Construyen un museo autónomo de gestión indígena
En Punta Querandí iniciaron la construcción de un museo autónomo de gestión indígena para contar la historia y el presente de los pueblos originarios del lugar. “Tras una década de abandono estatal se abre paso la autodeterminación de la memoria”, dicen los impulsores del proyecto.
ANDAR en Tigre
(MDP) El Movimiento en Defensa de la Pacha, organización formada por familias de distintos pueblos originarios y vecinos, tiene una colección enorme de tiestos de vasijas de mil años de antigüedad. Durante años, el desmoronamiento de la barranca fue dejando visibles miles y miles de pezados de vasijas entre otros elementos ancestrales. A pesar de nuestros reiterados pedidos, las autoridades de patrimonio cultural de Nación, Provincia y Municipio de Tigre no tomaron ninguna medida para proteger este patrimonio, “literalmente abandonaron Punta Querandí hace una década”, dicen las familias.
En el museo comunitario harán eje en el surgimiento del paraje Punta Canal y su parada intermedia del ferrocarril durante el siglo XX, y la historia de Ana María Martínez, militante desaparecida cuyo cuerpo fue hallado en Punta Querandí en 1982.
La aparición de restos arqueológicos ancestrales fue el disparador de todo un movimiento para proteger las tierras, que ya eran utilizadas como lugar de pesca y encuentro familiar desde hace generaciones. El MDP tiene la posesión de las tierras desde hace una década con actividades espirituales, culturales, educativas, recreativas y distintas construcciones: el salón Cacique Manuá, un quincho con techo de capi ñaro (paja brava), la casilla de protección comunitaria y el Opy, casa ceremonial guaraní destruida en dos oportunidades. Además está la Apacheta (sitio de ofrendas a la Pacha) de la cultura andina y un monolito que conmemora la aparición sin vida de la militante Ana María Martínez en 1982, por el cual un sector del predio es reconocido como sitio de la memoria del terrorismo de Estado por el Municipio de Tigre.
Desde la organización tomaron en sus manos la tarea de preservar este patrimonio sagrado “porque son los rastros de los ancestros de nuestro territorio, cuyos espíritus están presentes y nos dan fuerza para sus derechos sean respetados”, explican y aseguran que la construcción de este museo no tradicional es un paso más en ese camino.