UN ARBUSTO ENDÉMICO DE LAS RIBERAS DEL RÍO PARANÁ Reserva natural Parque Aguiar: denuncian la inminente destrucción del último bosque de Toratay en la provincia
Oscar Ramírez, un Guarda Parque voluntario de la reserva natural Rafael de Aguiar en el distrito bonaerense de San Nicolás, afirmó a ANDAR que el municipio continúa con las obras de infraestructura para el ensanchamiento de una calle en el corazón de la reserva donde pretende instalar una costanera de 20 metros de ancho sobre el arroyo Yaguarón. Las obras son las mismas que desde noviembre pasado se retoman y se frenan sucesivamente, al mismo tiempo que los ambientalistas locales reclaman el cese de los rellenos en el área protegida. A fines de enero de 2021 la policía reprimió brutalmente a los manifestantes y más de una decena resultó detenida. Ahora las máquinas avanzan nuevamente y están a metros de destruir el último bosque de Toratay –o rama amarilla- que sobrevive en territorio bonaerense.
ANDAR en San Nicolás
(Agencia) Considerada como una de las plantas amenazadas en la provincia de Buenos Aires, el Toratay –también llamado rama amarilla- es un arbusto endémico de las islas y riberas del Paraná inferior, particularmente de los bosques de San Nicolás y Ramallo, aunque en este último distrito es mucho menor la cantidad de ejemplares así como la densidad de esas plantas en un mismo sitio.
De allí que el bosque de Toratay de San Nicolás –se calcula que tiene alrededor de 300 ejemplares, más los que se encuentran dispersos en la reserva y el resto del distrito- es el último que sobrevive en la Provincia y por estas horas, de no intervenir la justicia o autoridad competente, sería arrasado por la obstinación y el autoritarismo con los que el municipio opera en la reserva natural Rafael Aguiar desde noviembre pasado.
Cabe recordar que el proyecto para el ensanchamiento de una calle de tierra y la posterior construcción de una costanera con murallón sobre el arroyo Yaguarón ha sido, desde fines del 2020, el motivo de insistentes reclamos, manifestaciones y presentaciones judiciales por parte de ambientalistas y vecinos de San Nicolás que buscan conservar la riqueza nativa pero que, lejos de ser escuchados por el gobierno local, han sido víctimas de represión brutal, detenciones y posteriores amenazas y amedrentamientos en la vía pública.
Una de las víctimas de esta complicidad entre el gobierno de San Nicolás, la policía bonaerense y la justicia departamental fue –y aún los sigue padeciendo- el Guarda Parque voluntario Oscar Ramírez, quien próximo a cumplir 70 años lleva ya más de 47 cuidando, velando y disfrutando de la reserva natural del norte bonaerense.
En diálogo con ANDAR, y con momentos de llanto súbito por la impotencia y la bronca frente a la posibilidad de un daño irreversible, afirma: “Este es el mundo del revés. Parece mentira que estemos padeciendo este tipo de atropellos como en los peores momentos de la dictadura. La reserva natural está permanentemente custodiada por la policía, no la abandonan nunca y no dejan que los ciudadanos podamos ingresar. Ni a mí me dejan, que hace tantas décadas que cuido este lugar. Y las máquinas y las obras siguen su marcha: ahora están al límite, a metros de arrasar el bosque de Toratay…”.
“Necesitamos con urgencia visibilizar, denunciar y lograr más apoyos para frenar esta locura. En febrero estuvo aquí el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) y pararon las obras por unos días; también por presentaciones judiciales nuestras se han frenado varias veces, pero siempre el municipio vuelve al lugar con las máquinas… preocupa que las instituciones encargadas de fiscalizar no estén actuando. Siento que nuestro Estado y que el estado de derecho son como un gran monstruo obsoleto que ya no funciona”, destaca Ramírez, quien sigue reclamando una audiencia con el gobernador para poner freno a las obras en la reserva de San Nicolás.
“Mientras tanto seguiremos reclamando desde la dignidad y la decencia, aún cuando las causas penales por la violencia institucional no avancen y cuando los fiscales decidan mirar para otro lado… mi obligación, nuestra obligación en defensa de los entornos naturales y áreas protegidas es hacer todo lo que esté a nuestro alcance por el mundo que legaremos a las próximas generaciones”, concluye el Guarda Parque, oriundo de Ramallo y radicado desde muy joven en San Nicolás por el amor a la reserva Parque Rafael Aguiar.