STELLA BASSI, CO AUTORA DE PRESENTES «En esta historia de más de 40 años, siempre aparece nueva información, nuevos datos»
Presentes: no son solo memoria, son vida abierta es un registro documental publicado recientemente sobre la vida de los y las desaparecidas de Mar del Plata y la región. Stella Bassi es pedagoga, docente, militante de derechos humanos y tiene una columna en FM La Azotea de esa ciudad.
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(Andar Agencia) “Este es un registro en movimiento que busca contar la vida de los compañeros desaparecidos y que no se cierra con este libro”, dice Stella Bassi, militante de derechos humanos y autora junto a Cristian Gayo del libro Presentes: No son solo memoria, son vida abierta, después de su presentación el viernes pasado en la Asociación Judicial Bonaerense de la ciudad de Mar del Plata. Nacida en Tandil, Bassi llegó a la localidad costera en el año ‘99, y continuó su recorrido militante recuperando las historias de vida de los y las desaparecidas de la región.
“Este registro es para que esas historias estén en algún lugar donde las futuras generaciones puedan acceder y para que otros que conozcan a estas personas puedan seguir aportando información”, señala Bassi, quien ha dedicado su vida a la búsqueda de la verdadera historia de sus compañeros desaparecidos.
En 2011, la autora presentó su obra prima Piedra que Late, un libro que recupera las historias de las y los detenidos-desaparecidos de Tandil, Azul, Olavarría y Las Flores. Siguiendo la antología, el libro Presentes propone un recorrido por la vida de las personas desaparecidas que fueron secuestradas o pasaron por la ciudad de Mar del Plata, un registro exhaustivo desde 1970 que brinda información de más de 400 personas.
Entrevistamos a la autora para que nos cuente el proceso de producción del libro, los desafíos, objetivos y dificultades.
-¿Por qué la necesidad de un registro?
Después de veinte años de vivir acá en Mar del Plata, me di cuenta que también estaba faltando una compilación como la que hice en el 2011 en Tandil. No solo por el tema de recordar a los compañeros y de reivindicar su lucha, sino porque también en el campo popular involuntariamente se invisibilizaban esas historias. Siempre quedó presente esa destrucción a través del terror de todo el entramado social y cultural del país. Y cuando los medios contribuyen a esa impunidad y al negacionismo lo que nos queda es registrar las historias de los compañeros desaparecidos para tener memoria y reconocer sus luchas. Este registro es para que esas historias estén en algún lugar donde las futuras generaciones puedan acceder y para que otros que conozcan a estas personas puedan seguir aportando información. Esto sucede permanentemente en esta historia de más de 40 años, siempre aparece nueva información, nuevos datos, es increíble.
-¿Qué le aporta este libro a los registros oficiales?
Lamentablemente los registros existentes, las listas oficiales de desaparecidos nos dan datos muy concretos pero no nos dicen nada de las historias de nuestros compañeros. Esto también contribuye a humanizarlos y a entender determinadas cuestiones que hoy por hoy están tan vigentes, como por ejemplo que una política liberal y capitalista va en contra total de esa resistencia. Porque recordemos que el golpe cívico-militar-eclesiástico fue un plan de exterminio sistematizado, perfectamente organizado, entre las fuerzas armadas pero para implementar un modelo económico. El genocidio se dio en la Argentina pero también se dio en otros países de Latinoamérica. Así que esto tiene el correlato de acallar las voces que iban a resistir.
-¿Cómo fue la investigación?
En principio tomando como base los listados oficiales, como el de la CONADEP, y algunos que no son oficiales como el del grupo Fahrenheit o de la organización Clamor. Hay muchísimos listados para contrastar y sumar y también publicaciones que son muy importantes, especialmente en nuestra provincia de Buenos Aires. Hay una publicación de Necochea que se llama “Los hijos del pueblo”, otra de Tres Arroyos, «Los 22, los tresarroyenses desaparecidos», que escribe el abogado Guillermo Torremare, que ahora justamente lo tenemos como parte de la querella de uno de los juicios que se lleva a cabo en Olavarría. Hay publicaciones de Tandil y de Azul, de un compañero y amigo, Jorge Mesa. También, se recolecta información de los testigos. Yo asisto a las audiencias de los juicios contra delitos de lesa humanidad, todos los que se hacen acá y todas las que puedo. Siempre estoy registrando información de testimonios que no se habían escuchado en otros juicios. Entonces esto hay que asentarlo, tiene que quedar en algún lugar.
-¿Cuántas historias se recuperaron y sistematizaron?
Más de 400. El registro incluye solamente a compañeros detenidos-desaparecidos, no a sobrevivientes. Hemos tenido un pequeño grupo de compañeros que consignamos su nombre y apellido pero como no pudimos encontrar más información, solamente figuran de ese modo, no tienen historia ni foto. Del resto tenemos foto y hemos logrado algún relato, por ahí de un hijo o de familiares. Pero va a faltar, porque esto sigue y porque siempre hay nueva información para incorporar. Es un registro en movimiento, que no termina, por eso nosotros tampoco le damos cierre a este libro. Justamente el título es “Presentes: no son solo memoria sino vida abierta”. La vida de ellos está totalmente abierta a quienes puedan incorporar o quieran incorporar otra información.
-¿Cómo se presenta la información en el libro?
Está distribuida por organizaciones político-partidarias de ese momento. Tenemos algunos compañeros sobre los cuales no teníamos esa información pero, a partir de los juicios, se logró recuperar esa información que no se sabía en el momento porque estaban en la clandestinidad. Nos llevó más de dos años la investigación. Toda la gente que se ha consignado en este registro ha pasado por Mar del Plata. Puntualmente, de la ciudad de Necochea se ha trasladado a mucha gente para acá.