Tuberculosis en el complejo penitenciario de Batán
El Juzgado de garantías Nº 4 de Mar del Plata dio lugar a un habeas corpus preventivo y correctivo que alertaba por alto índice de casos de enfermos y fallecidos por tuberculosis. Se ordenó una serie de medidas para prevenir una infección. El fallo retoma datos y estadísticas producidos desde la CPM. En la última inspección realizada por el CCT-CPM en noviembre se había alertado sobre la situación.
ANDAR en las cárceles
(Agencia) El Juzgado de Garantías Nº 4 de Mar del Plata, a cargo de Juan Tapia, hizo lugar al habeas corpus colectivo preventivo y correctivo, presentado por la Defensora General de Mar del Plata, Cecilia Boeri, ante la falta de recaudos para detectar, brindar tratamiento y evitar el contagio de tuberculosis (TBC) en las personas detenidas en el Complejo Penitenciario Batán. La Comisión Provincial por la Memoria participó de esta presentación como “parte interesada” y ha denunciado reiteradamente el impedimento del acceso a la salud en el complejo.
[pullquote] se detectaron al menos 5 fallecimientos por TBC, a los que se podrían sumar a otros casos que aún se investigan[/pullquote]
Según la Defensora, entre junio de 2014 y diciembre de 2015 se detectaron al menos 5 fallecimientos por TBC, a los que se podrían sumar a otros casos en los que aún se investigan las causales de muerte. Entre quienes murieron con diagnóstico de TBC se detectaron personas cuya enfermedad no había sido previamente detectada por el Área de Sanidad y otras en los que la constatación fue tardía con consecuencias fatales. Esta situación implica que pueden existir muchos enfermos que aún no han sido diagnosticados y que no están recibiendo atención médica.
[pullquote]en algunas personas la enfermedad no había sido detectada por el Área de Sanidad y otras la constatación fue tardía . Esta situación implica que pueden existir enfermos que aún no han sido diagnosticados[/pullquote]
EL juzgado comprobó que se desconoce el número total de detenidos que fallecieron por tuberculosis, como así también la cantidad de personas que pueden encontrarse infectadas y en condiciones de contagiar a otros. Desde la CPM se había advertido la ausencia de estos registros durante la última inspección realizada en noviembre de 2015. En ese momento, se indicó que las patologías de las personas alojadas en el sector de sanidad excedían ampliamente la capacidad del sector y que los registros e historias clínicas eran “de suma pobreza” con “fechas y estudios mezclados” y que los libros en Sanidad eran “irregulares, incompletos, o registran parcialmente algunas atenciones”.
La audiencia y los números
Acompañando esta preocupación, el juez Juan Tapia hizo lugar al Habeas Corpus y se constituyó en el Área de Sanidad de la Unidad Penal Nº 15 para corroborar la información. El equipo del juzgado constató que faltaban las historias clínicas solicitadas y que este tipo de documentación se depositaba en un espacio muy reducido y “en pésimas condiciones de orden y limpieza” con los papeles apilados sin ningún orden, legajos mojados o incluso sin identificación. Salieron de la unidad sin poder acceder a la cantidad de casos de tuberculosis diagnosticados a partir de 2014 ya que tampoco pudieron brindar esa información las autoridades administrativas del Área de Sanidad del Complejo Penitenciario.
[pullquote]las autoridades administrativas del Área de Sanidad del Complejo Penitenciario no sabían cuál era la cantidad de casos de tuberculosis diagnosticados a partir de 2014[/pullquote]
En ese marco se convocó a una audiencia de la que participaron, además de los funcionarios judiciales, representantes del área de epidemiología de la Zona Sanitaria Octava y del Instituto Nacional de Epidemiología, la Fiscalía de Estado y el jefe del Área de Sanidad del Complejo Penitenciario , el Dr. Alejandro Bidondo.
En principio se analizó que la tasa de mortalidad por TBC, que en el país es de 1.8 cada 100.000 habitantes, se encuentra disparada en forma alarmante en la Unidad Penal 15, donde al menos en el último año se han detectado 3 muertes en una población apenas superior a los 1000 detenidos, sin contar los casos de fallecimiento sin diagnóstico confirmado.
[pullquote]En Mar del Plata, el registro anual de TBC ronda los 120 casos, en el complejo penitenciario Batán el promedio anual de casos es de 10 a 15[/pullquote]
De acuerdo a lo registrado por la zona sanitaria, en Mar del Plata, el registro anual de TBC ronda los 120 casos, mientras que en el complejo penitenciario Batán el promedio de casos es de 10 a 15 por año, aunque en el año 2014 aumentó a 18 casos registrados. Según lo que relevó el juzgado durante el 2015 hubo al menos 5 pacientes a los que se les detectó tuberculosis sólo en la Unidad Penal 15.
Los profesionales señalaron que el riesgo de enfermarse de TBC en la cárcel es de un 22% más alto, ya que existen numerosos factores de riesgo derivadas de las condiciones ambientales del encierro. Y advirtieron que “la cárcel está siendo un lugar de concentración de la enfermedad. Hay muchos casos. Además hay casos registrados de ex presidiarios. Es un lugar de concentración que los convierte en un grupo vulnerable, además de otros grupos ya de por sí vulnerables (HIV, drogadependientes, etc)”.
[pullquote]la cárcel está siendo un lugar de concentración de la enfermedad. Hay muchos casos[/pullquote]
Los médicos explicaron además que si bien un 30% de la población tiene el bacilo en su cuerpo, si esas personas están en buenas condiciones de salud la enfermedad no se manifiesta. El problema se presenta cuando no comen, padecen otras enfermedades como HIV o se enfrentan a condiciones como las carcelarias.
En su fallo el juez Tapia ordenó varias medidas entre las que se destacan la realización del examen de TBC a toda la población de la unidad penal 15 para determinar la cantidad de internos infectados con tuberculosis, efectuar un diagnóstico adecuado y disponer el tratamiento que corresponda; la capacitación del personal penitenciario y la adopción de medidas ambientales para prevenir una infección; y la realización de fichas personales y el reordenamiento del área administrativa donde se conservan las Historias Clínicas de los detenidos, todas con el posterior control judicial que amerita la situación. Además Tapia sugiere adoptar la realización de estudios bacteriológicos y la radiografía de tórax “como política de estado al ingreso a los penales”.
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