CHAPADMALAL 2015 Una narrativa joven en clave de derechos humanos
Más de 4 mil estudiantes pasaron por el complejo turístico de Chapadmalal en los primeros días del XIV Encuentro de Jóvenes y Memoria que la Comisión Provincial por la Memoria organiza desde el año 2002. Con una agenda extensa y diversa en materia de política de memoria y defensa y promoción de los derechos humanos, las escuelas y organizaciones sociales, barriales, culturales o políticas comparten experiencias, multiplican sus voces y se movilizan en pos de una sociedad más democrática e igualitaria.
ANDAR en Chapadmalal
“Aprendimos con los trabajos de otros chicos”, dice el grupo del Centro de Referencia La Tribu de Tandil. “Te da mucha esperanza ver esta cantidad de pibes comprometidos para seguir avanzando y construyendo”, agregan los estudiantes del Colegio Jean Piaget de Luján, en línea con la propuesta de Jóvenes y Memoria: el futuro se construye con el coraje de presente. El primer balance del programa se repite en cada participante: inolvidable, único, emocionante, creativo, crítico.
En estos primeros días y hasta el 18 de noviembre, unos 12 mil jóvenes compartirán sus investigaciones y producciones que, en clave de memoria y presente, narran su propia realidad, se reconocen como hacedores de la historia y exponen una agenda en derechos humanos que interpela a la sociedad, a la escuela y a los poderes del Estado.
En ese mismo sentido, la directora de la CPM Sandra Raggio ya había expresado durante la apertura del XIV encuentro que Jóvenes y Memoria es un espacio para encontrarnos con la agenda política de hoy: para reconocer los avances logrados desde la vuelta a la democracia y para conquistar los derechos que, todavía, son vulnerados.
Escuelas y organizaciones sociales, barriales, culturales y políticas de Mercedes, San Martín, Merlo, La Plata, La Matanza, Tandil, CABA, entre tantas otras ciudades, estuvieron presente en estos días. El mapa territorial y temático que propusieron en sus proyectos de investigación dio cuenta no sólo de una diversidad de problemáticas sino también de la riqueza estética, creativa y original de sus producciones. “Chapadmalal nos permite encontrarnos con un montón de otros pibes, de reconocer a los otros como iguales a pesar de las diferencias, a pesar de los discursos que muchas veces circulan sobre ese otro. Y tenemos una absoluta libertad para expresarnos”, explican Abril, Federico, Facundo y Daniel de la EEM nº 20 de San Martín.
“Es interesante ver cómo las temáticas que abordamos nosotras y las de otros proyectos, si bien tratan un mismo problema, tienen miradas y lenguajes estéticos diferentes. Es muy lindo ver que lo que nosotros pensamos en Tandil, también resuene en otros lugares y con otra perspectiva”, comenta Ana Luz del Centro de Referencial Puertas Abiertas de la Fundación Pequeños Hogares. Las chicas del centro que, a partir de su investigación, buscaban poner en crisis el rol socialmente instituido de la mujer.
Como en los últimos años, la violencia y desigualdad de género fue uno de los temas más problematizados por los grupos que participan en el programa de la CPM. “Es necesario desnaturalizar esta violencia que se expresa en distintos aspectos de la vida: familiares, culturales, deportivos, políticos, sociales, laborales”, agregan los estudiantes de la EEM nº 20 de San Martín. Estos proyectos aportan, desde las voces de los jóvenes, al fortalecimiento de una política de concientización sobre el régimen de opresión que las mujeres sufren y cuyo peor exponente es la creciente tasa de femicidios: en Argentina, una mujer es asesinada por su condición de género cada 30 horas.
El derecho a vivir dignamente
“Porque violencia también es vulneración de derechos. Nosotros en nuestro barrio sufrimos el abandono de distintos niveles del estado: no tenemos cloacas, no tenemos asfalto, y queremos exponerlo de manera pacífica y crítica”, comentan los chicos de la Escuela Secundaria nº 24 de Loma Hermosa. El proyecto de investigación consistía en una reconstrucción histórica e identidad de Costa Esperanza: “El barrio surgió como un asentamiento en terrenos fiscales y, a partir de la organización de los vecinos, comenzó a urbanizarse pero todavía falta mucho y tenemos que cargar con prejuicios y estigmas porque vivimos en un asentamiento”, concluyeron.
La falta de acceso a una vivienda digna y la segregación socio residencial, como producto de las desigualdades económicas, se han constituido en una problemática central en la agenda actual de derechos humanos. Más de una decena de proyectos de la convocatoria 2015 de Jóvenes y Memoria da cuenta de esta realidad: Tigre, Moreno, La Matanza, Quilmes, La Plata, General San Martín, San Isidro, Vicente López, Pilar, Lincoln y San Andrés de Giles.
La vulneración del derecho a la vivienda y a un ambiente digno exige, siempre, una reparación inmediata porque se trata de una necesidad básica que hace a la dignidad y a la seguridad de los vecinos. “Frente a las imágenes mediáticas, queríamos exponer otra mirada y recuperar la organización y solidaridad de los vecinos ante las históricas inundaciones que sufre Luján”, cuentan los estudiantes del Colegio Jean Piaget durante la proyección del documental que presentaron en uno de los auditorios del complejo de Chapadmalal.
“Luján está en un valle de inundación. Pero existen otras condiciones para permiten entender las reiteradas inundaciones, entre ellas, la construcción de terraplenes que hacen en los countries para levantar el nivel de la tierra, tapando los humedales y haciendo que el agua pierda su cauce. Canales clandestinos en las zonas rurales, la ausencia de una recuperación de la infraestructura hídrica y urbana”, explican.
La organización de los vecinos es indispensable como manifestación de solidaridad, de compromiso y como medio para interpelar a las autoridades. Sin embargo, sólo la acción del Estado puede garantizar el efectivo cumplimiento de los derechos. A pesar de los avances en materia habitacional en los últimos años, las respuestas estatales siempre parecen insuficientes pero, cuando llegan, cambia la calidad de vida de miles de familias.
En ese sentido, el proyecto presentado por los estudiantes de la ESB nº 3 de General Rodríguez se propuso indagar cómo una política de vivienda en el barrio impacto en vecinos que estaban en situaciones de gran precaridad habitacional: “El plan de vivienda de Gnal Rodríguez es el más grande del país con 1993 nuevas casas. Todavía faltan, pero ansiamos que pueda crecer y permita el mejor desarrollo personal a los vecinos”, detallan los jóvenes y agregan: “Lo importante es pensarlo no sólo como derecho a la vivienda sino a un ambiente digno, a un ambiente pensado en su contexto territorial con infraestructuras, centros de salud y educación”.
La política punitiva: el Estado como victimario
En esta oportunidad, en simultáneo con el XIV Encuentro de Jóvenes y Memoria, se realizará el II Encuentro de familiares víctimas de la violencia institucional organizado por la CPM y que reunirá a más de 300 familiares y organizaciones de todo el país. Las distintas violencias por parte de las instituciones punitivas del Estado tienen como uno de los principales blancos a los sectores juveniles y, por supuesto, está en la agenda de esta nueva edición del programa.
De los 970 proyectos presentados en la convocatoria 2015, casi 200 se proponen abordar la violencia institucional como tema de investigación, con una multiplicidad de miradas que discuten desde el uso letal de la fuerza por parte de la policía hasta la naturalización de las prácticas violentas de las fuerzas de seguridad.
Iván, José, Octavio, Milagros y Ariel forman parte del Centro de Referencia La Tribu de Tandil, viven en Villa Aguirre y sufren la persecución y el hostigamiento de la policía. Nosotros notamos que la policía tiene una accionar distinto en el centro de la ciudad que en la periferia donde está nuestro barrio. Nos tratan de villeritos, nos verdugean, nos requisan, nos vigilan, nos agraden verbal y hasta físicamente; hicimos una encuesta a los pibes del barrio y resultó que tres de cada cuatro dijo haber sido maltratado y también nos dimos cuenta que esa violencia estaba naturalizada por los mismos pibes. No lo sufrimos sólo nosotros, en los barrios de Tunita y Movediza pasa lo mismo”, detallaron los chicos.
La Tribu presentó una pieza murguera llena de color y energía, como ellos mismo dicen. “La murga es un medio de expresarnos con conciencia y con crítica pero con alegría. El barrio nos rodea y nos acompaña, la gente se suma y es una forma de contenernos”, concluyeron.
Leonardo, Josué, Claudio estudian en la ESB 1 de Merlo, durante los tres días que estuvieron en Chapadmalal vistieron una remara que tenía impreso: “Yo soy Isma”. La leyenda hace referencia a la muerte de Ismael Sosa, un joven que había ido al recital de La Renga y su cuerpo apareció flotando dos días después en el embalse de Río Tercero. Los testigos dijeron que el pibe quiso intervenir cuando la policía estaba agrediendo a otros chicos durante la desconcentración del Estadio, lo golpean y los suben a un patrullero. La versión oficial fue que se ahogó, pero la autopsia demostró que no tenía agua en los pulmones”, sostienen los estudiantes.
“Mientras estuvo desaparecido, la familia lo buscó en Córdoba y en la policía no sólo que no recibieron respuestas para su búsqueda sino que comenzaron a perseguirlos e intimidarlos para que desistan de su búsqueda”, agregaron.
Política de memoria, dictadura, Malvinas, participación política, transformaciones económicas, identidades. La agenda que se expone en cada encuentro en Chapadmalal es diversa, plural, comprometida. Cada proyecto es un proceso de crecimiento personal que trasciende el programa. Y nosotros crecemos con ellos.
Jóvenes y Memoria es un espacio de diálogo donde reconocerse bajo un piso común: la defensa de los derechos humanos. La diversidad, la territorialidad, la multiplicidad de voces, de problemáticas y desafío que nos propone cada grupo de jóvenes enriquecen y profundizan la experiencia participativa y crítica que cada año se renueva y consolida como un programa pedagógico democrático e igualitario.