ASESINATO DE LAURA IGLESIAS Precariedad laboral en el Patronato de Liberados de Mar del Plata
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(Agencia) El reciente crimen de Laura Iglesias, trabajadora social del Patronato de Liberados de Mar del Plata, fue el detonante de una serie de acciones de protesta por parte de sus compañeros organizados en ATE regional.
Las medidas de fuerza se debieron a que el crimen ocurrió en el marco de las actividades laborales de Iglesias, circunstancia que, denuncian, excede las contingencias y se inscribe en un contexto institucional caracterizado por la precarización y abandono del personal por parte de las autoridades bonaerenses.
“Aún después del crimen de nuestra compañera, sólo logramos una reunión informal con el Ministro de Seguridad y Justicia, Ricardo Casal, y su equipo de colaboradores. El compromiso de las autoridades se tradujo en la creación de comisiones para evaluar las condiciones de trabajo en el Patronato, que ya conocen en el Ministerio”, señaló Claudia Barreto, licenciada en Servicio Social y trabajadora del Patronato de Liberados de Mar del Plata.
El primer indicador de las condiciones laborales en la institución se refiere a la proporción entre personal disponible y población liberada con la que trabajan: para el departamento judicial de Mar del Plata, el Patronato cuenta con 40 trabajadores sociales, 2 psicólogos y 3 abogados; las personas liberadas bajo la tutela de la institución son, aproximadamente, entre 1400 y 1450, cifra variable por los egresos de unidades penales y por personas en situación procesal que no implica la prisionización.
En tales condiciones, que en algunos casos implican la atención de más de 70 personas por parte de un solo trabajador, resulta extremadamente difícil dar respuestas adecuadas de acuerdo a los objetivos de acompañamiento, contención e inclusión social de los liberados.
“Desde que los trabajadores del Patronato nos organizamos en ATE, hace cinco años, venimos desarrollando una lucha intensa por mejoras en las condiciones laborales. En lo edilicio no hemos tenido respuestas a nuestros reclamos y estamos forzados a trabajar en lugares que no cuentan con las condiciones mínimas de higiene y seguridad. Hay dependencias del Patronato que, directamente, no tienen baños para los trabajadores”, explicó Barreto.
Uno de los obstáculos recurrentes que señalan los trabajadores para el desarrollo adecuado de las tareas y para su seguridad, está vinculado con el transporte. Para realizar las visitas domiciliarias (actividad a la que el personal del Patronato destina dos días de la semana) los trabajadores utilizan sus propios vehículos.
Por otra parte, a pesar de estar considerado como trabajo de riesgo, los profesionales del Patronato de Liberados no tienen cobertura de seguro laboral desde hace 4 años, cuando la institución resolvió dejar de pagar dicha prestación. Sobre el seguro por riesgo de trabajo, Barreto afirmó que sólo obtuvieron de Casal un compromiso de avanzar en su ejecución.
El día después del crimen de Laura Iglesias, ocurrido el 29 de mayo en Miramar, los trabajadores de ATE difundieron un comunicado en el que afirmaban: “Lo sucedido con el asesinato de nuestra compañera Laura Iglesias, en el marco del trabajo de campo, marca el final de la forma de trabajo que venimos desarrollando”.
“Laura Iglesias formó parte de un núcleo de Trabajadores Sociales que interpelaba la práctica instituida en el PLB como instrumento de políticas del Estado Penal y punitivo que está instalado en la Provincia de Buenos Aires. Como decíamos convencidos con Laura; más trabajo y menos balas, menos cárceles!!!”, expresaron los trabajadores.
Entre los reclamos consignados en el documento, exigieron la incorporación inmediata de personal (al menos, el doble del personal actual, especialmente abogados y psicólogos); recursos materiales reales e inmediatos; seguro de vida costeado por la patronal; lugares adecuados para la atención; y la creación de un dispositivo de contención en crisis.
“De continuar en las actuales condiciones, ni el trabajo del Patronato será adecuado a las necesidades de las personas liberadas, ni nosotros estaremos seguros y acompañados institucionalmente en el desarrollo de nuestras prácticas”, concluyó Barreto.
El crimen de Laura Iglesias
La trabajadora social vivía en Miramar. Su cuerpo, después de varias horas de búsqueda, fue hallado en el parque Bristol, a pocas cuadras del casco urbano de esa ciudad.
El 29 de mayo, durante su jornada laboral, Laura Iglesias se dirigía al domicilio de una persona condenada penalmente pero eximida de prisión. Durante el trayecto, su auto particular se detuvo por problemas mecánicos por lo que se dirigió a la casa de una amiga, cercana al lugar donde se había descompuesto su vehículo, para que la llevara hasta Mar del Plata y poder así cumplir con la cita laboral.
[pullquote]»Son habituales las denuncias de violencia que sufren las trabajadoras del Patronato de Liberados en toda la provincia de Buenos Aires. Lamentablemente esta situación podría haberse evitado», denunció en esa ocasión el secretario general de ATE regional, Carlos Díaz.[/pullquote]
Más tarde, de vuelta en Miramar, Iglesias se dirigió caminando hasta donde había quedado su auto estacionado. De ahí en más, nadie volvió a verla con vida. De acuerdo a la investigación penal, el responsable del homicidio habría sido un joven de 21 años, aunque todavía se indagan las circunstancias y motivos del crimen.
Al día siguiente del asesinato, los trabajadores del Patronato de Liberados de Mar del Plata iniciaron un paro por tiempo indeterminado – que finalmente fue por cuatro días- exigiendo el esclarecimiento del hecho y respuestas concretas e inmediatas a los reclamos del personal de la institución acerca de las condiciones laborales.