LA CPM VISITÓ LA COOPERATIVA TEXTIL Transformar el dolor en esperanza
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) visitó la cooperativa textil Esperanza de Villa Ballester, un emprendimiento de familiares víctimas de la violencia institucional. Participaron de la jornada el presidente del organismo, Adolfo Pérez Esquivel, Víctor Mendibil, Roberto Cipriano García, el padre Pepe Di Paola, Nora Cortiñas y la directora general, Sandra Raggio. Acompañaron Leonardo Grosso y Leonardo Rebolino, referentes de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional.
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(Agencia) “Nos llena de alegría estar acá. Conocer este lugar, la lucha de estas mujeres para sobreponerse al dolor y construir un mundo mejor. Cooperativa Esperanza nos reconcilia con esa lucha permanente por lograr un país más justo y solidario”, expresó el presidente de la CPM, Adolfo Pérez Esquivel, durante la charla abierta realizada en el edificio donde funciona la empresa textil en el partido de San Martín. La jornada contó también con la presencia del vicepresidente del organismo, Víctor Mendibil, el prosecretario, Roberto Cipriano García, los miembros permanentes Nora Cortiñas y el padre Pepe, y la directora general de áreas, Sandra Raggio. Por la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional participaron Leonardo Grosso (diputado nacional FPV y referente del Movimiento Evita) y Leonardo Rebolino.
La cooperativa Esperanza es un emprendimiento que nació en las largas colas que se generan en las puertas de los penales los días de visita y donde las padecen todo tipo de requisas y tormentos. Nació también de la necesidad de costear los gastos de traslados, la comida y los medicamentos para los familiares que están detenidos.
Hoy, más de 40 personas trabajan en la cooperativa que no sólo es una fuente de trabajo sino también un espacio de contención, solidaridad e inclusión. Noemí Santana, la creadora de este emprendimiento, mencionó durante la visita de ayer que “es muy difícil encontrar gente en el camino que nos acompañe, que nos escuche; por eso es un honor recibir a la CPM en este lugar, en este espacio que construimos a partir del dolor y que nos llena de esperanza cada día».
“Es la primera actividad desde que tengo el honor de integrar la CPM y esta visita da esperanza y aliento. Estas madres nos enseñan a seguir luchando, a no bajar los brazos para que haya verdad y justicia, y también para reivindicar a sus hijos y reclamar que se termine para siempre la violencia institucional, el gatillo fácil y la persecución a los jóvenes”, expresó Nora Cortiñas sobre el final de la visita a la cooperativa.
En la misma línea, Roberto Cipriano García celebró este encuentro y sostuvo que “muchas veces, tenemos que hablar desde el dolor que nos imponen las difíciles situaciones que padecen las víctimas de violencia institucional; por eso encontrarnos a los familiares en estos momentos de felicidad nos llena de esperanza”.
El diputado nacional Leonardo Grosso expresó que «desde la Campaña Nacional y acompañamos a Noemí y el trabajo de la Cooperativa desde hace mucho tiempo, ellos son un ejemplo de cómo cuando hay organización y hay lucha se pueden conquistar derechos».
Noemí Santana fue una de los más de 300 familiares que participaron en noviembre del II Encuentro nacional de familiares víctimas de la violencia institucional organizado por la CPM en Chapadmalal. En aquel momento, Noemí dijo que se cruzó con la CPM “sin saber qué era: un teléfono en un buzón que decía ‘derechos humanos’, mi hijo me llama y me dice ‘probá acá. Fijate si alguien te atiende’. Seis horas después lo pudimos sacar, su situación estaba al límite. Desde ese momento, empezamos a aprender, a conocer gente que tiene esa mirada de derechos humanos sobre los familiares y sobre las víctimas”.
Noemí también dice que ellos lo único que tienen es el trabajo: “sabemos trabajar: eso es todo y nos unió el dolor en común y los padecimientos inhumanos que nuestros familiares sufren en el encierro”. Ella siempre recuerda las palabras de Nora Cortiñas durante el conversatorio que brindó junto a Adolfo Pérez Esquivel en Chapadmalal: “De nada sirve encerrarse en el dolor, hay que seguir andando por nuestros hijos y por todos los hijos”.
Susana es ex detenida, salió de la cárcel sin posibilidad y, cuando no encontraba nadie que la ayude, conoció la cooperativa y su lucha. Mario también es ex detenido y sabe el sufrimiento que se padece en el encierro, en este lugar encontró un espacio en la lucha por la promoción y defensa de los derechos humanos. Ana es madre de detenido, siente que la cooperativa llena muchos espacios vacíos. Viviana es hermana de detenido, el emprendimiento es para ella una fuente de trabajo y una forma de volver a empezar.
Susana, Mario, Ana, Viviana. Son sólo algunas de las personas que construyen día a día la cooperativa Esperanza: un espacio de inclusión y lucha. Es la lucha de los sectores más desprotegidos, de los olvidados, de los que tienen que sobreponerse a las carencias, a las dificultades y al dolor.
“En las navidades, cuando celebramos a Jesús, celebramos la lucha de los pueblos. Y éste es un lugar del pueblo: no es un lugar de poder, es el lugar de los humildes”, expresó el padre Pepe al momento de bendecir el árbol de Navidad que los integrantes de la cooperativa armaron durante el día. “Hoy una mamá me decía que hacía 10 años que no armaba el arbolito; para todas nosotras estas fechas son muy difíciles porque recordamos a nuestros familiares que ya no tenemos o que no podemos ver. Bendecir este árbol es sentir que estamos cerca”, concluyó Noemí.