En José C. Paz un basural se convierte en plaza por un proyecto de los y las jóvenes
Empezaron queriendo saber cómo un predio que perteneció a una fábrica era un gran basural de tres manzanas en su barrio. Presentaron su proyecto en Jóvenes y Memoria y estudiaron, proyectaron y propusieron cómo recuperarlo. Después de 7 años empiezan a ver los cambios. Una historia de pibes y pibas que sueñan y trabajan para transformar su realidad.
ANDAR en José C. Paz
(Agencia Andar) “Detrás de los y las jóvenes hay mucha energía, la posibilidad de que la sociedad puede cambiar”, dice Omar Foresti. Es el coordinador de una murga en el barrio Providencia de José C. Paz, donde un basural en el predio en el que alguna vez hubo una fábrica llegó a ocupar más de tres manzanas. Hace ya 7 años que un grupo de chicos y chicas integrantes de la murga comenzaron a participar del Programa Jóvenes y Memoria de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y las preguntas que se hicieron para su proyecto se transformaron en un objetivo, una pelea, compromiso y organización.
“Sí a la plaza no al basural” fue la consigna que encabezó ese trabajo y se tradujo en investigación, festivales, gestiones ante el municipio y hoy está a un paso de hacerse realidad. “La murga cumple 15 años y siempre las canciones tenían que ver con una rata o afecciones que el basural trae. En 2013 participamos de Jóvenes y Memoria recolectamos historias de lo que fue la fábrica pero también muchas historias de vecinos que venían reclamando por el tema de la basura”, cuenta Foresti. Lo que fue curiosidad y preguntas sobre la historia empezó a encontrar respuestas y anclaje en un presente para transformar. El proyecto para el programa de la CPM creció y trascendió hacia el barrio. El grupo empezó a articular con la universidad de General Sarmiento primero y la de José C. Paz después. “Hicimos una investigación sobre la recuperación del suelo, lo nocivo que era para la salud, todos los efectos que producía, fueron dos o tres proyectos en distintos años”, comenta Foresti.
De ahí también salieron tres festivales que apuntaban a la visibilización de esa pelea que involucraba a toda la comunidad del lugar y lideraban ahora los y las más jóvenes. “No se trataba sólo de levantar firmas. Los pibes se apropiaron del lugar yo siempre les digo ‘Uds se movieron y dejaron de tirar basura, si estas luchas no se encaraban no sabemos qué podría haber pasado’. Una vez vinieron unas máquinas a pasar por el terreno y el tipo de la máquina vino a verme y me dice ‘yo no puedo trabajar más así, vienen los chiquitos y me tiran con gomera’”, se ríe Foresti.
El trabajo tuvo sus logros y sus decepciones. En 2014 concretaron una reunión con la intendencia y la promesa oficial de recuperación del lugar. En ese momento era la gestión del ex intendente Carlos Urquiaga, sucesor y mano derecha de Mario Ishii, el actual jefe comunal. “Entonces hicimos el tercer festival donde cambiamos la consigna que era ‘vení a construir tu plaza’ porque teóricamente esa mañana llegaban las máquinas para limpiar el terreno, para que podamos plantar algunos árboles, conseguimos flores. Obviamente que pasó ese día y no vino nadie y los mismos que estábamos en el festival limpiamos un pedacito y construimos un parquecito”, recuerda el coordinador.
Con la promesa vacía y viendo como seguían llegando autos particulares que iban a dejar su chatarra y también camiones municipales con montañas de deshechos “hubo un bajón – dice Foresti- ganó el desgano”.
El año pasado volvieron a la carga. El grupo armó un nuevo proyecto para entregarle ahora a Ishii, junto con la universidad y sumando más jóvenes. ”Volvimos a juntarnos, a soñar otra vez y armamos una carpeta que entregamos al intendente en mano, integramos a la UNPAZ que tiene profesorado de educación física y propusimos armar una plaza con polideportivo. Los chicos soñaron, dibujaron, y desde la universidad la gente de diseño fue armando junto con lineamientos para recuperación del suelo, etc”, agrega.
Y algo se movió. En el barrio empezaron a ver movimiento en el basural, limpieza, iluminación y veredas. “Después de tanta lucha con los chicos se logró. Ahora estamos contentos, lo que estamos pidiendo que no se olviden de los pibes, de dónde salieron las ideas. Lo más importante es que los chicos y chicas puedan sentir que cuando nos juntamos se empoderan. Los pibes tienen proyectos, tienen sueños, tienen sentimientos”. Desde la murga sueñan ahora con cambiar sus letras y que ya no tengan que contar los males de convivir con la basura.