OTRA JORNADA DE JUSTICIA POR DIEGO CAGLIERO “Se equivocan si creen que nos dejaremos caer”
El próximo martes 16 de julio, familiares, amigos y amigas de Diego Cagliero, el joven asesinado en una emboscada policial en Martín Coronado, marcharán en un nuevo reclamo de justicia desde la Plaza Kennedy de San Martín hacia el Palacio de Tribunales. El 19 se cumplen dos meses del asesinato, dos policías de la Policía Bonaerense están detenidos por haber sido, acreditado por las pericias, quienes hirieron de muerte a Diego y le provocaron graves lesiones a otro amigo. “El oficial que mató a mi hijo no tuvo ningún reparo, disparó más de diez veces. Si se sienten amparados por las políticas de seguridad, seguirán matando”, dice Adriana García.
ANDAR en Tres de Febrero
(Agencia Andar) El 19 de julio se cumplen dos meses del asesinato de Diego Cagliero; el 23 hubiese cumplido 31 años. “Estos han sido de los días más dolorosos de mi vida, cada día que pasa es más difícil. Todavía hay días que sigo esperando que Diego vuelva”, cuenta su mamá, Adriana García. “Pero se equivocan si creen que nos dejaremos caer, es nos da fortaleza para seguir, como familia tenemos un compromiso con él, con su postura en la vida de militar contra la vulneración de derechos: no podemos homenajear a Diego sin luchar para revertir esta situación”.
El próximo martes 16, pocos días antes de un nuevo mes aniversario de la muerte de Diego, familiares, amigos y amigas convocan a una nueva jornada para reclamar justicia y pedir celeridad, transparencia e imparcialidad en la causa judicial. “No dejaremos de luchar, ya que fue la organización y el reclamo colectivo el único motivo por el cual la Fiscalía avanzó en la investigación”, asegura un comunicado de la familia.
La jornada del martes comenzará en la Plaza Kennedy de San Martín y desde allí marcharán pacíficamente hacia el Palacio de Tribunales. “Todas las pruebas de la causa dan por sentado que fue el accionar desmedido de la policía lo que provocó la muerte de Diego, sin embargo seguimos sintiendo que la fiscal y el juez de garantías tienen un posicionamiento favorable a las políticas de seguridad y de resguardo de los miembros que componen las fuerzas policiales”, advierte García.
El 19 de mayo pasado, luego de la denuncia de un supuesto golpe comando a un supermercado de la zona de Tres de Febrero, la Policía Bonaerense organizó una emboscada en la avenida Márquez a la altura de la comisaría 5ª de Eufrasio Álvarez para detener la camioneta en la iban los supuestos ladrones. El vehículo pasó por el lugar a 40km/h cuando comienza a recibir los disparos; uno de ellos entró por la axila de Diego y llegó hasta el cuello. Murió en el acto. Otro amigo, con una herida en el abdomen, estuvo internado en grave estado varios días.
En el interior de la camioneta no se encontró dinero ni mercadería robada, sólo se secuestró un revólver que, aseguran, pudo haber sido plantado por la policía. A pesar de no haber pruebas que acrediten el supuesto robo, la fiscal Gabriela Disnan centró su investigación en el robo. Recién diez días después del hecho, decidió separar la causa en dos: una que sigue investigando el robo, otro sobre el ataque policial.
Los agentes de la Policía Bonaerense Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro fueron imputados y detenidos por el asesinato de Diego Cagliero y las lesiones a su amigo, Mauro Tedesco. Las pericias balísticas que de sus armas reglamentarias partieron las balas que mataron e hirieron a los jóvenes. “El oficial que mató a mi hijo no tuvo ningún reparo, disparó más de diez veces. Si se sienten amparados por las políticas de seguridad, seguirán matando”, dice Adriana García.
A pesar del avance con la detención de los dos policías, la familia de Diego remarca que, por lo menos, diez agentes participaron de la emboscada a la camioneta ciega donde viajaban los ocho amigos. Sin embargo, las pericias se ordenaron sólo sobre cuatro armas, las de aquellos que reconocieron, en el acta de procedimiento, haber disparado contra el vehículo. “Los otros que intervinieron y dieron las órdenes nunca se tuvieron en cuenta en la causa. Desde el primer momento, la fiscal mostró su posición y dirigió la investigación para no implicarlos”, asegura la mamá de Diego.
En ese sentido, en la convocatoria del martes se presentarán varias demandas algunas de ellas son: el pedido de procesamiento y la confirmación de las detenciones de Castatt y Montenegro, profundizar la investigación para determinar la responsabilidad del resto de los efectivos policiales que participaron en el operativo y que se investigue el encubrimiento del personal policial, judicial y político que, desde un primer momento, intentó desviar la atención e imponer una falsa teoría sobre un ataque comando y un enfrentamiento armado que no existió.
“Hay cuestiones que nos preocupan y pedimos que los policías continúen detenidos hasta el momento del juicio, para impedir que hagan uso de sus medios para intentar ocultar pruebas o poner en riesgo la vida de víctimas y testigos del hecho. Están dispuestos a encubrir lo que pasó: lo hicieron antes y lo pueden hacer ahora”, remarca Adriana García.
Ángel: víctima y chivo expiatorio
La otra demanda fuerte de la convocatoria para esta nueva movilización es el pedido de libertad para Ángel Bramajo, el amigo de Diego que conducía la camioneta que fue baleada en el operativo policial. Los siete amigos de Diego están imputados, desde el primer día, por el supuesto robo perpetrado a un supermercado; Ángel es el único que continúa detenido porque, al momento de los hechos, tenía una causa anterior por lesiones leves durante una pelea callejera.
“Mientras los policías están amparados para disparar sin reparos, mientras el poder político y judicial se predispone a encubrir al resto de los policías que intervinieron en el operativo, son las victimas las que tienen que salir a defenderse”, dice la mamá de Adriana. Y agrega: “Ángel chivo expiatorio para sostener al hipótesis del robo, con un dramatismo y una relevancia que se le va cayendo”.
Clara, la compañera de Ángel, le contó a Adriana que lo ve mal y angustiado, que durante muchos días los policías lo hostigaron psicológicamente y le hicieron creer que era responsable de la muerte de Diego. “Acá hay ocho víctimas, Ángel es una víctima y pedimos que se revise la causa inicial y se le otorgue la libertad”, cierra García.