A UN AÑO DEL ASESINATO DE SANTIAGO LEDESMA El pibe en la esquina, siempre presente
“Queremos hacerle un homenaje porque no se merecía esto”, dice María Cano, la mamá de Santiago Ledesma, un joven de 18 años al que un policía federal de su mismo barrio le disparó en una pelea. Ayer su familia y amigos lo recordaron en esa esquina donde lo mataron en San Francisco, Florencio Varela.
ANDAR en Florencio Varela
(Agencia) En la madrugada del 18 de abril de 2015, un policía federal mató con su arma reglamentaria a Santiago Ledesma e hirió a su amigo Carlos a media cuadra de su casa en el barrio San Francisco de Florencio Varela. Santiago estaba terminando el secundario e iba a ser padre. El policía que disparó, que estaba fuera de servicio, también vivía en el barrio. Ayer sus 6 hermanos, sus padres y amigos, acompañados por organizaciones políticas y sociales, lo recordaron en esa misma esquina donde lo mataron.
“Vamos a colocar un monolito para que se vea lo que pasó”, adelanta María, su mamá. Por ahora los vecinos y familia colgaron un pasacalle y escribieron su nombre en la pared de esa esquina: “Santi siempre presente”, dicen con aerosol negro.
El policía que disparó, Adrián Cazón de 24 años, se entregó horas después de la pelea a la policía bonaerense y quedó detenido. Alegó que los jóvenes habían querido robarle y en un forcejeo se había disparado el arma. Carlos, el amigo de Santiago, sobrevivió y su testimonio contradijo el de Cazón que terminó detenido con una causa por violencia institucional.
Hace un año que la justicia avanza a su paso lento. “La causa va caminando, yo voy mucho a ver cómo sigue todo y la fiscal ya me dijo que se pidió para elevar a juicio el caso”, dice María. En la espera la familia de Santiago se rodeó de otras mamás y personas atravesadas por la violencia policial y fueron aprendiendo a seguir de cerca su reclamo para que la justicia no se duerma. “Cuando pasó esto no sabía cómo iba a seguir, y conocí a Noemí de la cooperativa Esperanza y a otras señoras como Eugenia –la hermana de Andrea Viera- y es más fácil porque me entienden y nos acompañamos”, cuenta la mamá de Santiago.