Rut está de nuevo con nosotros
El sábado apareció Rut Ávila Zambrana, la estudiante de ingeniería de 19 años que estaba desaparecida desde el 18 de agosto. La localizaron a media tarde en 41 y diagonal 73 en la ciudad de La Plata retirando dinero de un cajero. Declaró por varias horas ante la policía y, luego de ver a su familia, se fue a la casa de una amiga.
ANDAR en La Plata
(Agencia) Rut quería encontrar trabajo y comenzar una nueva vida. En esa búsqueda se fue por propia voluntad, consiguió un trabajo en un taller y alquiló una habitación en una pensión en Capital Federal. “Por suerte está viva, sana y salva”, dijo su mamá Estefanía. Rut en su corta edad no logró dimensionar la desesperación de sus papás y de su familia ante su ausencia. Tampoco imaginó el impacto y la movilización social de una comunidad que está cansada de que desaparezcan personas y que nadie explique qué pasó con ellas.
Hoy su familia sabe dónde está y sabe que Rut necesita tiempo para poder contar qué siente y qué necesita en esta nueva etapa. Estefanía, su mamá, conversó con ANDAR y entre lágrimas, esta vez de alegría y felicidad, nos contó cómo se siente desde que Rut volvió y qué espera para el futuro.
“Ella, como ya es mayor, quería empezar a manejarse independientemente. Conseguir un trabajo y hacer su vida. Yo estoy alegre, muy contenta por haberla encontrado sana y salva. Ella me dijo que estaba trabajando y alquilando en una pensión, pensó que nosotros no íbamos a aceptar su decisión, que no íbamos a entenderla porque queremos que estudie.”
Rut nunca se enteró de las marchas que se realizaban para encontrarla. Cumplía un horario bastante extenso como ayudante en un taller de costura en Buenos Aires.
“Por el momento está quedándose en la casa de una amiga en La Plata porque mi casa está llena de gente y ella no tiene muchas ganas de hablar. Cuando tomó dimensión de cómo la estábamos buscando quedó muy sorprendida y no se animó a volver a casa. Yo pienso, espero, que ella va a volver a la facultad a estudiar. Por el momento no va a volver al taller.”
El plan Progresar que percibe Rut es de 700 pesos. Un plan que ayuda a que un estudiante acceda a la universidad, pague sus fotocopias y pueda viajar en colectivo. Un dinero que no cubre la totalidad de los gastos. Ella, como muchos jóvenes, necesita un trabajo para desarrollarse con mayor autonomía e incluso ayudar en su casa para tener una mejor calidad de vida.
“Ella se está reencontrando consigo misma después de lo que pasó. Yo estoy dispuesta a apoyarla, necesita tiempo. La alegría de recuperarla es inmensa, fue como que algo se llenó en cada uno de nosotros. Les agradezco la ayuda a todos, cada uno de los que nos apoyó, gente que no conocía, la Universidad, a todos”, concluyó.
La mejor noticia: apareció Rut, sana y bien, como todos esperábamos. Las vidas de las personas son distintas, las opciones que cada uno tiene son muy diferentes. Y las oportunidades también. Hay quienes somos privilegiados y quienes somos más vulnerables. No hay juicio posible. Lo real es que Rut está de nuevo con nosotros y eso alivia y nos pone muy felices.