EL CRIMEN OCURRIÓ EN LAGUNA DE LOBOS EN OCTUBRE DE 2008 Detienen a dos policías por el homicidio y encubrimiento del ambientalista Carlos Castello
Debieron pasar más de 11 años y decenas de presentaciones judiciales, aportes de prueba, denuncias en los medios y búsqueda de testigos clave por parte de Eduardo, hermano de Carlos Castello, para que finalmente la justicia ordenara las primeras dos detenciones de policías del Destacamento de la Laguna de Lobos. La orden fue librada a instancias del titular de la UFI 8 de La Plata, Néstor Tesón, quien consideró haber alcanzado “indicios vehementes y semiplena prueba” para considerar como autor del homicidio al exsubjefe del Destacamento, Rubén Clementino Morfil, y como responsable de su encubrimiento y falsificación de instrumento público al oficial Jorge Alberto Godoy. En las próximas horas el juez de Garantías ordenaría la prisión preventiva.
ANDAR en La Plata
(Agencia) En los últimos meses se incorporó al expediente por el homicidio de Carlos Castello un testigo de identidad reservada que dijo conocer las circunstancias y los autores del crimen del ambientalista.
Hasta ese momento no se habían obtenido relatos de personas que indicaran con nombre y apellido a quienes causaron la muerte y luego intentaron fraguar la escena para simular un suicidio.
En diálogo con ANDAR, Eduardo Castello afirmó que “esa declaración testimonial es muy importante para la causa, aunque funcionó más como detonante que como motivo principal para la orden de detención que acaba de librar el fiscal Tesón”.
En efecto, el pasado jueves 5 de diciembre el fiscal titular de la UFI 8 de La Plata ordenó la detención de Rubén Clementino Morfil, en orden al delito de homicidio agravado por la utilización de arma de fuego y por el abuso en su condición de funcionario policial, y de Jorge Alberto Godoy, por el delito de encubrimiento agravado y falsificación de instrumento público.
La detención de ellos (el primero, ya retirado, y el segundo aún en actividad) se hizo efectiva el día siguiente y durante el transcurso de esta semana el juez de Garantías 3 de La Plata, Pablo Nicolás Raele, deberá dictar o rechazar la medida de prisión preventiva.
En sus fundamentos, el fiscal Néstor Tesón consideró una serie de “indicios vehementes y semiplena prueba” para considerar que Morfil, durante la tarde noche del sábado 18 de octubre, “mantuvo privado de su libertad a Carlos Alberto Castello, sometiéndolo físicamente mediante golpes en su rostro y boca, que le provocara lesiones visibles, y sofocándolo con un paño o gasa que colocara en su cara, que pudo haber desencadenado el edema agudo pulmonar que posteriormente presentara la víctima”.
Asimismo considera que, luego de efectuar sobre el cuerpo de la víctima, un disparo a una distancia de entre 10 y 15 centímetros procedió “a depositar el cuerpo en el suelo del comedor (de la casa de Castello) para justificar la escena de disparo con un arma” y dejar así un vestigio de accidente balístico.
Según el requerimiento de detención de Tesón, mientras Morfil ejecutaba su plan criminal “otro funcionario policial (se refiere a Godoy) procedió a consignar falsamente en el libro de guardias del Destacamento correspondiente al día 19 de octubre de 2008, la salida de aquel policía a recorrer la jurisdicción en numerosas oportunidades, y en compañía de otros funcionarios policiales, que en realidad no prestaron servicio ese día”.
Respecto a Godoy, cabe aclarar que su imputación por encubrimiento se refiere estrictamente al encubrimiento de Morfil y sus presuntas salidas en la jurisdicción de Lobos, ya que el encubrimiento general del crimen de Castello perpetrado por médicos autopsiantes y peritos –y que ocasionó el inicio y desarrollo de la investigación con la errónea carátula de suicidio durante años- fue juzgado este año con dos médicos que resultaron condenados.
Por otra parte, el fiscal titular de la UFI 8 consideró que, en base a los testimonios recolectados, Morfil tenía conocimiento de la muerte de Carlos Alberto Castello, antes del hallazgo de su cuerpo. En cuanto al probable móvil, explica que Morfil era quien controlaba las guardias en el Club de Pesca, en la Laguna de Lobos, a metros de la casa de Castello.
“Es ahí que en esa función, podría haber existido una confrontación con la víctima, quien ya recuperado de salud, volvía a la carga a recuperar el espacio perdido. Me explico: Castello fue una persona rechazada y repudiada públicamente por las autoridades del Club de Pesca de Lobos, llegado incluso al caso de colocar un cartel en la puerta de entrada la prohibición de que este -y otro vecino de la zona- pudiese ingresar”, enumera el fiscal, en cuanto al fuerte activismo de la víctima frente a la actividad privada y emprendimientos comerciales que se proyectaban construir en la laguna.
Por el momento los dos policías continuarían detenidos hasta la resolución del juez Raele y la declaración indagatoria que debe tomarles el fiscal.
Para Eduardo Castello, hermano de la víctima, “todo esto (el homicidio y la participación y autoría de efectivos policiales) estaba claro desde el primer día. El proceso de lucha por la verdad fue un enorme desgaste de más de 11 años que la justicia podría haber evitado. Los testigos y pruebas más relevantes están desde el primer momento, pero llegar al avance de la causa por homicidio fue muy difícil porque acá no solo intervino la corporación policial, sino también sectores del Ministerio Público y empresarios de la zona”.
“Hoy tengo la esperanza de llegar a la verdad y la justicia por el crimen de mi hermano. Esta novedad de las detenciones me ha dado mayor esperanza, sigo creyendo en la Justicia, aunque no en los nichos judiciales con manejos sucios que, en vez de buscar la verdad se encargan de ocultarla. Seguiré luchando hasta el final”, concluye Eduardo Castello.