EN LOS HORNOS LOS DÍAS 17, 18 Y 19 DE NOVIEMBRE 1° Encuentro regional de pueblos y ciudades fumigadas
Organizado por el Movimiento Agroecológico La Plata y Autoconvocadxs, a mediados de noviembre se llevará a cabo un encuentro de espacios colectivos que intervienen en distintos puntos de la provincia con el objeto de aportar a la construcción política y social de un modelo productivo sustentable que le dé la espalda al modelo hegemónico impuesto por el agronegocio. Las jornadas del acampe serán en un predio de Los Hornos, y contará con 13 plazas de cama con prioridad para personas con movilidad reducida o condiciones de salud particulares. Como previa a este Encuentro, el jueves 2 de noviembre comienza un ciclo de cine en el Museo de Arte y Memoria de la CPM.
ANDAR en La Plata
(Agencia) “Este encuentro es un gran desafío y apunta a generar un espacio de comunión que no solamente problematice el uso extendido de los agrotóxicos, los abusos de los contratos inmobiliarios y la precarización que padecen los trabajadores rurales, sino que visibilice y difunda las alternativas sustentables de la agroecología y el fortalecimiento de las relaciones comunitarias”, explicaron a ANDAR desde el Movimiento Agroecológico La Plata.
Los días 17, 18 y 19 de noviembre próximos se realizará por primera vez un encuentro regional de pueblos y ciudades fumigadas, como antesala del que será el primer encuentro provincial con sede en la ciudad bonaerense de Bolívar en 2019.
Frente a las evidencias científicas que año tras año se acumulan en torno a la nocividad y toxicidad de los insumos químicos y semillas transgénicas del modelo de producción hegemónico, las organizaciones sociales, ambientales y comunitarias junto a proyectos de investigación universitarios y profesionales avanzan en la construcción de redes de articulación con el objetivo de alcanzar el “reemplazo de las tecnologías de insumos por las tecnologías de procesos”.
Esta perspectiva –con sobradas experiencias locales, regionales e internacionales de sustentabilidad económica y especialmente de cuidado del medio ambiente y la salud- propone desterrar la idea de que la agroecología no equipara la rentabilidad del modelo convencional.
Según consigna el documento de la convocatoria, en la región capital de la Provincia 8 de cada 10 muestras de lluvias presentan distintas concentraciones de atrazina y glifosato, mientras que de una serie de estudios realizados sobre 38 alimentos (frutas, hortalizas, cereales y oleaginosas) fueron hallados 82 agrotóxicos distintos, de los cuales el 44 por ciento son cancerígenos.
Los registros de la toxicidad son acompañados por otra cifra alarmante: 700 mil niños, niñas y adolescentes “son fumigados en horarios de clase mientras ejercen su derecho a la educación en las escuelas rurales del país”.
Los problemas sistémicos que provocan el modelo de agronegocios conforman una extensa lista que incluye la presión de las inmobiliarias sobre los trabajadores y sus familias mediante contratos abusivos sin respaldo ni control estatal; la persecución por parte de “organismos del estado a los profesionales que promueven la ciencia digna en nuestros territorios”; y la exposición diaria, en la agricultura familiar, a cargas tóxicas; entre otras.
Desde la organización destacaron que la primera actividad del Encuentro de noviembre se llevará a cabo en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata “donde hay mucho por hacer todavía” y “donde aún prevalece como parte de los planes de estudio y cátedras donde se forman los profesionales del futuro el paradigma de conocimiento instalado por los monopolios de la agroindustria y sus prácticas que contaminan el agua, la tierra y el aire, y sobre todo la salud de las y los trabajadoras y comensales”.
Cabe destacar que el primer Encuentro Regional de Pueblos y Ciudades Fumigadas abordará, mediante talleres y asambleas de intercambio de experiencias y saberes, diversos ejes temáticos, como el patriarcado y las relaciones de poder con la división sexual del trabajo; el comercio justo y la propuesta de circuitos cortos en los que se evita las prácticas abusivas de las cadenas de distribución; la ciencia digna, que promueve las redes de profesionales y la recuperación de los saberes ancestrales y las prácticas de la agricultura de las comunidades indígenas y campesinas; entre muchos otros.