Carta de una travesti a todxs lxs trabajadorxs
¿Sabrán ustedes lo que es un destino de explotación? se pregunta una trabajadora trans y reflexiona sobre la expectativa de vida de la comunidad trans y travesti y el vínculo de esas condiciones con el trabajo.
por Quimey Ramos*
Hoy es primero de Mayo, día de lxs trabajadorxs. El día de hoy yo iba a estar en un festival en Rosario, el cual con mucho esfuerzo organizaban compañeras trans-travestis de allá. Hace más de una semana me agregaron a un grupo de whatsapp, dónde emocionadas nos iban contando, a mi y a todas las invitadas, cada noticia nueva, cada avance, cada logrito camino al día del festival. Pero hoy escribo desde mi casa, el festival tuvo que suspenderse. Una de las compañeras que lo estaba organizando fue internada de urgencia, y falleció por complicaciones derivadas de una gastroenteritis. Todo mi amor para ella, donde esté, y también, para sus compañeras y amigas travas.
No hablaré del caso en particular por respeto, más si resaltaré un dato que no es menor:
Su edad estaba dentro de nuestra baja expectativa de vida.Y eso se debe a la precarización de nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestras posibilidades.
…¿sabrán lo que les digo l@s docentes cuando vuelven a casa y no dan más sus gargantas por elevar la voz 6 horas seguidas en el aula?
¿Sabrá el basurero, con sus meñiscos rotos de saltar del camión andando a buscar la basura de las calles?
¿Sabrán lo que les digo las/los encargadas/os de limpieza con la cintura gastada de tanto fregar pisos?
¿Sabrá la/él mantero o lxs vendedores ambulantes de qué hablo luego de tener que correr de la policía para no perder sus pocas mercancías, y tener un antecedente por ganancia?
Hoy le escribo a lxs trabajadores, a todxs, entre lxs cuales existen muchas diferencias, para que entiendan por qué lxs trans/travestis estamos en la misma vereda, y por qué es importante que todxs luchemos por una Ley Nacional de Cupo Laboral Trans.
La colectividad trans travesti, aún hoy en el 2018, aún hoy, después de series como «sense8» y «los Roldán», seguimos teniendo un destino social generalizado: la marginalidad social y el mercado sexual. Algunos números ya son famosos: «El promedio de vida de una trans-travesti es de 35 años…» Pero ¿saben ustedes que en realidad, la gran mayoría muere antes de los 25, y el promedio se eleva por aquellas que han logrado llegar a los 50?
…Y algunos otros números, no son tan conocidos:
El 88% de la población censada en capital federal, no posee un trabajo formalizado.
El 76% de la población censada, comenzó a prostituirse antes de los 17 años. Y esto sucede porque toda esa población ha sido expulsada de sus hogares antes de esa edad.
¿Qué posibilidades de un trabajo formal tienen las personas que han sido echadas de sus casas a tan temprana edad?
¿sabrán de lo que hablo, l@s niñ@s que abren puertas de los autos, l@s que reparten estampitas en los trenes, l@s grandes, si es que quedan, que fueron niñ@s lustradores de zapatos?…
Muchxs, al escuchar la idea de un cupo laboral, piensan que es una cuestión de capacidad: que no debería existir, porque no deberíamos tener trabajo sólo por nuestra identidad, si no por nuestra capacidad. A quienes así piensan les respondo, primero,que es en base a nuestra identidad trans-travesti por lo cual histórica y mundialmente no se nos dá trabajo. Y segundo, que es por esto que nos volvemos incapaces. Vivimos en la pobreza, y entendamos una cosa: la pobreza incapacita socialmente. Aunque te Levantes temprano, te maquilles lo mejor posible, evites las miradas de asombro y rechazo en la calle, y así y todo vayas una, dos, tres, veinte veces a dejar un curriculum, nadie te llama.
Lo mismo pasa en las escuelas, y en los talleres de formación. En general, el rechazo del resto hace que termines optando por dejar; pero aún así, hay muchas personas trans que se han formado en oficios, pasaron años haciendo cursos, obtuvieron sus títulos, con promesa de trabajo seguro, y aún así no lo obtuvieron. Terminás por creer que vos no podés. Y no poder es igual a estar incapacitad@. Un 40% de las trans travestis que no siguen su formación explican que es por miedo a ser violentadas, mientras que otro 37% dice que sus ingresos económicos no le alcanzan.
…¿Sabrán de lo que les hablo todas las personas migrantes no formadas?
¿Sabrán de lo que les hablo todas las personas jóvenes en sus trabajos precarizadas ?
¿sabrá de qué le hablo, él/la moza/o con las muñecas hinchadas de tenditis luego de cargar platos y servir nervios a 65 pesos la hora ?
También surge quién dice que no podemos pretender nosotr@s conseguir trabajo mientras cientos y cientos son despedid@s. A ellxs les respondo: la deuda que tiene el Estado con nosotras es histórica: así como la población negra, a nosotr@s históricamente se nos ha visto negado nuestro derecho al trabajo, por que de hecho, se nos ha negado todo, excepto la condena y la cárcel. ¿Sabían de hecho que en provincia de Buenos Aires los últimos edictos policiales que permitían a la policía encarcelarnos por «llevar más de dos prendas del sexo opuesto» se eliminaron en el 2006, y en Formosa y Mendoza recién en el 2012? Es decir, recién hace 6 años. Y más del 90% de las trans travestis que han asumido su identidad antes de esos años, tienen los antecedentes penales de esos edictos, porque el antecedente no se borra. Y para trabajar en el estado, por ejemplo, la gran mayoría de cargos pide, en base a la «idoneidad», que la persona no posea antecedentes penales.
¿Sabrá de lo que hablo la persona que convive con VIH y por eso en un trabajo no es tomada?
También han dicho que no merecemos esta prioridad porque no tenemos familia a cargo, y que primero están las personas con familia. Es un gran error. Muchas personas trans hemos sido madres/padres. Les invito a leer, por si no la saben, la historia de Mariela Muñoz, que crío a 17 niñ@s. Y la cantidad de masculinidades trans que han gestado y han tenido hij@s, es un montón. Y también es verdad que como han sido socializados mujeres, les ha quedado, como a muchas mujeres, la responsabilidad de criar solos a sus hijxs. Pero por si esto no les convence, dejenme contarles algo más sobre familiares a cargo: cuánt@s de ustedes les han pasado plata a sus familias de origen para poder seguir teniendo trato? Y no hablo de cuidar a sus ancianos. Hablo de tener 17 años, llegar a la capital y tener que mandar plata a tu familia en el interior para que aún te atiendan el teléfono y poder decirles -Hola, ¿cómo estás mamá?-. Esta es la historia de much@s compañer@s trans que llegan a la ciudad y comienzan en el mercado sexual.
¿Sabrá de que hablo la madre de varios hij@s a la que no quiere poner en blanco el señor de la casa?
En cuanto a jubilaciones, se ha cuestionado severamente quiénes somos las personas trans, si corresponde que nos jubilemos como hombres, o como mujeres. Nosotr@s en general, no pensamos en jubilaciones, primero porque no llegamos con la edad. Pero también, porque la mayoría no accede a un trabajo formal. El porcentaje actual de jubiladxs trans es del 1,8% del total de nuestra población censada. ¿Sabrá de lo que le hablo l@ jubilad@ que cobra $7.600 de jubilación mínima, y a quién los medios enemistó con nosotr@s al decirles que íbamos a cobrar un subsidio que nunca llegó?
Aún sucede que muchxs de ustedes no empatizan con nosotras, a pesar de todo lo que cuento, por nuestras corporalidades. A esto, no hay mucho margen de respuesta: cada quien tiene el cuerpo que tiene, que puede construir según sus posibilidades y el qué le da la gana. Sin embargo, debido a que los cuerpos de las trans travestis están absolutamente estereotipados, es necesario explicar una de las principales razones del porqué: tiene que ver, otra vez, con el destino social que tenemos. Y no es casual: no han pensado ustedes por qué la mayor parte de las trans mediáticas están relacionadas al sector espectáculos, teatros de revistas, y no por ejemplo, al programa de debate político? Porque ser marginales es estar al borde, pero no afuera: el sistema nos pone un lugar claro al que pertenecer, y es el mercado sexual. Debemos ser objetos de deseo del cliente, la mayoría de los casos, un hombre cis. Y el cuerpo entonces, es mercancía.
¿Sabrá de lo que hablo, el fletero, que debe tener un cuerpo bien musculado para no destrozar sus huesos acarreando muebles?
Por último, hay una cuestión que me interesa dejar en claro. No pedimos trabajo porque el trabajo sea en sí mismo digno. O porque la calidad de las personas sea más digna a partir de tener un trabajo formalizado. No somos menos dignas por ser putas. ¿Qué pensará de dignidad l@ Médic@ que agota sus neuronas en la residencia haciendo más de 24horas de guardia? ¿ Sabrán lxs albañiles, con sus pulmones tomados por el polvillo de la cal durante años de construir para otrxs sus casas ? ¿sabrá de qué hablo el petrolero al sur con impotencia sexual después de haber trabajado más de 20 años en una boca de pozo? ¿Sabrá de qué le hablo la trabajadora de la tierra más al norte con cáncer de piel tras trabajar de sol a sol en campos de los que migrará eternamente?
¿Sabemos, trabajador@s, qué es la explotación humana?
Yo creo que sí. Porque en diferente medida tenemos una misma necesidad: poner nuestro cuerpo en una actividad a cambio remunerada, para poder subsistir. Eso es ser parte de este gran montón de personas llamadas trabajadoras. Y somos trabajador@s, porque aunque no tengamos trabajo, no tenemos la posibilidad de vivir tranquilamente sin hacer algo con nuestro cuerpo que no genere dinero: no somos dueñ@s de propiedades, no tenemos la posibilidad de tirarnos panza arriba y saber que vamos a comer, a dormir en una cama, a poder estudiar, a poder realizarnos.
No creo que el trabajo sea digno. Ser trabajador@s es sólo la demostración de que necesitamos del trabajo para poder subsistir. Pero la clave está en que sin trabajo formalizado, las posibilidades de proyectarse en otros aspectos, como tener tu propia casa, poder estudiar, como poder darnos momentos recreativos y de felicidad con otras personas, se achican terriblemente. Y esto lo entendemos tod@s l@ trabajador@s mencionad@s, quienes estan formalizad@s y quienes no. y Quienes no, sabemos que sufren una explotación mucho mayor. Y ese es el problema con la colectividad trans-travesti: que nosotrxs somos mucho más explotadxs porque no accedemos a un trabajo formal sólo por ser trans-travestis.
Lo único que podría celebrar hoy, son todos los derechos que hemos conquistado para trabajar cada día menos, y dedicarnos más a otras instancias de placer. Pero como travesti, no puedo celebrar nada: nuestros garantías laborales más básicas no están garantizadas, empezando por el acceso. Una Ley de Cupo Laboral cuanto antes, sería el 1er paliativo para que el Estado se responsabilice de nuestra situación actual y para que muchas de nosotras salgamos de la urgencia extrema y podamos empezar a ver el mundo que nos rodea con otros ojos: para que nos podamos mirar a nosotras mismas con otros ojos, para pensarnos con otros tiempos, los nuestros, y no los de la muerte; para que en la retina de nuestros ojos y en los tímpanos de nuestros oídos no se graben más caras, más nombres de amigas que se irán, consumidas por la indiferencia total, por el abandono total, por el no-abrazo total. Contra esto, necesitamos, sí, el abrazo entre y de tod@s: necesitamos que tod@s l@s trabajadores, trans y no trans, nos abracemos en nuestra lucha, y nque se vuelva reclamo urgente de tod@s la conquista básica de nuestros derechos.
¡CUPO LABORAL TRANS YA!
PD: TODOS los porcentajes fueron extraídos del libro»La Revolución de las Mariposas», actualización del 2017 en aniversario de «La Gesta del Nombre Propio.»
* Quimey Ramos es docente y activista travesti