«Está probado que González salió de cacería»
Luego de un cuarto intermedio y tras el reactualizado pedido de recusación al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº5 de Quilmes, integrado por los jueces Juan Mata, Adriana Rodríguez de Piuma y Gustavo Farina, el próximo viernes 29 de mayo a partir de las 12 comenzarán las audiencias testimoniales en el tercer juicio al policía acusado de matar a Víctor Balza, de 18 años.
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(Agencia) El 21 de mayo se dio inicio al tercer juicio por el asesinato de Víctor Elías Balza. El ex policía Norberto González, único imputado por su muerte, ya fue juzgado dos veces por estos hechos: en el primer juicio el Tribunal fue recusado por la defensa y en el segundo, González fue condenado a 11 años de prisión pero el fallo fue apelado en Casacióny anulada la sentencia. Doce años después, su familia logra revertir un proceso plagado de irregularidades y vuelve a llevar al banquillo a este ex policía exigiendo justicia por la muerte del joven.
“En todos los casos la imputación es homicidio agravado por el uso de arma de fuego, pero al ser personal policial el trámite se ha complicado y se complica siempre. Pero de las pruebas de la causa se desprende que el imputado salió a la cacería de este chico», explicó Tobías Corro Molas, integrante del grupo de trabajo social y comunitario de la Asociación de Cartoneros de Villa Itatí, quien afirmó que “la policía siempre intentó cubrir este asesinato deslindando responsabilidades”.
La policía siempre adujo que la causa de muerte fueron golpes al caerse de un techo cuando intentó escapar de la comisaría. La familia se enteró que hubo disparos de balas cuando le entregaron la ropa del chico.
De hecho, el ex policía González recién dos años después del asesinato fue destituido de la fuerza a partir de la intervención del Dr. Arslanián en los Asuntos Internos de la “maldita bonaerense”. También goza de impunidad el médico que atendió a Víctor en el Cuerpo Médico de Bernal, que no registró la entrada de la bala en su nuca, ni su malestar, ni dolores, mareos y finalmente su agonía de muerte, pero fue sobreseído de toda imputación. Nadie consideró, ni la Fiscalía ni la Jueza de garantías, que hubo desidia médica, falta de ética y mucho menos, desaprensión absoluta por la víctima. “La muerte de Víctor sin dudas es responsabilidad de los dos hechos, el disparo y la negligencia en la atención”, afirma Tobías.
El caso
A Víctor lo fusilaron de un disparo por la espalda con un arma calibre 9 milímetros a corta distancia. Fue el 9 de noviembre del 2003, tenía 18 años. Lo habían detenido acusándolo por un presunto robo y tras un confuso episodio, en el que aparentemente Víctor quiso correr, fue baleado en la nuca por el ex policía Norberto Darío Javier González. Posteriormente fue trasladado herido a la Comisaría Segunda de Bernal, atendido por el cuerpo médico de policía sólo con pastillas para el estómago por su descompensación. A las 36 horas de ser detenido, Víctor falleció dentro de la comisaría.
El caso de Víctor es uno de los casos de “gatillo fácil” más resonantes de la ciudad de Quilmes. Lograr esta nueva fecha fue, para la familia, una gran batalla contra la impunidad – tanto judicial como policial. González comenzó a ser juzgado en juicio oral y público años atrás, pero su abogado defensor, el doctor Gustavo Julio, recusó al Tribunal Nº 1 de Quilmes, por lo que se realizó otro debate en 2010, en el que el Tribunal Nº 4 condenó a 11 años de cárcel al efectivo policial. Tras la apelación a la Cámara de Casación Penal bonaerense, se anuló la sentencia y recién 12 años después, se ordenó un nuevo juicio.
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