ENTREVISTA A ADRIAN MARCENAC «El programa de desarme está languideciendo en una muerte lenta»
“Alfredo iba caminando el 6 de julio del 2006 con unos amigos en la Avenida Cabildo entre Hernández y Pampa y Martín Ríos, un asesino con un arma otorgada legítimamente por el estado, disparó contra ellos matando a Alfredo de 3 tiros en la espalda”, relata Adrián Marcenac, el padre del joven asesinado. Pero como históricamente han hecho otros familiares de víctimas que pudieron a pesar del dolor trascender el caso y pensar su tragedia en el marco de problemáticas que nos afectan a todos, Adrián encauzó su energía en involucrarse en la problemática que implican las armas de fuego.
En el marco del un informe especial realizado por ANDAR sobre la problemática de armas entrevistamos a Adrián a días de cumplirse otro aniversario de la muerte de su hijo.
¿Cómo es que comienzan a involucrarse en el tema armas?
A partir del caso de Alfredo nosotros nos empezamos a inmiscuir en la problemática de armas porque no podíamos comprender cómo era posible que un asesino psicópata, claramente sin ningún sentimiento de empatía hacia ningún semejante, pudiera tener un arma otorgada por el estado. Y en la medida que nos fuimos involucrando en las políticas públicas nos fuimos dando cuenta de que muchas instituciones del estado son solamente un cascarón sin ningún contenido pragmático por dentro. Detrás del tema de las armas solamente había un gran negocio manejado por el Registro Nacional del Armas y ningún control eficiente del estado del circuito comercial de armas. Entonces a partir de allí empezamos a trabajar fundamentalmente con la creación de una asociación que lleva el nombre de nuestro hijo, a involucrarnos en temas de políticas públicas y a trabajar básicamente en crear conciencia en la ciudadanía sobre el riesgo que tienen las armas en casas de familia, y esas son las acciones que estamos llevando a cabo actualmente.
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¿Cuáles son los avances que se han logrado?
Mirá avances, en cuanto al aspecto de trabajar concientización, en eso estamos muy contentos con el gran resultado que tenemos. La asociación tiene un programa que está conformado por 17 o 20 docentes que permanentemente trabajan en el ámbito escolar a favor del desarme y la construcción de la paz. En ese aspecto estamos muy contentos porque en la medida que vamos involucrándonos y trabajando con distintos jóvenes y niños nos va acompañando cada vez más gente en esta construcción de un nuevo modelo social.
Ahora, en cuanto a las políticas públicas es distinto. Lo que se había logrado avanzar en una pequeña medida con el Programa de entrega voluntaria en sus primeros años, – cuando fue lanzado el 10 de julio del 2007 aquí en Necochea en homenaje a Alfredo- con el objetivo de reducir el stock de armas en casas de familia y además crear conciencia sobre el riesgo de las armas en la ciudadanía, eso a pesar de que se trabajó y fuimos acompañando con un fuerte compromiso personal y junto con la Red Argentina para el Desarme, más allá de los pequeños avances que se hicieron en el primer año, lo que vemos hoy en día, que todavía está vigente el programa, es que no hay un compromiso serio de los funcionarios que tienen que aplicarlo. Solamente es una política más que tienen en su cartera pero sin ningún compromiso real con los objetivos del programa.
En lo demás no hemos avanzado absolutamente nada. Nosotros vimos desde un primer momento que el Registro Nacional de Armas, es un organismo que no tiene presupuesto del estado, sino que se financia a través del mercado, es decir, a través de la venta de certificados a los usuarios de armas o a través de las tasas por la compra- venta o importación de armas y explosivos. Y además el organismo que recauda, [pullquote]el ente cooperador que recauda para el Registro Nacional de Armas es la asociación de fabricantes de armas. Es decir que aquel sector que debe ser controlado son los que financian el organismo que los controla[/pullquote] el ente cooperador que recauda para el Registro Nacional de Armas es la asociación de fabricantes de armas. Es decir que aquel sector que debe ser controlado son los que financian el organismo que los controla, y peor aun, el 85% del personal que trabaja en el Registro Nacional de Armas que uno supondría que es personal del estado, que son funcionarios del estado, son empleados privados de la asociación de comerciantes y fabricantes de armas, del AICACYP.
Es decir que queda muy claro, éste es el punto neurálgico de la razón por el cual las políticas de armas en nuestro país están en la situación en que están. Porque el organismo que debe hacer cumplir la situación de armas está manejado, financiado y con sus empleados por los mismos que deben ser controlados, es decir, por los fabricantes y comerciantes de armas.
Estos es una gran frustración para nosotros porque a pocos días de cumplir 7 años de la muerte de Alfredo todavía no hemos podido cambiar esta perversidad de modelo institucional. Y lo que es más lamentable es que en el año 2010 se había logrado avanzar en un proyecto de ley que creaba un nuevo organismo con una nueva agencia de armas, con más funciones, con personal del estado y con presupuesto de estado, ahí se logró la media sanción en la cámara de Senadores en octubre de 2010. Pero lamentablemente el año pasado perdió estado parlamentario por oposición directa del mismo Ministerio que lleva adelante las políticas del programa de entrega voluntaria, es decir del Ministerio de Justicia y DDHH. Directamente por boca del ministro Alak, ellos fueron los que frenaron ese proyecto, y realmente para nosotros fue un gran retroceso no haber podido cambiar este modelo de implementación de las políticas. Y eso debería ser el primer paso para avanzar en serio en un nuevo cambio de rumbo en cómo se manejan las armas en nuestro país.
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Eso es lamentable, insisto, el mismo ministro, los mismos funcionarios que piden a la ciudadanía que se desarme y construyamos juntos un nuevo modelo sin armas, es el mismo ministerio, los mismos funcionarios que sostienen este sistema perverso [pullquote]los mismos funcionarios que piden a la ciudadanía que se desarme y construyamos juntos un nuevo modelo sin armas, es el mismo ministerio, los mismos funcionarios que sostienen este sistema perverso[/pullquote]. Entonces a partir de ese punto es casi imposible suponer que vamos a tener una política de armas seria en este país.
– En la provincia hay un nuevo proyecto que también se contradice con las políticas más progresivas respecto al desarme de la ley nacional…
Si. Nosotros por eso también estamos un poco alejados, con las relaciones rotas con el Registro Nacional de Armas, porque en esta nueva gestión se ha politizado partidariamente el tema de las políticas. Qué significa esto, que el Registro Nacional de Armas que hoy está manejado por un sector de jóvenes que tienen bastante influencia dentro del Poder Ejecutivo, como son los adheridos al sector de La Cámpora, están enfrentados políticamente con el ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires. Entonces lamentablemente, -y esto nosotros se lo hemos dicho a ambas partes, al director del RENAR y también a los funcionarios del Ministerio de Justicia de la Nación y funcionarios del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Provincia- que dejen de lado sus mezquindades políticas y se pongan a trabajar en serio en una política integral y coordinada entre las Provincias y los funcionarios de la Nación y también de los municipios.
En esto realmente no hemos logrado avanzar, y en ese marco, en este contexto donde realmente la Provincia de Buenos Aires muchas veces quiere avanzar porque en eso yo creo que puede haber una decisión política de avanzar en el tema de armas, como no tiene ningún apoyo del Registro Nacional de Armas ha tomado un camino que para nosotros no es el correcto. Porque está creando y duplicando los mismos problemas que tiene la Nación, al pretender crear un registro de armas provincial realmente están duplicando todos los problemas. Entonces en lo que nosotros estamos insistiendo es que lo que hay que hacer es tratar de coordinar, dejar las mezquindades políticas de lado y trabajar coordinadamente, y sentarse en una mesa en pos de construir una sociedad mejor para los ciudadanos que son los que terminan sufriendo estas discusiones nimias entre funcionarios.
– Otro de los problemas de la ley de provincia es la cuestión de todo el registro de las armas policiales…
En eso son todos exactamente iguales. Porque cuando se creó la Ley de entrega voluntaria de armas, la 26.216, uno de sus artículos específicamente ordenaba a las provincias que informaran trimestralmente al Registro Nacional de Armas, del stock de armas oficiales, las que habían dado de alta, las que estaban dadas de baja y cómo iba influyendo el tema. Ninguna provincia ha cumplido, ni siquiera las fuerzas de seguridad nacional, entonces realmente eso es una falencia grosera, no hay ningún control de las armas oficiales y de los arsenales oficiales de la provincia de Buenos Aires ni de ninguna otra provincia.
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En ese aspecto, nosotros hemos andado bastante en todos lados, son todos iguales, no hay ningún control y eso es una falencia y una deuda pendiente de toda la administración pública con toda la ciudadanía. Porque en ese tema hoy vemos que aparecen muchas armas 9mm que son las que usan todas las fuerzas de seguridad. Y cuando uno empieza a rastrear los orígenes muchos son robos de los depósitos oficiales, o pérdidas entre comillas de algunos funcionarios y de los organismos de seguridad o policiales, y realmente en ese aspecto hay que avanzar seriamente con un control, insistimos en algo que permanentemente hemos insistido, con un control ciudadano. No podemos dejarle el tema del manejo de las armas y las políticas de armas a aquellos que son los que usan las armas, que son las fuerzas de seguridad y policiales. [pullquote]No podemos dejarle el tema del manejo de las armas y las políticas de armas a aquellos que son los que usan las armas, que son las fuerzas de seguridad y policiales.[/pullquote]
Y la otra falencia grosera es con las armas judicializadas. Hay una ley que es la 25.938 que es la ley que se votó en el 2004 con un lamentable error que es el de la adhesión voluntaria de las provincias. A partir de esa adhesión voluntaria algunas se fueron adhiriendo y otras no lo han hecho. La provincia de Buenos Aires se adhirió en el 2008, porque nosotros trabajamos y presentamos juntos, con un senador provincial que era de Necochea en ese momento, un proyecto de ley para que la provincia adhiriera por ley. Lo hizo en junio de 2008, todavía estamos esperando la implementación y reglamentación en primer lugar.
Así las armas judicializadas todavía siguen durmiendo en depósitos totalmente inseguros y muchas de ellas han vuelto y siguen volviendo a manos de los delincuentes por distintos caminos de corrupción que hay dentro del sistema judicial. Y en eso tampoco hemos logrado avanzar más allá de alguna entrega mediática que han hecho en conjunto la justicia y el ejecutivo de la provincia para demostrar que se está trabajando. Pero realmente no hay un trabajo serio, sostenido y mantenido bien en ese aspecto.
¿Cuál es la importancia que ve respecto del manejo de la información en esta problemática? ¿Qué pasa con los números las estadísticas, los análisis, los registros?
Lamentablemente no hay nada, el manejo de la información pública es desastroso en nuestro país para calificarlo de alguna manera. El Ministerio de Justicia de la Nación tenía hasta el 2008 en su página web alguna información de políticas criminales en relación al tema de armas. Lamentablemente cuando Aníbal Fernández se hizo cargo del ministerio se bajó esa información y partir de allí no hemos podido nosotros tener información permanente ni fidedigna de cómo son los temas de armas en nuestro país.
No hay ninguna información confiable, en realidad no hay ninguna información, ni confiable ni no confiable, el estado no brinda información y esto realmente es lamentable porque ése es el primer punto, porque si carecemos de información no podemos diseñar en absoluto políticas públicas coherentes en relación a las armas. Más allá de que puntualmente uno pueda hacerse de algún dato, después de buscarlo y rebuscarlo y pedírselo mil veces a los funcionarios. No hay una provisión permanente y realmente integral del tema de la información pública hacia la ciudadanía, no hay nada de eso, e insisto, eso es grosero.
Por eso el único dato que tenemos en relación al daño que implican las armas es el de la Universidad Nacional de Lanús, que un investigador, el doctor Spinelli, analizó los datos del Ministerio de salud de la Nación donde va toda la información pública en relación a las heridas de arma. Él analizó del año 1990 hasta el 2008 las muertes que habían ocasionado las armas, y de ahí surge el dato más preciso y más claro. Spinelli dice que de acuerdo a esta información murieron en ese periodo de 18 años 59.339 personas, ése es el dato. Si nosotros lo dividimos por día eso nos da casi 9 personas (8 y medio) muertas todos los días a lo largo de 18 años*. Además hay que sumarle por cada una de esas muertes por lo menos 3 o 4 heridos por cada una de ellas, es decir que estamos hablando de 59 mil muertos y alrededor de 200 mil heridos con armas de fuego en nuestro país en ese periodo. Y estamos suponiendo que la situación actual sigue siendo exactamente igual o peor que lo que marcan esos años porque desde el 2008 hasta el 2013 no hay ninguna actualización en serio de cómo es la situación de las consecuencias que genera las armas en nuestro país. [pullquote]desde el 2008 hasta el 2013 no hay ninguna actualización en serio de cómo es la situación de las consecuencias que genera las armas en nuestro país.[/pullquote]
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¿Y en materia de concientizar, difundir, etc. en lo que respecta al plan de desarme?
El RENAR actualmente no brinda ninguna información y te digo más, durante la primera etapa del programa, y estamos hablando cuando se lanzó entre 2007 y 2008, realmente había información. En la página de desarme voluntario, adherida a la del RENAR, se publicaban semanalmente la cantidad de armas provincia por provincia y por puesto móvil que se iban entregando. Esa información hoy no está en absoluto, yo creo fundamentalmente porque les da vergüenza publicar los datos, porque realmente el programa está languideciendo en una muerte lenta. Porque no le han dado la importancia que debe dársele, no le han dado la difusión que significa un programa de entrega voluntaria, y no se han difundido con claridad, pública y sostenidamente los objetivos claros que pretende el programa. Esa es la situación en la que estamos.
Yo hoy por hoy lo que voy recolectando de a poco son algunos datos, algunas cosas publica el RENAR en facebook. Tienen ahí unos datos que ahí van diciendo “recolectamos por semana tantas armas” que lamentablemente son muy pocas y a partir de eso he construido una pequeña base de datos, pero no hay mucha información. Yo le he solicitado al Registro Nacional de Armas que me informen porque nosotros, que hemos acompañado el programa y lo seguimos haciendo con el corazón, queríamos saber en qué estado estaba, cuáles son las armas, los flujos, qué tipo de armas iban entregando, qué calibre, ninguna de esas informaciones hemos podido conseguir e estos últimos dos años.
Por último, ¿van a realizar algún homenaje en este aniversario, el 6 de julio?
No, lo único que vamos a hacer es estar ahí, en un mosaico escultórico que pusieron los chicos de una escuela de cerámica de la ciudad de Buenos Aires en el 2008 en el mismo lugar donde mataron a Alfredo. Nosotros vamos a estar ahí ese día y pondremos alguna cartelería para recordárselo a la gente. Porque realmente cuando uno como ciudadano olvida estas tragedias quedamos condenados a que vuelvan a ocurrir.
*Nota de ANDAR: Los números en ese informe indican que la totalidad de decesos en el período 1990-2008 fue de 5.334.862, entre los cuales un 6,7% corresponden a muertes violentas (un total de 358.484). Entre ellas, el 16,6% fueron producidas por armas de fuego (59.339), dentro de las que se distinguen 20.376 muertes por suicidio o accidentes con armas, 38.963 por homicidios (32.2%) o a causa de “intenciones no determinadas” (35.5%).