LA CPM SE PRESENTÓ COMO AMICUS Y VEEDORA Llega a juicio Yanina Farías: la lucha por una justicia con perspectiva de género
Yanina Farías está detenida en la cárcel de Magdalena desde hace 20 meses acusada por la muerte de Xiomara, su hija de dos años. El 6 de agosto de 2017, José Alfredo Leguizamón, el hombre que convivía en ese tiempo con ella, mató a la nena. Yanina tiene retraso madurativo y era víctima de múltiples violencias por parte de Leguizamón. La justicia nunca evaluó el contexto de vulnerabilidad de la mujer y la imputó igual. El 29 de marzo comienza el juicio oral y público en el TOC N 4 de Mercedes. La Comisión Provincial por la Memoria se presentó como amicus curiae y pidió ser veedora del debate oral y público.
ANDAR en Mercedes
(Agencia Andar) “Vamos a demostrarle a la justicia patriarcal que son mujeres víctimas, acusadas todas por defenderse de los violentos o, peor, acusadas de mala madre. Yanina es una mujer pobre, con discapacidad y violentada física, sexual y psicológicamente. Triplemente vulnerada y, sin embargo, la investigación judicial, que es la investigación de la policía, pretendió invisibilizar estas violencias”, dice Carina Leguizamón, referente de la Red de Mujeres de Moreno que, desde el primer momento, se acercaron a Yanina e impulsaron el reclamo de justicia.
En julio de 2017, a pedido de su madre, Yanina Farías fue a cuidar una casilla en Cuartel V, Moreno, con su hija Xiomara de dos años y su hijo Juan, de cuatro. En ese mismo lugar, vivía José Alfredo Leguizamón. Durante 17 días, Yanina fue golpeada, sometida, violada y amenazada.
El 6 de agosto, Leguizamón intentó abusar nuevamente de ella; esa noche, ella se resistió y él la golpeó hasta dejarla inconsciente. Su hijo intentó defenderla y fue golpeado de manera brutal. Luego Leguizamón atacó a Xiomara. Cuando Yanina recuperó la conciencia se dio cuenta de que la nena respiraba con dificultad y perdía el conocimiento. Para ese entonces, el hombre había abandonado la casa; ella salió a pedir ayuda a un vecino y llevaron a Yanina y Xiomara a la salita de la zona.
En la sala de salud fue maltratada, separada de su hija y denunciada a la policía. Yanina fue detenida cuando volvía con ropa para Xiomara. Nunca entendió por qué la detenían. Xiomara murió a las pocas horas, mientras ella estaba detenida y seguía siendo golpeada en la comisaría 4ª de Cuartel V. Yanina supo de la muerte de su hija mucho tiempo después, cuando se lo contaron otras mujeres presas en la UP N 51 de Magdalena.
Yanina Farías lleva 20 meses detenida en la cárcel de Magdalena, imputada por el crimen de su hija de dos años. Según la fiscalía, Yanina “debió velar por la integridad de su hija, y representándose que, con su inacción y por la violencia inusitada puesta de manifiesto a través de las lesiones que se ocasionaren, provocara el desenlace irremediable de la muerte de su propia hija”.
“La justicia se quedó con el relato de la policía y no investigó, directamente la encerró”, resume Carina y agrega: “Terminamos nosotras haciendo el trabajo de la justicia: hablamos con la familia, los vecinos de Moreno, donde vivió sólo esos 17 días. Con los testigos y peritos pudimos demostrar que había sido abusada reiteradas veces por Leguizamón, que su madre la prostituía, que la situación de vulnerabilidad y sometimiento le impidió pedir ayuda. Yanina es otro caso más que vuelva a mostrar la ausencia de perspectiva de género en los funcionarios judiciales y que no hay políticas genuinas de protección para las mujeres pobres y víctimas de violencia de género”.
A pesar del contexto de violencia de género en el que ocurrió la muerte de Xiomara, a pesar tener otros dos hijos y a pesar de los pedidos realizados por la defensa —ahora a cargo del doctor Alejandro Bois, de la APDH La Matanza—, la justicia le negó una y otra vez el sobreseimiento y el arresto domiciliario.
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) viene siguiendo el caso desde el primer momento. Ahora, ante la proximidad del juicio oral y público, se presentó como amicus curiae y pidió ser veedora del debate. En el escrito presentado, el organismo señaló la necesidad de abordar este caso desde una perspectiva de género, entendiendo que las mujeres en situación de violencia, generalmente ven muy recortada su autonomía y se constituyen en objetos a merced de la voluntad de otros.
“Tener en cuenta estas consideraciones implica que al momento de analizar la conducta de una mujer en situación de violencia no sea posible hacerlo como si se tratara de una mujer autónoma, independiente, que toma sus propias decisiones; y que sea necesario tener en consideración esa particular situación”, puntualiza el escrito preparado por el programa de Litigio Estratégico.
En la misma presentación, la CPM también recuerda que, aun cuando fue recomendado por los organismos internaciones de derechos humanos, no existe en Argentina un protocolo destinado a que jueces y juezas juzguen con perspectiva de género.
Asimismo destacó el antecedente de Reina Maraz —mujer, pobre, migrante, indígena, y víctima de situaciones de violencia género— que primero fue condenada a perpetua y luego absuelta por el crimen de su marido. Ese segundo fallo reconoció la necesidad de adoptar una mirada con perspectiva de género y la importancia de contextualizar los hechos en los casos como los de Reina. Como sucede hoy con Yanina.
Yanina espera el juicio oral y público en la cárcel. Sus dos hijos de 6 y 8 años quedaron al cuidado de su abuelo en una casa donde conviven con otros familiares en una situación de hacinamiento y precariedad social y económica. Después de lo que pasó con Xiomara, ningún organismo municipal ni provincial está asistiendo a la familia. Sólo Juan, que presenció la muerte de su hermana, tiene asistencia psicológica.
“Cuando la voy a visitar a la cárcel, hablamos de futuro; Yanina estudia, está en séptimo grado, y participa de varios talleres”, cuenta Carina.
En la cárcel, Yanina dice que lo primero que quiere hacer cuando salga es ir con sus hijos al cementerio para ver a Xiomara.