ENTREVISTA A FERNANDO JONES HUALA, WERKÉN DE LA LOF CUSHAMEN “La recuperación de nuestro territorio es la única alternativa para escapar de la miseria”
El 13 de marzo de 2015, en ejercicio de sus derechos ancestrales sobre el territorio, se creó la comunidad pu lof en resistencia de Cushamen en la Estancia Leleque, propiedad actual de la familia Benetton. Desde entonces, sin diálogo político a la vista, la comunidad ha sido permanentemente hostigada y amenazada por las fuerzas de seguridad y la justicia. El último episodio fue la represión del 1º de agosto que terminó con la desaparición de Santiago Maldonado. “La desaparición forzada no es, para nosotros como pueblo mapuche, algo nuevo o aislado. Los pueblos originarios hemos sido víctimas de estos crímenes de lesa humanidad desde que se avanzó militarmente sobre nuestros territorios”, dice Fernando Jones Huala.
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(Agencia) En idioma mapuche Werkén significa “mensajero”, Fernando Jones Huala encarna esa autoridad tradicional en la comunidad pu lof en resistencia de Cushamen y dice, al presentarse, que tiene “la responsabilidad de entregar el mensaje de mi gente”. Fernando es, además, el hermano del lonko Facundo Jones Huala, detenido ilegalmente desde hace dos meses y a la espera de un segundo juicio de extradición. “Entre tantas pruebas de la persecución política y violencia institucional, también se expondrá en este caso la desaparición de Santiago”, señala Fernando.
Santiago Maldonado está desaparecido desde hace 41 días, la última vez que lo vieron fue durante la brutal represión de Gendarmería en la lof de Cushamen el 1º de agosto. Los testigos de la comunidad declararon que vieron como Santiago fue cercado y golpeado por Gendarmes y luego trasladado en una camioneta de esa fuerza federal. “Santiago estaba ahí y sabía bien por qué estaba: denunciaba la detención ilegal, reclamaba la libertad del lonko y se solidarizaba con la lucha de nuestro pueblo”.
No se puede hablar de la desaparición forzada de Santiago sin hablar del conflicto por la tierra, de la recuperación del territorio como “ejercicio de un derecho ancestral”, de la experiencia de la lof de Cushamen y de la persecución y criminalización que viene sufriendo la comunidad desde hace 18 meses.
“El Estado debe generar las condiciones y garantías necesarias para iniciar un diálogo político e histórico serio. No está sólo nuestra exigencia de reivindicación de derechos legítimos sino que el propio Estado argentino ratificó numerosos tratados y declaraciones internacionales en esta materia. Las herramientas para darle solución, existen desde hace más de una década”, sostiene Jones Huala. Y agrega: “Nosotros exigimos paz para poder desarrollar nuestra cultura de manera integral”.
Un espacio recuperado por el pueblo mapuche
“En este momento, en el conjunto de los pueblos originarios, se ve una renovación de ideas de cómo sostener esta lucha de acuerdo a la experiencia que nos ha dejado la historia: hay pueblos que están dejando atrás eso de mendigar derechos para pasar a una etapa de ejercer nuestros derechos”, dice el werkén. La creación de la lof Cushamen se inscribe en esa definición.
El 13 de marzo de 2015 la comunidad ingresa al predio de la Estancia Leleque para recuperar y reivindicar este espacio territorial como parte del pueblo mapuche: “Esta vuelta al territorio se da por la necesidad de desarrollar de manera integral la forma de vida de nuestro pueblo, como única opción alternativa para escapar de la miseria y marginalidad de este sistema que excluye a los pueblos originarios”, explica Jones Huala.
Para los pueblos originarios, la tierra es la posibilidad de ser: “En nuestra comunidad, practicamos esta forma de vida, trabajamos la tierra, rescatamos el conocimiento y sabiduría de nuestros mayores. A diferencia de otras comunidades, nosotros también llevamos a la práctica la enseñanza del idioma y ceremonia en nuestras escuelas”.
Jones Huala también aclara que la lucha del pueblo mapuche no es una lucha personal sino una lucha por el futuro, por la construcción de una conciencia humanitaria: “Nuestra lucha es para ofrecer una alternativa para una vida más sustentable, sana y feliz. Los pueblos originarios en sí han tenido una forma de vida que los ha llevado a perdurar por miles de año; en cambio, el sistema capitalista tiene escasos años de desarrolla y ya calculan que dentro de 100 años se va a necesitar otro mundo para abastecer este consumo, pero no tenemos otro mundo”.
Pero, además, es una lucha contra la injusticia. El werkén de la lof Cushamen calcula que sólo en la provincia de Chubut hay más 100 comunidades mapuches, mapuches-tehuelche, que están atravesando conflictos territoriales. “La Constitución Nacional habla de tierras aptas y suficientes; una vez que tengamos un espacio de diálogo abierto con el Estado hablaremos del territorio recuperado de acuerdo a las familias que compongan cada comunidad y a la ubicación geográfica”.
Facundo
“Que dejen de perseguirnos, criminalizarnos, estigmatizarlos, difamarnos, judicializarnos, matarnos, desaparecernos”, enumera Jones Huala. Desde la recuperación del territorio en Cushamen, la comunidad ha sufrido el avance represivo del Estado que, lejos de reconocer los derechos legítimos del pueblo mapuche, defiende el saqueo de la familia de Benetton. La escalada de violencia empezó con la persecución a la máxima autoridad mapuche, el lonko Facundo Jones Huala y terminó en la desaparición de Santiago Maldonado.
El 27 de mayo de 2015, dos meses después de la creación de la lof Cushamen, Facundo Jones Huala fue detenido en el predio de la comunidad en un allanamiento realizado con extrema violencia por efectivos de la Policía de Chubut, de Gendarmería y del Grupo Especial de Operaciones de la Policía (GEOP). El lonko estaba acusado de incendiar un campo, en el marco de un reclamo mapuche por la defensa activa del Ngen Mapu Kintuante en Chile; esa causa penal originó el pedido de captura internacional y el pedido de extradición.
“El allanamiento fue ilegal, hubo testigos que fueron torturados, intervención de espías de la AFI y un evidente hecho de persecución y hostigamiento contra el lonko, la familia y la comunidad. Todas estas ilegalidades y arbitrariedades fueron presentadas y determinaron la libertad de Facundo”, señala el werkén. En base a estas pruebas, el juez federal Guido Otranto declaró la nulidad del proceso y rechazó la extradición del lonko.
“El fallo fue apelado por la fiscal Ávila, la misma que supuestamente investiga la desaparición de Santiago”, dice Fernando Jones Huala. El 27 de junio, el lonko fue nuevamente detenido. “Este segundo proceso se decide aun cuando la misma Corte Suprema ratificó la decisión del juez Otranto. Esto ya escapa a toda lógica jurídica y evidencia, más que nunca, que se trata de persecución política e ideológica”, cierra.
El 1º de agosto miembros y compañeros de la comunidad Cushamen habían cortado la Ruta 40 para reclamar, una vez, por la libertad del lonko. La noche anterior, Santiago Maldonado había llegado a la lof para solidarizarse con la causa y los videos que tiene la justicia lo muestran en el corte de ruta. Lo que sigue es conocido: Gendarmería ingresó, sin orden judicial, al territorio recuperado a perseguir a los manifestantes; todos logran cruzar el río Chubut menos Santiago que es alcanzado por gendarmes, golpeado en el suelo y trasladado en un móvil de la fuerza federal. “No nos gustaría saber de que, realmente, había un plan para desaparecer a alguien ese día”.
Santiago
“Lo que sucedió con Santiago es un mensaje muy claro y, al mismo tiempo, mafioso. Lamentablemente, la desaparición forzada no es, para nosotros como pueblo mapuche, algo nuevo o aislado. Los pueblos originarios hemos sido víctimas de estos crímenes de lesa humanidad desde que se avanzó militarmente sobre nuestros territorios”, aclara Fernando Jones Huala.
Desde el primer momento de la investigación, todas las pruebas apuntaban hacia la responsabilidad de Gendarmería en la desaparición; sin embargo, el Poder Ejecutivo —en complicidad con la justicia— intentó encubrir esa responsabilidad y desviar la información para investigar a la víctima, la familia, la comunidad mapuche. Investigar cualquier cosa menos la responsabilidad de Gendarmería.
“La justicia viene mintiendo desde el primer día. El primer rastrillaje, que lo hizo un grupo de buzos de la Prefectura Naval de Bariloche y un grupo de la unidad canina de Trevelin, se hizo presente en nuestra comunidad y los miembros conversaron sobre el procedimiento, acompañó y ayudó este procedimiento de busca de olores y pericias. El resultado coincidía con el testimonio que venía dando la comunidad, coincidió plenamente, pero al otro día el juez Otranto saca un comunicado oficial donde mientan”, recuerda Jones Huala.
El 2 de agosto, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó el primer habeas corpus por desaparición forzada y se constituyó luego como querellante. Desde entonces, y atento a las pruebas, solicitó que se avance en la identificación, secuestro, y peritaje de las armas que fueron utilizadas en la represión del 1º de agosto, en las pericias sobre la totalidad de los sistemas de comunicación y que se investiguen las cámaras de seguridad y videos filmaciones de la zona. También reclamó que Gendarmería sea apartada del territorio ya que sigue apostada en la entrada de la lof en una clara actitud de amedrentamiento.
Algunas de esas medidas todavía no se realizaron, otras se demoraron demasiado y se perdió un tiempo valioso para llegar a la verdad. “Han sido tantas las mentiras de los funcionarios y los medios, las irregularidades. Este plan de encubrimiento deja cada vez más en evidencia la responsabilidad de Gendarmería”, cerró Jones Huala.