“Una lucha que no se ha extinguido”
A 39 años del secuestro de José Adhemar Changazzo Riquiflor, el recuerdo y homenaje de la comisión por los derechos humanos de Trenque Lauquen.
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(Comisión por los Derechos Humanos de Trenque Lauquen) José Adhemar Changazzo Riquiflor tenía 28 años cuando fue secuestrado por un grupo de tareas genocidas, el 21 de septiembre de 1977 en la ciudad de Mar del Plata. José trabajaba en un taller mecánico y estaba afiliado al Partido Comunista. Su esposa Silvia estaba embarazada al momento del secuestro de José, que no llegó a conocer a su hija Mariana Alicia.
Luego de permanecer como detenido-desaparecido en el centro clandestino que funcionaba en la Base Naval de Mar del Plata, el 17 de noviembre de 1977 José Adhemar Changazzo y dos compañeros de militancia (Eduardo Alberto Caballero y Saturnino Ianni) fueron asesinados de un balazo en la cabeza en un enfrentamiento fraguado, y un día después fueron enterrados en el cementerio Parque de esa ciudad como NN.
José Adhemar Changazzo es el único trenquelauquense víctima del terrorismo de Estado cuyos restos fueron identificados por el EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) en julio de 2007, junto con los de Caballero, también militante del Partido Comunista. En aquel momento Graciela Changazzo, hermana de José, manifestó su alegría porque «el 22 de julio mi hermano cumplía años y el mejor regalo que podía hacerle era ir a saludarlo al lugar donde reposan sus restos».
Por eso ahora, al cumplirse 39 años del secuestro de José Adhemar Changazzo Riquiflor, primer integrante desaparecido de una familia que sufrió la terrible pérdida de tres integrantes (el padre, Francisco José ‘Poroto’ Changazzo Bacci, y otro hijo, Oscar Rodolfo Changazzo Riquiflor, ambos secuestrados el 26 de enero de 1978, es decir cuatro meses después que José), volvemos a proponer una memoria activa, que tome de aquel pasado trágico las enseñanzas que permitan transitar presente y futuro en el marco de una sociedad democrática e inclusiva, en la que la digna calidad de vida de las mayorías no sea una aspiración remota sino una realidad que no pueda ser modificada por los cambios en las políticas del Estado argentino.
JOSÉ ADHEMAR CHANGAZZO: ¡Presente! ¡Ahora y siempre!