Caso Karina Abregú Sobrevivir a la violencia machista
Entre el 11 y el 13 de abril, en el Tribunal Oral 1 de Morón se realizó el juicio por el intento de femicidio perpetrado contra Karina Abregú. Su ex marido, Gustavo Albornoz, le pegó y luego la roció con alcohol, para finalmente prenderla fuego el 1 de enero de 2014. Ella salvó su vida al arrojarse a una pileta de natación. Estuvo al borde de la muerte, con varios paros cardíacos y decenas de operaciones; se quedó sin trabajo y sin obra social. Albornoz estuvo preso un mes, al comienzo de la causa, y desde entonces está libre. La lectura de los alegatos se prevé para el viernes 15; luego, los jueces dictarán sentencia.
ANDAR en Morón
(Agencia) Organizaciones sociales, políticas, de mujeres, vecinos, familiares y amigos acompañaron a Karina durante el juicio. Karina es una sobreviviente de la violencia machista y vive aterrada desde hace años. Su ex marido no sólo la maltrató y desfiguró durante los trece años que estuvieron casados, sino que también la prendió fuego. Ella lo había denunciado 15 veces por violencia de género.
Después del incendio que le dejó el 55% de su cuerpo quemado, estuvo internada seis meses y fue sometida a 30 operaciones. Antes de este intento de femicidio, ella había realizado 15 exposiciones previas por violencia. Al realizar la denuncia en la UFI N° 10 de Morón, especializada en violencia de género y a cargo de la Dra Paula Hondeville, la respuesta es que “no presentaron pruebas, ni los elementos necesarios para que pudieran actuar”. En noviembre, a más de 20 meses del intento de femicidio, Albornoz iba a enfrentar un juicio por tentativa de homicidio agravado por el vínculo, la carátula bajo la que quedó el ataque a Abregú. Pero el presunto femicida, que sigue en libertad, consiguió prorrogar el debate hasta abril de 2016 y continuó amenazando.
Los abogados que representan a Karina solicitaron el cambio de carátula a tentativa de femicidio pedido que fue aceptado por el TOC 1, integrado por los jueces Uboldi, Maldonado y Chaminade.
“Realmente fue un proceso muy duro y cuesta mucho mantener el ánimo. Llegar a esta instancia, escuchar la cantidad de mentiras por parte de algunos compañeros de trabajo de Karina y del femicida, a quienes con muy poco les compraron su silencio, es muy difícil. Igual confiamos en el Tribunal que ha sido muy cuidadoso y está preservando a Karina”, contó a ANDAR Carolina Abregú, hermana de la víctima. “Acá hubo una cadena de abandonos. Desde la primera vez que ella hizo la denuncia por maltrato en la Comisaría de la Mujer y la 1° de Merlo, luego hizo 14 más; las denuncias que nadie escuchó en la Comisaría de la Mujer de Martínez, los jefes que la veían llegar golpeada y no hacían nada y que luego la echaron, dejándola sin obra social; los médicos que la atendieron en la guardia del Hospital Eva Perón de Merlo que dudaron de su palabra. Hubo una cadena de silencios, de abandonos que puso en riesgo la vida no sólo a Karina sino de todo el grupo familiar. Hoy seguimos acompañándola”.
Karina Abregú necesita de la ayuda de todos para costear sus remedios y las próximas cirugías que necesita para tener una buena calidad de vida. El próximo viernes espera con ansias que la justicia repare algo del daño que este hombre provocó en su vida y en la de sus hijos.