Policía letal
Tres jóvenes fueron asesinados por la policía federal la noche del 18 de marzo en la localidad de Morón. Las causas están caratuladas como robo calificado. Los fallecidos, en ambos casos, figuran como los victimarios. Las víctimas son los autores de estos asesinatos. Una fiscalía que retrasa la investigación de los hechos que involucran policías y jóvenes muertos.
ANDAR en Morón
(Agencia) Pablo Borja Ledesma tenía 18 años, era de nacionalidad paraguaya y se encontraba cursando 6to año en el colegio secundario San José de la localidad Libertad en Merlo. Integró un grupo que trabajó, junto a su profesor Marcos Azzi y sus compañeros, en una investigación sobre autoritarismo y democracia presentada en el marco del Programa Jóvenes y Memoria de la CPM.
Pablo fue asesinado el pasado 18 de marzo junto a su amigo Nicolás Romero, de 22 años. Los medios zonales dieron a conocer el episodio en las páginas policiales. A Pablo y a Nicolás (ambos de la localidad de Merlo) los ejecutó un policía federal en Morón (territorio provincial), en una situación de aparente asalto y tiroteo. A través de los testimonios de los familiares de Pablo, se supo que cada uno de los chicos tenía alrededor de diez impactos de bala en el cuerpo y que les resultan muy llamativas las circunstancias del hecho. Pablo era un joven que estudiaba y trabajaba, y para sus familiares y amigos no resulta creíble que se encontrara robando y portando armas de muy elevado calibre.
Esa misma noche, a Matías Zárate, de 25 años, también le arrebataron su vida. En el parque San Martín, de la localidad de Merlo, otro policía federal de civil en territorio provincial, en una situación confusa y argumentando “defensa propia”, disparó contra él. Matías murió en el instante.
Ambas causas tramitan ante la Unidad Fiscal Nº 5 de Morón, a cargo del fiscal Claudio Oviedo. La CPM, a través del Programa de Seguridad Democrática, solicitó que se respete la resolución 1390 que ordena que la policía no debe instruir la investigación cuando se hallen involucrados personal de las fuerzas de seguridad. Al intentar tomar vista con la causa de Pablo, a casi quince días de los hechos, la misma se encontraba aún en en manos de la Comisaría Nº 5 de Villa Sarmiento, Morón, para la realización del sumario.
Margarita Jarque, directora del Programa Litigio Estratégico de la CPM, analiza los tres hechos y reflexiona: “Las tres muertes se dan la misma noche en la misma zona. Es muy alarmante que en ambas circunstancias –en el asesinato de Nicolás y Pablo y en el caso de Matías- intervengan funcionarios de la Policía Federal en territorio de Buenos Aires, en aparente defensa propia, haciendo un uso letal de las armas que termina con la vida de las tres personas. Sabemos que para la Policía Federal es opcional la utilización de armas reglamentarias cuando están fuera de servicio, aunque no está prohibido que las usen. Es tan grande la impunidad que se sostiene que cualquier práctica por parte de la policía que esta fuera de servicio y en el caso de los federales, aun cuando no estén obligados a usar el arma, construye un entramado de impunidad tal que un policía puede disparar y matar directamente alegando ser víctima de hechos delictivos. La vida de alguien se va así, sin más; en general las vidas de los jóvenes pobres”.
Las causas están caratuladas como robo calificado. Los fallecidos, en ambos casos, figuran como los victimarios. Las víctimas son los autores de estos asesinatos. “Lo llamativo –agrega Jarque- es la falta de acción y celeridad de la fiscalía para investigar estos hechos que involucran policías y jóvenes muertos”.