados en la misma. Al finalizar cede la palabra al abogado querellante Pablo Llonto para que realice el interrogatorio pertinente.
Ante la primera pregunta de Llonto el testigo se quiebra. Comienza relatando el infierno que vive junto a su familia la noche en la que las fuerzas armadas ingresan a su domicilio.
La madrugada del 30 de abril de 1977 la familia Borzi se encuentra en su casa de Lanús y escucha ruidos que provienen de la calle. Asustado por la situación Oscar Isidro Borzi le indica a su esposa: “Vos Ada quedate en la pieza y cuando entren rezá”.
Ante esa situación su padre sale para preguntar quién se encontraba afuera. “El Ejército Argentino, abrí”, contestan e ingresan brutalmente a su domicilio varias personas uniformadas y armadas que arrojan al piso a Oscar Borzi para golpearlo.
“Mi papá tenía la certeza de que lo iban a ir a buscar. Mi mamá siempre le decía vámonos Cacho, tenemos la camioneta. Pero él siempre decía que no por mis abuelos o por nosotros”, cuenta el primer testigo.
Durante toda la madrugada continúan ingresando personas al domicilio de la familia en Lanús. Los uniformados entran a la habitación donde se encontraban dos de los tres hijos. A Juan Manuel lo toman de las muñecas y lo arrojan junto a sus hermanos.
“Mis hermanos dormían pero yo estaba despierto por el nerviosismo de mis padres”, relata mientras de fondo se observa un banner con una fotografía de ellos.
“Yo no escuchaba lo que me decían por mis gritos pero sí recuerdo cómo entraron a mi mamá al baño porque ella pedía hacer sus necesidades. La sentaron en el inodoro con las manos atadas detrás de su espalda y tocaron sus genitales”, cuenta entre lágrimas.
El testigo, que en ese momento tenía tan solo tres años, recuerda olores particulares de esa noche que marcó su vida. “Esos señores tenían olor a muerte pero también sentía olor a carne quemada, a churrasco, que provenía de donde estaba mi papá. Esa fue la última vez que lo vi con vida”, declara y se quiebra.
Entre los años 1996 y 2006 logra recabar información acerca del circuito de su padre. Desde su casa de Lanús lo trasladan hacia la Brigada de Investigaciones en Avellaneda y luego lo llevan hacia la Comisaría de Valentín Alsina.
“¿Cómo resumir cuarenta y cinco años? ¿Cómo resumir el 30 de abril de 1977 en tan solo unas palabras?, concluye.
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El último testimonio de la audiencia estuvo a cargo de Luis Alejandro Borzi, tercer hijo declarante del desaparecido Oscar Borzi.
Su participación comienza a las 11:20. El Juez Ricardo Basílico le cede la palabra al abogado querellante Pablo Llonto quien realiza la primera pregunta para dar paso a la posterior declaración.
Luis Alejandro Borzi agrega detalles acerca de lo ocurrido aquel 30 de abril de 1977. “Me despiertan a la madrugada apuntándome con un arma en la cabeza diciéndome que saque las manos debajo de la almohada. Pensaba que era una broma de un compañero de mi viejo pero cuando levanto la cabeza veo el fusil”, relata.
Durante la noche entran y salen constantemente varias personas de la habitación de sus padres y de la casa. Los gritos de su hermano Juan Manuel y el olor a carne quemada eran persistentes.
Con respecto a los roles entre quienes ingresaron a su domicilio explica que “había gente que acataba y gente que decidía. Existía una prepotencia de unos sobre otros”.
Luego de que los uniformados se llevan a su padre deciden abandonar la casa y mudarse un tiempo con sus abuelos por miedo a que regresaran.
“Un día volviendo de la escuela con nuestra madre varias camionetas hacen un operativo y nos encierran en medio de una plaza. Bajan con armas largas y se presentan como parte de la Brigada de Investigaciones de Lanús, después de un tire y afloje nos dejan seguir”, declara.
Desde ese hecho hasta hace pocos años atrás sufre diferentes situaciones de amedrentamiento, persecución, violencia policial y estigmatización.
El abogado querellante Claudio Gustavo Yacoy pregunta al testigo si los acontecimientos de persecución continúan hasta la actualidad. “La situación se modificó para nosotros porque seguimos luchando por los derechos humanos y porque se hicieron los juicios”, explica.
“Por el horror que sufrimos los familiares de desaparecidos, los compañeros exiliados y fusilados pido que tengan memoria porque esta democracia nos ha costado mucho”, concluye.
La próxima jornada del debate oral y público será el martes 23 de noviembre a las 9 y se tomarán las declaraciones testimoniales de Hugo Barini, Horacio René Matoso y Armando Ramírez.