Manifestación frente a Nordelta por la desaparición de lugares sagrados en Tigre
El Movimiento en Defensa de la Pacha realizó una concentración frente a para difundir a la comunidad tigrense la destrucción de enterratorios ancestrales y los ataques contra lugares ceremoniales de los pueblos originarios por la construcción de barrios privados.
ANDAR en Tigre
(Movimiento en Defensa de la Pacha) La convocatoria fue el domingo 11 de diciembre cuando se repartieron casi mil volantes con información y se colocó un cartel señalizando la desaparición de un cementerio indígena por obras de Nordelta. “La fuerza de los ancestros se hizo sentir durante la ceremonia que realizamos a orillas del arroyo Sarandí y nos acompañó durante la protesta”, aseguraron los organizadores.
Después de colocar el cartel, que fue pintado en las últimas dos jornadas comunitarias de Punta Querandí, donde el MDP se convoca todos los domingos, se llevó a cabo una ceremonia.”Fue muy emotiva, se hizo para tener una conexión con los ancestros y se sintió su presencia, contamos con la fuerza de ellos”, explicaron.
“Los objetivos se cumplieron, tanto espiritual como políticamente. Sabemos que el cartel seguramente no va a tener mucho tiempo de supervivencia, puede haber represalias, pero si es necesario lo volveremos a hacer, como el Opy en Punta Querandí que lo construimos por tercera vez”, expresaron desde el Movimiento en Defensa de la Pacha.
Frente al Centro Comercial de Nordelta pasa un arroyo casi imperceptible, es el Sarandí, que desemboca en el río Luján y era uno de los lugares habitados por las comunidades originarias. En la década de 1920 fue hallado en la zona un cementerio indígena, de donde excavaron casi medio centenar de esqueletos. Las obras de Nordelta a fines del siglo XX destruyeron definitivamente este espacio sagrado.
“Lejos de ser un caso aislado, la situación se repite en cada uno de los emprendimientos inmobiliarios que avanzaron destruyendo los humedales tigrenses desde la década de los ’90, aunque por falta de estudios previos es difícil determinar la cantidad de sitios arrasados. Sí es conocido otro caso similar: el Complejo Villa Nueva (de EIDICO) destruyó el sitio “Arroyo Garín” durante la construcción del barrio privado Santa Catalina, en las inmediaciones de Punta Querandí”, denuncian.
Desde el MDP consideran que los cuerpos de los ancestros deben regresar a su territorio y afirman que hay otros lugares ancestrales amenazados, como Punta Querandí, Rancho Largo y La Bellaca 1,2 y 3, todos ellos en peligro por distintos emprendimientos inmobiliarios.
El daño generado por el mercado inmobiliario no se agota en la desaparición del patrimonio arqueológico indígena: la destrucción de miles de hectáreas de humedales agravó las inundaciones a los vecinos preexistentes, desplazó a pobladores históricos y privatizó calles, costas y cursos de agua, entre otras problemáticas.
En toda la Cuenca del Río Luján, los vecinos con el apoyo de sectores académicos reclaman la prohibición de este “modelo urbanizador” con altos costos sociales y ambientales. Sin embargo las autoridades de Tigre mantienen su política: toda la franja continental del distrito está liberada para que sigan avanzando los countries náuticos.
En el caso de Punta Querandí, ubicado en el paraje Punta Canal de Dique Luján, donde semanalmente se realizan actividades educativas y ceremoniales, son recurrentes las situaciones de violencia por parte de quienes pretenden adueñarse del terreno, una parcela que funcionó como parada del ferrocarril en el siglo XX. Por segunda vez en menos de tres meses, han destruido nuestro Opy (templo guaraní), un hecho que los concejales oficialistas del Frente Renovador se negaron a repudiar en el Concejo Deliberante de Tigre, allanando el camino para nuevas agresiones.