EL FALLO RECONOCE EL CASO COMO CRIMEN DE LESA HUMANIDAD Juicio Ana María Martínez: prisión perpetua para los dos imputados
Durante el mediodía de este jueves se realizó la última audiencia del juicio por el secuestro y asesinato de la joven trabajadora metalúrgica y militante del PST, Ana María Martínez, cuyo cuerpo fuera hallado a mediados de febrero de 1982 en Dique Luján, partido de Tigre. Luego de 36 años de exigir justicia y de aportar las principales pruebas, la Comisión de familiares, amigos y compañeros de Ana María Martínez celebró el veredicto que condenó a Norberto Apa y Raúl Guillermo Pascual Muñoz a la pena de prisión perpetua por los delitos de privación ilegal de la libertad agravada y homicidio doblemente agravado.
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(Agencia) “Esto que estamos viviendo es un sueño, compañeras, compañeros… las cosas que hemos hecho durante tantos años por esta causa frente a la inacción de la justicia. Finalmente llegamos hasta aquí y Ana María Martínez, esté donde esté, podrá decir todo lo que hicieron estos locos”, dijo Carmen Metrovich, cuñada de la víctima y referente de los derechos humanos de la zona norte bonaerense, abrazada con familiares, compañeros y amigos en la vereda del TOF 5 de San Martín luego de la lectura del veredicto.
“Quiero agradecer a los abogados de la querella y a los de las secretarías de Derechos Humanos de Nación y Provincia; a los que acompañaron y sostuvieron este juicio; y especialmente a la Comisión Provincial por la Memoria que nos aportó un documento fundamental para la identificación de los imputados en las acciones de inteligencia que posibilitaron y derivaron en el crimen de Ana María”, agregó.
Frente a la sede judicial se reunieron más de 100 personas a celebrar el contenido de un fallo sobre el que, hasta una hora antes, se especulaba respecto a la calificación legal y la eventual amplitud de las penas. Habían pasado 36 años de impunidad penal y silencio judicial, además de las versiones difundidas desde el 82 por la propia dictadura acerca de que el homicidio de Ana María respondía a un “crimen pasional” o a un “ajuste de cuentas por faltante de plata del PST”.
Esas versiones falsas, tal como lo recordó el abogado de la querella, Pablo Llonto, recién fueron desmontadas en la causa a partir de 2009.
Entre cantos, vivas, lágrimas y sonrisas, fueron tomando la palabra las compañeras y compañeros de militancia de Ana María con la tranquilidad y satisfacción de haber oído, minutos antes, las condenas a prisión perpetua contra el exjefe del Destacamento 201 de Inteligencia, Norberto Apa, y el exjefe del Departamento de Personal G1, Raúl Guillermo Pascual Muñoz –ambos de Campo de Mayo-.
“No quiero dejar pasar este hermoso momento de emoción”, afirmó Pablo Llonto, “pero hemos logrado un gran paso para avanzar ahora contra quienes realizaron los disparos sobre Ana María, quienes manejaron el auto en el que la secuestraron y todos los que participaron de su crimen. Tenemos que llegar hasta el último de los asesinos”.
“Hoy es un día de recuerdo por la compañera y de tantas otras miles que dieron sus vidas por el socialismo, por la revolución. Hoy desde el lugar en el que ella esté, que seguramente será cerca de nuestros corazones, va a estar agradeciendo a toda esta militancia que estuvo durante años aportando pruebas y viniendo a los juicios”, manifestó Llonto.
De la jornada también participó Carlos Martínez, el hermano de Ana María, quien profundamente emocionado alcanzó a realizar el gesto de un beso para todos los presentes en la celebración.
Marilú, militante del PST de Mar del Plata, recordó: “la sonrisa de Ana María… la recuerdo desde el primer día que la recibí en el local del PST en Mar del Plata con su energía, su solidaridad y sus ganas de seguir luchando. El crimen de Ana María fue un asesinato de clase, perpetrado por una clase social que quería mantener sus privilegios sin aceptar las luchas de los trabajadores y estudiantes y de la sociedad en general que quería vivir en dignidad”.
Los dirigentes políticos Vilma Ripoll y Luis Zamora estuvieron presentes en la audiencia del veredicto. Entre los últimos que tomaron la palabra estuvo Carlos Alberto “Titín” Orallo, testigo en el juicio y compañero de militancia de Ana María en el PST.
“Estos genocidas dicen que nuestra acusación judicial sobre ellos era por venganza. No. No era venganza sino búsqueda de justicia. Porque la venganza por Ana María, por los 100 compañeros desaparecidos del PST, y por los 30 mil compañeros desaparecidos que dieron sus mejores años de vida, de su juventud para cambiar la sociedad, ocurrirá cuando derrotemos a los capitalistas e implantemos una sociedad sin explotadores ni explotados”, dijo Titín con su puño en alto.
Para la CPM el veredicto resulta un gran avance en la búsqueda de justicia no sólo porque reconoce la responsabilidad de los imputados y el carácter de lesa humanidad respecto de los delitos ventilados, sino además porque avanza en el juzgamiento de los altos mandos de los aparatos de inteligencia (en este caso el Destacamento 201 de Campo de Mayo) que coordinaron y decidieron los listados de personas a ser perseguidas y que luego resultarían víctimas de secuestros, torturas, homicidios o desapariciones.
El aporte de la CPM a la causa
Cabe destacar que, según la querella, para arribar a las condenas resultó fundamental un legajo de la DIPPBA aportado por la CPM. Se trata del legajo 17949 de la Mesa DS (Delincuentes Subversivos) del archivo de la DIPPBA que describe una extensa operación de inteligencia que ejecutó la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) y coordinó el Destacamento 201 de Inteligencia desde casi un año antes del hallazgo sin vida del cuerpo de la víctima.
Titulado “Trabajo de Infiltración en PST”, el jefe de la Delegación de San Martín informa a su superioridad sobre el minucioso seguimiento de “Rosalía” –alias de Ana María Martínez- y otros compañeros suyos del PST realizado desde mediados de marzo de 1981 hacia fines de ese año a través de dos agentes de la Delegación DIPPBA de San Martín que se infiltraron en la organización del partido.
El oficial Peters, uno de los infiltrados, fue el autor del legajo presentado por la CPM a la causa y allí, mientras enumera las reuniones y encuentros con sus presuntos compañeros militantes, destaca “la colaboración del señor teniente coronel Apa, Jefe del Destacamento de Inteligencia 201 de Campo de Mayo, quien facilitó un furgón desde el que se obtuvieron fotografías de quienes concurrieron al bar, siendo de especial interés la perteneciente a la NN Rosalía (seudónimo de Ana María Martínez)”. Esta foto fue adjuntada al legajo que relata la infiltración.