Se dicta sentencia en el caso de Facundo Rivera Alegre
Este viernes 28 de agosto, se conocerá en Córdoba la sentencia en el juicio por el supuesto crimen de Facundo Rivera Alegre, conocido como El Rubio del Pasaje. La querella pidió las absoluciones de los tres imputados al considerar que no hay pruebas suficientes para establecer su relación con el hecho. El juicio finaliza pero la verdad está lejos.
ANDAR en Córdoba
(sinfacundonohayjusticia.com) Facundo Rivera Alegre fue visto por última vez el 19 de febrero de 2012, luego de salir del Estadio del Centro donde asistió a un baile del cuartetero Damián Córdoba en la ciudad de Córdoba.
En este proceso hay tres imputados. Pablo Rearte está acusado de ser el co-autor de homicidio de Facundo Rivera Alegre; su hermano K. L. tiene 19 años y está señalado como el autor del disparo que habría matado a Facundo. Estuvo detenido 9 meses hasta que cumplió los 18. El tercer imputado es Aldo Monje, acusado del delito de encubrimiento, ya que habría cremado el cuerpo sin vida de Facundo en el Cementerio San Vicente donde trabajaba.
La versión de la fiscalía indica que Facundo había ido a comprar droga a lo de los hermanos Rearte, hijos de La Colela, una transa de la zona a pedido de Damián Córdoba y sus músicos. La banda a cambio le permitiría entrar gratis a los recitales e incluso viajar con ellos a Tucumán. En este marco, se habría producido una pelea en la que Facundo recibió un disparo.
Los testimonios
Alejandro D’andrea, uno de los amigos que fue con Facundo al baile la noche de la desaparición, declaró que a las 2 de la mañana llegaron al Estadio del Centro y que Rivera Alegre se fue con otro grupo de amigos, reencontrándose recién a las 3. A la salida, tomaron un vino que compraron entre todos. Llovía mucho. D’andrea lo vio a Facundo cruzar en diagonal por la calle y ya después no supo más de él.
En el marco del juicio muchos testigos de la querella debieron responder preguntas del fiscal referidas específicamente a la vida personal de la víctima: “¿Iba al baile?”, “¿Le gustaba el cuarteto?”, “¿Era mujeriego?”, “¿Qué relación tenía con la bebida?”, “¿Y con las drogas?”, “¿Era descontrolado?”. Varios declararon que tenían miedo por lo que en esos casos se desalojó la sala y las audiencias se desarrollaran a puertas cerradas, sin público ni prensa.
En el juicio también prestaron declaración varios compañeros de trabajo del imputado Aldo “el Pelado” Monje, testimonios que también constaban en la causa. Coincidieron en que los hornos que había en el cementerio de San Vicente eran viejos; uno estaba en desuso desde 2011, y otro “tenía sus mañas”, por lo que no cualquiera podía hacerlo funcionar, Monje de hecho no sabía hacerlo. Los hornos nuevos comenzaron a funcionar en noviembre de 2012, previa capacitación del personal. El crematorio funcionaba a la mañana y sólo excepcionalmente a la tarde, nunca a la noche. El cementerio cuenta con seguridad policial las 24 horas. El olor y el ruido de los hornos alcanzan para advertir a vecinos o guardias policiales sobre su funcionamiento.
Viviana Alegre, mamá de Facundo, recibió al día siguiente de la desaparición una llamada anónima por teléfono, en la que le dijeron: “A tu hijo no lo vas a ver más”. La policía recién le tomó la denuncia el martes 21 de febrero. En su declaración en el juicio afirmó que “donde yo estoy sentada no solo está sentado Facundo Rivera Alegre sino también los 8 pibes que mataron este año por violencia policial”.
También declaró la oficial inspectora Laura Carolina Ludueña, quien formó parte de la investigación de la desaparición de Facundo. Ludueña confirmó que en la última etapa de la investigación estuvo a cargo Rafael Sosa, ex director de Lucha Contra el Narcotráfico, actualmente detenido acusado de liderar la banda de policías que protagonizó el “narcoescándalo” en asociación ilícita con traficantes.
Los alegatos
Claudio Orosz, abogado de la querella, se refirió a una entrevista televisiva a La Colela y a sus hijos, donde comentaron detalles de la hipótesis de la Fiscalía. El dato es que este programa se emitió un año antes de que concluyera la investigación “¿Cómo sabían los Colela qué era lo que ustedes investigaban? ¿Hubo filtraciones?”, preguntó el letrado.
Durante su alegato, el fiscal Diego Albornoz dijo que Facundo era el “delivery” del músico, que los acusados Pablo y K. L. eran vendedores de drogas ilegales y asesinaron al “Rubio” luego de una pelea; que fue el menor quien disparó, aunque puso en duda que se trate de un disparo accidental. Albornoz pidió 11 años de prisión para Pablo Rearte, que la situación legal de K.L. sea tratada en el Juzgado de Menores, y la absolución de Monje por el beneficio de la duda. Además, solicitó que se investigue a Calderón, músico de Damián Córdoba, por “falso testimonio” y también las relaciones entre el tráfico de estupefacientes con el negocio del cuarteto.
Por su parte, Claudio Orosz pidió la absolución de los 3 acusados, criticó las distintas hipótesis de investigación que circularon y remarcó que la teoría que incriminaba a Pablo Rearte a y K.L. se hizo pública a partir de una entrevista televisiva a los hermanos: “Ellos conocían la hipótesis y nosotros dos no (por él y por Viviana Alegre)”. La querella aportó incompatibilidades en los horarios dados por la fiscalía respecto a los movimientos de Facundo durante aquella madrugada. Orosz criticó también la falta de investigación sobre el posible uso de un móvil policial de la comisaría quinta para trasladar a Facundo. “No tenemos seguridad ni certeza que fueron ellos. Por eso pedimos la absolución”, expresó el letrado.
Para el abogado de Pablo Rearte, “lo único probado es que Facundo Rivera Alegre fue a un baile”. La defensa de K. L. solo se remitió a la edad del joven al momento de cometerse el hecho. En tanto, los abogados de Aldo Monje afirmaron que no se pudo probar la relación entre los Rearte y Monje, ni con ninguna persona que sí pudiera entrar al crematorio. Advirtieron que entre Lucero y su defendido nunca hubo una relación cercana.
Finalmente, la sentencia se dicta este viernes 28 de agosto en los Tribunales II, ubicados Fructuoso Rivera 650, en de la Ciudad de Córdoba. Allí se concentran además organizaciones sociales y de derechos humanos para acompañar a la familia de Facundo y exigir que se sepa la verdad de lo que le ocurrió al joven.