EL PEDIDO DE JUSTICIA DE UNA MADRE Gatillo fácil e impunidad en Jujuy
El pasado primero de septiembre, el policía Pablo Arrascaeta fue absuelto por el Tribunal Oral N° 3 de Jujuy en la causa que lo tenía como único imputado por el asesinato de Pablo Obiña y Gonzalo Calderón, en noviembre de 2013. La mamá de Pablo Obiña, Sibila Arebalo, participó del II Encuentro de familiares víctimas de la violencia institucional, organizado por la CPM en Chapadmalal y pidió justicia por la muerte de su hijo y su amigo.
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(Agencia) “A mi hijo le dieron un tiro en la nuca y a Gonzalo en el cuello. Fue un episodio confuso, en una persecución. Aparentemente todo comenzó con el robo de un celular en la localidad de Calilegua y nosotros vivimos en Ledesma. Hay pruebas, por el celular de mi hijo, que indican que él nunca estuvo en la ciudad donde existió el robo” comenta Sibila. La causa tuvo irregularidades y omitió el hostigamiento que sufrían los jóvenes por parte de la policía. “La carátula al principio era doble homicidio calificado agravado y luego dijeron que era en legítima defensa del acusado, cambiaron de fiscales. En el juicio fue todo un encierro, no permitían prensa ni grabar con los celulares para registrar las declaraciones a nuestro favor”, denuncia.
Su hijo tenía 16 años y Gonzalo 15; fueron víctimas de la violencia institucional y la persecución por su condición de pobres. Sibila entiende que todo comenzó cuando ella y su marido realizaron una denuncia por la venta de drogas en el barrio; a partir de ese momento su hijo sufrió el hostigamiento policial: “Hicimos esa denuncia porque vimos a mi hijo en un grupo del barrio con esas personas que vendían droga. A mi hijo le teníamos prohibido que se acerque a esa persona y, para que él no llegue a hacer lo mismo, decidimos denunciar. A partir de ahí lo conocen a mi hijo y comienzan a perseguirlo”.
El abogado que patrocina la causa, Martín Patiño, apelará ante el Tribunal Superior de Justicia de Jujuy la sentencia dictada por el Tribunal Oral Nº 3 a cargo de los jueces Mario Ramón Puig, Darío Eduardo Osinaga y María Alejandra Tolaba en la que se absolvió al imputado. “En agosto de este año comenzó el juicio y no hubo condena: fue absuelto el suboficial Pablo Arrascaeta. Los demás policías estaban imputados por falso testimonio. Mi abogado pide la apelación, y ahora estamos esperando los resultados de lo que se pidió en la primera instancia. Consulté con otros abogados y un tiro en la nuca y un tiro en la cabeza es gatillo fácil”, confirma Sibilia y continúa: “la familia del otro chico recibió amenazas y se apartó de la causa”. En la misma dirección, la fiscalía que conduce Filomena Ortíz avaló la hipótesis del enfrentamiento y el intercambio de disparos entre los jóvenes y la policía, lo que resultó determinante para la absolución.
Según el testimonio de dos amigos de los jóvenes, aquel día la policía los increpó y comenzó a perseguirlos con el patrullero mientras ellos escapaban asustados en una moto. Los cuerpos de las víctimas aparecieron en un camino interno de la empresa Ledesma S.A. conocido como “la pantalla”. “Buscaban los autores de un robo de otra localidad. Mi hijo se encontraba en la localidad de Libertador Gral. San Martín (conocida como Ledesma) y de repente se aparece la camioneta de la policía y les prenden las luces; como mi hijo le tenía miedo a la policía huye con su amigo en la motocicleta que le habían regalado por haber cumplido 16 años. Los otros dos chicos se quedaron atrás, ahí comenzó la persecución” aclara Sibila y agrega “nosotros lo buscamos un día entero y la policía sabía de quién se trataba y nunca fueron a mi casa a decirme lo que pasó”.
En el II Encuentro de familiares víctimas de la violencia institucional que la Comisión por la Memoria realizó en Chapadmalal a principios de noviembre, Sibila pudo intercambiar sus vivencias con otros casos de gatillo fácil. Allí conoció a Sandra Gómez, madre de Omar Cigarán, el joven de 17 años asesinado por la policía en la ciudad de La Plata en febrero del 2013. En aquel encuentro organizado por la CPM y que convocó a más de 320 familiares, el pedido de justicia fue un reclamo colectivo y Sibila no quiso estar ausente: “Busco que se difunda el caso, busco apoyo, ayuda, para que los culpables paguen por el asesinato de mi hijo y su amigo”.