A 6 MESES DE SU MUERTE Recuerdan a Franco Zárate
A medio año del asesinato del joven familiares y amigos convocan a un acto en memoria de Franco Zárate en el mismo lugar donde perdió la vida. Un crimen donde la violencia xenófoba se cruzó con la policial.
ANDAR en las memorias
(Familiares y amigos de Franco Zárate/ Agencia) “No lo olvidamos, él está presente en cada átomo de nuestro esfuerzo por conseguir aquello que debería estar al alcance de todos, sin discriminación de ningún genero, aquello que para gente de nuestro origen se consigue con lucha”, dice la convocatoria al acto donde se compartirán historias de la comunidad boliviana, proyecciones, música y danzas autóctonas y también un minuto de silencio.
Franco murió un noche calurosa del 23 de enero cuando fue a comprar unas bebidas a un kiosco de Mataderos acompañado por dos familiares, Elvis y Aldo. El comerciante quiso cobrarles un precio excesivo y diferencial por lo que se inició una discusión que subió de tono con insultos discriminatorios. Cuando Franco ya se disponía a retirarse, el hombre salió armado y al grito de “boliviano de mierda” empezó a golpearlo. Franco quiso reaccionar pero cayó tendido por un disparo directo al corazón.
Mientras quienes acompañaban al joven intentaban auxiliarlo el kiosquero se presentó en la comisaría 42 planteando que actuó en defensa propia ante un supuesto intento de robo. En el hospital Santojani, Don Elvis fue informado sobre el fallecimiento de su único hijo y, entre lágrimas y gritos inconsolables, la policía lo llevó a la comisaría donde lo detuvieron por cómplice del supuesto robo. Cuando Aldo quiso hacer la denuncia por homicidio, no sólo no fue escuchado sino que también fue detenido como ladrón.
Esa causa armada la carátula de robo y lesiones, “demostrando qué pesó más para la policía y justicia argentinas, si el supuesto intento de robo y agresiones al kiosquero, o la muerte de Franco un joven argentino con identidad y raíces bolivianas”, dicen los amigos y familiares de Zárate. La causa contra Pelagio Hualberto Ximenez, el dueño del kiosko, hoy está estancada, y el imputado libre.