PATRICIA RODRÍGUEZ, CO-REALIZADORA DEL DOCUMENTAL “En el archivo de la DIPPBA pude recabar muchos datos sobre la masacre de Pasco”
El próximo jueves 5 de septiembre se presenta en el cine-teatro municipal de Lomas de Zamora el documental Pasco, avanzar más allá de la muerte, que recupera el secuestro, la tortura y el fusilamiento que ejecutó la Triple A sobre ocho militantes de la Juventud Peronista del barrio San José de Temperley en 1975. Patricia Rodríguez, quien realiza este documental junto a Martín Sabio, utilizó información del archivo de la DIPPBA custodiado por la Comisión Provincial por la Memoria para reconstruir este precedente del terrorismo de Estado.
ANDAR en Lomas de Zamora
(Agencia Andar) Patricia Rodríguez es docente, investigadora y cuenta con varios libros publicados, entre ellos, uno sobre la masacre de Pasco, hecho que pocas semanas atrás fue también retratado en la pantalla grande del Goumont con el estreno del documental Pasco, avanzar más allá de la muerte realizada junto a Martín Sabio.
Filmado entre 2016 y 2017 en el barrio San José Obrero de Temperley, lugar en donde ocurrieron los hechos, el documental muestra el procedimiento de la Triple A que el 21 de marzo de 1975 secuestró, torturó, fusiló y dinamitó a ocho militantes de la Juventud Peronista del barrio. Este hecho se conoce como masacre de Pasco y forma parte de los precedentes al terrorismo de Estado acontecido en la última dictadura cívico-militar argentina, que tuvo dentro de sus objetivos el desmantelamiento de la organización territorial.
La película fue producida a partir de la mirada de un grupo de estudiantes de la Escuela de Educación Media 15 Vicente Sierra, contó con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y fue declarado de interés cultural por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Desde ANDAR entrevistamos a Patricia para que nos cuente acerca de la investigación que dio soporte a dicho documental y la información recabada a partir de los archivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) que se encuentran en custodia de la CPM desde 2001.
La DIPPBA fue creada en el año 1956 y disuelta en 1998. Desde su creación tuvo una constante tarea vinculada a la producción de información a partir de la inteligencia y el espionaje y, durante la dictadura, se convirtió en un importante dispositivo del terrorismo de Estado en la provincia de Buenos Aires. El valor de este acervo documental fue reconocido por la UNESCO y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2008.
¿Cómo fue el proceso de investigación que dio lugar al libro y al documental?
Es una investigación que nació hace muchísimos años atrás, en el 2010, y que fue recopilando testimonios reales de boca de familiares y de la militancia de aquella época de la zona. Además de esos testimonios orales revisé fuentes escritas: diarios de época y también del archivo de la Comisión Provincial por la Memoria, que amablemente me permitió hacer uso del material que tenía en resguardo. En el archivo de la DIPPBA pude recabar muchos datos sobre la masacre de Pasco, inclusive, hubo un volante que arrojaron el mismo año de los fusilamientos y que me pareció muy revelador. En ese momento la agrupación JP había desplegado una actividad conmemorativa, hicieron esos volantes y este material hoy forma parte del archivo.
¿Qué información contenía el archivo?
En el legajo que me proporcionaron había informes que había confeccionado en ese momento la policía, descripciones, a veces desacertadas, y había, inclusive, recortes de diarios. También ese volante que para mí fue muy valioso porque da cuenta que, al mes de la masacre, la actividad realizada por la JP señalaba a los responsables de ese momento. Recuerdo los distintos informes policiales que son escuetos, son varios, pero fundamentalmente este volante. Los informes policiales informaban sobre la masacre de Pasco y otros sobre la actividad realizada a un mes de los hechos. Todos posteriores a la masacre. Lo que muestra es que había un espionaje hacia los militantes de época. También, pude acceder a otro informe, que forma parte del archivo de la DIPPBA, que muestra la contrainteligencia que había en el barrio para identificar a los espías que ayudaron a que se concrete esta masacre. Ese informe que estos compañeros fueron elaborando, recorriendo el barrio, tomando nota, inclusive manuscrita, fue secuestrado cuando ellos mismos fueron secuestrados y están desaparecidos. Las fuerzas represivas allanaron su casa y ese material que era la contrainteligencia se conservó en el archivo de la DIPPBA. Esto no lo pude incluir en el libro, porque ya estaba publicado antes.
¿Cómo fue pensado el documental?
El documental está pensado desde la óptica de jóvenes estudiantes de la Escuela Media 15 que se encuentra en el corazón del barrio San José. Desde allí, un grupo de alumnos empieza a reproducir el recorrido macabro de aquella noche y van entrevistándose con varios de los familiares, hasta desembocar en el lugar de los masacrados. Paralelamente se van volcando imágenes de lucha del presente, porque el mensaje es que la lucha continúa de alguna manera a través de las distintas organizaciones y fuerzas que actúan en el territorio. La película está centralizada en la escuela donde yo trabajé durante muchos años. Los chicos se plegaron detrás de este proyecto, en un principio tímidamente, pero luego con un compromiso absoluto. De hecho, los chicos, a lo largo del rodaje que duro casi un año, asumieron ese compromiso y se nota en el documental la actitud que tenían con respecto a ver una realidad diferente.
¿En qué sentido?
Porque la masacre de Pasco es una historia, en principio, bastante invisibilizada. No solo en Lomas, sino en el resto del país. Es una historia muy significativa para Lomas de Zamora y para el conurbano sur porque marca un quiebre en la historia local. Por eso, en el documental, esto también está explicado a partir del testimonio de muchos militantes de distintas agrupaciones de la época que van contando cómo era el Lomas de los ‘70. Precisamente en ese momento había una ebullición típica para la época. Tal es así que la organización de mayor raigambre, que era la JP, logra insertarse institucionalmente, no solo en la universidad de Lomas sino también dentro del municipio. Por eso, las fuerzas represivas y los sectores más ortodoxos libraron una contienda en donde rápidamente los militantes fueron perdiendo esos espacios ganados. La masacre de Pasco fue uno de los últimos mazazos, porque tuvo por intencionalidad separar a los cuadros de su territorio, separar a los cuadros de la base. Ese fue el mensaje para la organización, pero en definitiva para toda la militancia lomense. Por eso, masacre de Pasco es un hecho significativo para toda la zona sur, para Lomas. Fue un hecho disciplinador. Por eso también es una historia ninguneada, invisibilizada, conocida en retazos. De hecho a mí me llega esta historia de boca de mis alumnos. Sus padres, a su vez, lo habían trasmitido mal, en pedazos, no se entendía bien qué fue la masacre. Desde el libro y el documental intento explicar esto, porque tiene un doble valor: recuperar la memoria nuestra territorial y también abrirla para el debate, de eso se trata.
¿Ese hecho que contás con tus estudiantes te hizo empezar la investigación?
Sí. Esto arranca en los ‘90. El tema de los derechos humanos recién se institucionaliza en el 2003, 2004. Previamente en la década de los ’80 y ‘90 realmente era un tema que no se enfocaba demasiado en las escuelas. Sí, muchos docentes lo hacían, pero no era algo institucionalizado. De hecho en los ‘90, hablar sobre el tema de los desaparecidos y la dictadura significaba muchas veces la sanción de los directivos y la sanción de parte de los padres, porque precisamente no había un marco institucional que respaldara la actividad del docente. Pero, pese a todo, hubo mucha gente solidaria en el camino que nos fuimos apoyando y pudimos dar esa batalla adentro de las aulas e instalar el tema. Cuando con mis alumnos hablábamos de este tema, solían contar retazos de esta historia, pero la contaban desde lo espectacular, lo extremo, los cuerpos colgando en los cables de luz, en definitiva desde lo morboso. No se abordaba el tema de fondo. Esto es lo que recordaba una parte de la comunidad, otra parte directamente ignoraba. Así se comenzó a desandar este camino. Se empezó a hablar con la gente que había militado en esa época, con familiares y recurrir a archivos de época. En la masacre de Pasco tomo la teoría de un autor argentino donde se describe el proceso de la dictadura en varias etapas: la persecución, la tortura, la forma en que los medios de comunicación demonizaron al militante, hasta llegar al exterminio total. En Lomas pasó eso: nos quitaron los cargos institucionales y volvieron demonios a todos los militantes. Yo soy de Lomas, nací, crecí y vivo acá. Es mi identidad, es la identidad de todos nosotros.
¿Qué aporta el documental al libro?
En realidad el documental es un compilado de distintos libros. En La osadía de construir poder popular rearmo la historia de las organizaciones sociales y políticas en Lomas, y en los libros anteriores recupero la memoria de los compañeros detenidos-desaparecidos de Temperley y de Lomas. Lo que hace el documental es retomar estas investigaciones y muestra a los referentes de época que cuentan la historia.