UNO DE ELLOS NO PUNIBLE Tres adolescentes golpeados, heridos de bala y detenidos en la alcaidía de Abasto sin asistencia médica
F. tiene 15 años, fue brutalmente golpeado y amenazado de muerte por policías de la comisaría 6ª de Merlo. J. y L. fueron detenidos en Carapachay, y ambos tienen heridas de arma de fuego en su cuerpo. A pesar de no tener las condiciones para alojar niños, niñas y adolescentes, los tres estuvieron varios días detenidos en la alcaidía de Abasto sin asistencia médica para tratar las graves lesiones. Tampoco se tomaron las medidas necesarias para constatar estas lesiones por el cuerpo médico legal. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) solicitó la intervención del Organismo de Niñez de la Provincia y de la justicia de responsabilidad penal juvenil y de mayores. También se denunciaron los hechos a la Auditoria de Asuntos Internos.
ANDAR en La Plata
(Agencia Andar) F. se dirigía a su barrio cuando un patrullero de la Policía Bonaerense comenzó a perseguirlo; montado a caballo intentó escaparse, pero en un descampado el animal tropezó y él cayó al suelo. Antes de lograr levantarse, un agente le pegó una patada con el borceguí en la cara y luego más golpes, que lo dejaron inconsciente por un instante. Lo esposaron de manos y arrastraron hasta el patrullero para trasladarlo hasta la comisaría 6ª de Mariano Acosta, Merlo.
En la dependencia policial estuvo esposado en un pasillo, mientras los agentes que pasaban le daban cachetazos y se burlaban de él. El jefe de calle le refregó un trapo con lavandina por la boca y lo amenazó: “Si no fuera por los vecinos, te hacíamos desaparecer”. Hace 10 años, esta misma dependencia estuvo vinculada al asesinato de Fabián Gorosito; diez policías fueron a juicio por lo que se cree fue un crimen de venganza.
El personal policial no llevó a F. a cuerpo médico, como debe hacerse luego de cualquier detención; sólo el jefe de calle consignó las heridas en un papel y le sacaron fotos que reenviaron a un medio local. Recién 9 horas después, antes de ser trasladado a la alcaidía de Abasto, lo llevaron al Hospital Eva Perón donde le cocieron la herida en el labio y le hicieron una radiografía, que no cuenta con informe médico.
Producto de la patada en la boca, perdió varios dientes, otros le quedaron expuestos desde las raíces, al menos tres dientes superiores los tiene visiblemente flojos y otros tres partidos. Sin embargo, en la enfermería del predio de Abasto tampoco se registraron estas lesiones en la ficha de salud odontológica. En la enfermería le prescribieron un antibiótico y dieta líquida que nunca le dieron.
Todo esto fue relato por F. a la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) varios días después de su detención cuando lo entrevistaron en la celda 2 de la alcaidía de Abasto, donde estaba detenido con otros dos jóvenes. F. tiene 15, es decir, no es punible y permaneció encerrado en un lugar que no tiene las condiciones para alojar niños, niñas y adolescentes.
En los últimos años, la cantidad de jóvenes no punibles en el encierro creció de manera continua. En este caso, la UFIJ 2 del Fuero de responsabilidad penal juvenil de Morón dispuso el dictado de una medida de seguridad que implica la privación de la libertad con fundamento en la “reiteración delictiva”, una situación que no está prevista en la ley.
El mismo día que integrantes de la CPM entrevistaron a F., en la celda 1 de la alcaidía estaban detenidos J. y L., dos jóvenes de 16 y 17 años; los dos tenían heridas de armas de fuego y tampoco habían recibido atención médica, llevaban dos días en el lugar sin siquiera tomar antibióticos o antiflamatorios.
J. tenía un herida en el muslo de la pierna izquierda producto de una bala que ingresó y salió de atrás hacia adelante, también tiene un proyectil alojado en el muslo derecho que ingresó por la nalga. L. tiene una herida de bala en uno de sus muslos y una lesión en la planta del pie. Recién después de la entrevista con el equipo de la CPM, los jóvenes fueron trasladados a la enfermería del predio.
A los pocos días, y ante la evidente ilegalidad de la detención de estos jóvenes en la alcaidía, la justicia dispuso el arresto domiciliario para uno de ellos y ordenó el traslado de los dos restantes a un centro cerrado y a un centro de recepción.
Ante la gravedad de estos hechos, la CPM envió recientemente una nota al Organismo provincial de niñez y adolescencia de la provincia de Buenos Aires, solicitando que se garantice la atención médica de los tres adolescentes. Asimismo se efectuaron presentaciones ante el fuero de responsabilidad penal juvenil, de adultos y a la Auditoria de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad.
La CPM también advirtió sobre la omisión deliberada tanto de funcionarios policiales como judiciales del debido registro de las lesiones producidas durante las detenciones; una maniobra que busca invisibilizar y desresponsabilizar a los perpetradores de estos delitos.