ENTREVISTA CON HILDA PRESMAN “Los funcionarios tuvieron que ver la realidad de las cárceles”
Cómo es la experiencia de monitoreo de mecanismo de prevención de la tortura en Corrientes y cómo la presencia e intercambio con la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires generó nuevas herramientas y otro espacio de visibilidad para estos problemas. Una entrevista con la referente de la red de derechos humanos en Corrientes.
ANDAR en las cárceles
(Agencia) Hilda Presman es coordinadora de la red de derechos humanos en Corrientes y hace ya bastante tiempo que trabaja en cárceles y comisarías de esa provincia no sólo en lo vinculado a situaciones de violencia o vulneración de derechos sino con proyectos de educación en cárceles. Como parte de la Red Corrientes de derechos humanos ha acompañado y apoyado la creación e impulso de los mecanismos regionales de prevención de la tortura sobre cuya constitución tiene una mirada crítica: “este mecanismo se ha creado hace alrededor de un año y medio y desde nuestro criterio está formado por demasiados estamentos del estado, de hecho nosotros no lo integramos aunque acompañamos en algunas circunstancias”, señala. Hilda explica que quienes presiden el dispositivo son referentes de derechos humanos de vasta trayectoria y conocido compromiso con las personas privadas de libertad y con los derechos humanos, “pero en la composición se plantea una presencia muy fuerte de integrantes del ejecutivo, el legislativo y el poder judicial, la representación de las organizaciones es pobre, escasa. Si bien hay por ejemplo una asociación de personas liberadas, y esto me parece interesante, después hay mayormente funcionarios”.
Por eso vio como una gran experiencia el intercambio que se dio cuando la semana pasada la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires pudo acompañar y asesorar al mecanismo local en sus inspecciones. “Me pareció importante que este comité tomara contacto con la Comisión por la Memoria para precisamente poder aprovechar el intercambio de experiencias en función de mejorar cuestiones en relación a su funcionamiento”
¿Cómo fue la experiencia de esta inspección junto a los integrantes de la CPM?
Fue una jornada impactante te diría. Por la fuerte repercusión que ha tenido y por la profundidad del relevamiento, nosotros conocemos y regularmente estamos en las unidades penales pero yo creo que no hay antecedentes en la provincia de Corrientes de un relevamiento de tal profundidad, con tanto rigor, con tanto detalle en las entrevistas. Además como nos acompañaron medios periodísticos locales fue de mucha repercusión posterior, lo que nos permite un grado de visibilización de situaciones que estaban muy sumergidas en la Provincia.
¿Qué impacto hubo en la opinión pública?; ¿han recibido alguna devolución?
Nos parece que ha sido positivo y la presencia en esta actividad del presidente de la Comisión, Adolfo Pérez Esquivel, ha sido muy importante y nos ha permitido que a funcionarios del ejecutivo o de legislativo -que a lo mejor en otras condiciones toman con más ligereza la problemática carcelaria- se les ha impuesto esta realidad, tuvieran que verla.
Desde la red Corrientes acompañan el desarrollo de “un proceso muy interesante de personas en situación de cárcel que se han conformado en un colectivo solidario que se denomina yaja porá que en guaraní quiere decir ‘estamos yendo, vamos bien’ que tiene que ver con proyectos educativos y demás, y en tal sentido tenemos una concurrencia regular a unidades penales, fundamentalmente a la Unidad Penal 1”, explica Hilda. A partir de esta concurrencia tienen un vínculo regular con los espacios de encierro y por eso participaron el año pasado del seminario para mecanismos de control que dictó la CPM.
Hilda recuerda el impacto que le produjo la cárcel de Olmos de la provincia de Buenos Aires durante su asistencia a esa capacitación. “Lo que una primero observa es la magnitud de ese penal. Nosotros hablamos en las distintas unidades de Corrientes una población de 350, 400, 450 personas y eso es una diferencia que se nota. De cualquier manera cada centro de detención tiene particularidades pero en realidad uno encuentra la misma desolación, el mismo abandono, la misma violencia”, recuerda. De todas formas también encontró que “en general la violencia penitenciaria es la misma: el maltrato, la morosidad judicial, el hacinamiento, lamentablemente, se repiten, no hay muchas diferencias entre provincias en la crueldad del sistema.
Recuperando esos conocimientos Hilda considera que “la experiencia de sistematización de la CPM me es sumamente importante para conocerla, saber cómo ordenar las entrevistas, qué buscar, cómo buscar, recuperar información importante y jerarquizarla, y eso puede generar otra mentalidad en el comité contra la tortura local”, concluye.