Baldosas por la memoria en el cementerio de la Chacarita
Son 12 baldosas en homenaje a 191 detenidos-desaparecidos inhumados en ese lugar entre 1975 y 1979. El acto se realizará este sábado 19 de diciembre a las 14 hs en la vereda del cementerio ubicado en Av. Corrientes y Federico Lacroze.
ANDAR en las Memorias
(Barrios por memoria y justicia) Los vecinos nucleados en Barrios por la Memoria y Justicia que realizarán este acto explicaron que “en las baldosas que serán colocadas en la vereda del cementerio, recordaremos a 55 militantes inhumados administrativamente en el cementerio de la Chacarita, a quienes se logró identificar a lo largo de todos estos años, y a otros 130 militantes que todavía no pudieron ser identificados. Es un homenaje a estos militantes populares que fueron asesinados por luchar para construir un país más justo y solidario, y la continuidad de la búsqueda de memoria, verdad y justicia”.
La historia
Los organismos de derechos humanos denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuando en el año 1979 visitó la Argentina, que se habían realizado inhumaciones irregulares en numerosos cementerios, como parte del plan criminal implementado por la dictadura militar.
En el cementerio de la Chacarita se enterraron cientos de personas asesinadas en presuntos enfrentamientos, muchas de ellas fueron inhumadas por disposiciones administrativas, sin notificar a sus familiares. Esta metodología aseguraba que los cuerpos que denunciaban los homicidios se “perdieran”, primero en las tumbas y luego definitivamente en el osario general de ese cementerio, donde nunca podrían ser identificados.
Esto era posible a través de un circuito de impunidad que comenzaba con la comisaría correspondiente al lugar de los hechos, la cual primero liberaba la zona, para luego construir un relato que explicaría los asesinatos, que en la mayoría de los casos correspondían a personas secuestradas los días previos y llevadas al lugar elegido para ser asesinadas. Se remitían los cuerpos a la morgue judicial, donde los médicos que practicaban las autopsias ocultaban en sus informes signos de tortura. En vez de notificar acerca de lo actuado a la Justicia , los funcionarios de la morgue aceptaban hacerlo al comando del primer cuerpo del ejército, siendo éste el que autorizaba las inhumaciones. La causa era remitida a los consejos de guerra, que por formar parte del plan criminal, desistían de realizar toda investigación.
En el año 1982, el Centro de Estudios legales y Sociales denunció las irregularidades en la morgue judicial y solicitó una medida de no innovar, para intentar preservar el lugar donde estas personas habían sido enterradas.
Desde 1984, el Equipo Argentino de Antropología Forense se hace cargo de la difícil tarea de identificar a las víctimas para que sus familiares puedan conocer el destino de sus seres queridos y también como prueba fundamental para que los genocidas acusados en los juicios puedan ser condenados por asesinato.