En Bahía Blanca avanza el juicio «Armada»
Esta semana continúan las audiencias del juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos por 25 represores en jurisdicción de la Base Naval Puerto Belgrano. Las audiencias públicas son en Colón 80 de Bahía Blanca este lunes a las 16 y martes y miércoles a las 9.
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(Fm de la calle) A principios de mes un ex conscripto denunció el robo de un bebé nacido en cautiverio y otrxs testigos se refirieron a la desaparición de Cora Pioli. Además, declararon Marta Susana Martí sobre el secuestro de Gerardo Carcedo y Nélida Enriqueta Natalí, esposa del trabajador portuario Aníbal Marciani, cuyos dichos aquí se reseñan.
Marta Susana Martí, por videoconferencia desde Neuquén el miércoles 4 de febrero, habló sobre su futuro esposo y ex concejal del FREJULI, Gerardo Carcedo. Contó que el 17 de octubre de 1976, día de la Madre y de la Lealtad Peronista, Chiche fue secuestrado y nunca más lo volvió a ver.
Junto a su suegro, Martí se dirigió a la Brigada de Inteligencia donde no les tomaron la denuncia. Luego se la aceptaron en la Comisaría Primera. El comisario, a quien Marta conocía a través de su padre, hizo averiguaciones y comentó que a Carcedo se lo había llevado la Armada, y que el mismo día habían recibido treinta denuncias similares.
“Mi papá tenía una casita precaria en la calle Rincón al 300. Y un domingo cuando pasamos vimos que una ventana estaba abierta. El lunes traté de ver qué pasaba en la propiedad. Vino un primo, con el subjefe de la Federal. Cuando ingreso me encuentro con que habían hecho un pozo en el piso de la cocina de un metro de ancho por uno de profundidad. Cuando cerramos, notificamos a la policía lo que había pasado”, relató la testigo sobre este incidente previo al secuestro. Agregó que “en un momento determinado, mi suegro viaja a Algarrobo, su lugar de origen. Habían pasado quince días del secuestro. En ese momento le dicen que a Gerardo y a la novia los habían matado en un sótano de la calle Rincón”.
Martí hace referencia a María Josefina Errazu, secuestrada junto a Carcedo cuando salían de la confitería Qué de Colón al 200, quien declaró en noviembre ante el tribunal sin presencia de imputados, público ni prensa. Para la testigo, Errazu fue partícipe de la captura ilegal del concejal. “Yo me enteré que el mismo día que lo secuestraron a Chiche él estuvo en un negocio con María José, quien le pido que la acompañe a comprar cigarrillos y allí es cuando los secuestran. Chiche no comparte el mismo lugar de secuestro. A ella a los dos días la liberan. Después me entero que ella tuvo más de un intento de suicido, quizá por arrepentimiento. En ese viaje que hace el padre de Gerardo a Algarrobo también se entera que Errazu integraba reuniones cívico-militares que se producían en un campo”.
“Hasta el año 79, yo llamaba todos los días a la Base Puerto Belgrano. Una vez por semana iba para tratar de averiguar algo”, recordó Martí y detalló también sus gestiones ante el radical Ricardo Balbín. Durante una visita del almirante Massera a Bahía Blanca “pido una entrevista y no me la da. Él va a un desfile y cuando termina el acto me subí al palco y me puse atrás suyo y de Vañek y le dije a Massera que quería hablar con él. Se puso blanco, sentí que se iba a desmayar y ahí vi lo cobarde que era. Le dijo a Vañek que me atendiera”.
En marzo del 77 le comentó al vicealmirante Antonio Vañek que su suegro había recibido una llamada en la cual le daban los nombres de los secuestradores de Chiche. También le pidió recorrer la tercera y la quinta batería e Isla Verde “porque yo sabía que había secuestrados”.
“Isla Verde es un campo a la salida de Bahía Blanca, no sé si era copropiedad o propiedad de Juan Manuel Bordeu. Vañek me dijo que no podía ingresar a las Baterías porque era zona restringida, por más que fuera el jefe de Puerto Belgrano. Tiempo después me enteré que Vañek ordenó que sacaran a todos los secuestrados de la base, no sé si finalmente sucedió”, sostuvo.
Finalmente, manifestó que en una reunión en la casa del abogado Víctor Benamo conoció a “un gremialista que vivía enfrente de la casa de Chiche” y que este le dijo que a Carcedo lo habían matado el 22 de diciembre. “Después me enteré de que había sido 22 de noviembre”, precisó. El gremialista es París Senesi, quien obtuvo la información en conversaciones con el imputado Luis Ángel Bustos, tal como relató ante el tribunal en noviembre.
Del puerto al buque
Nélida Enriqueta Natalí relató que su esposo, el trabajador portuario Aníbal Marciani, un día volvió del puerto y le pidió que no se preocupe ni se asuste pero que se lo iban a llevar. “Un conocido de Prefectura le dijo que lo habían llevado en un camión”.
“Al mediodía una vecina me pregunta por él, por miedo le dije que estaba trabajando. Al rato vino el hijo de la señora y me pregunta por Aníbal. A la tardecita mi cuñada y mi papá me preguntan por él, ellos sabían que se lo habían llevado”, agregó.
Los días pasaron -“calculo unos diez o quince, era larguísimo ese tiempo, parecían interminables-, la mujer no hizo ninguna gestión “por miedo”, y Marciani volvió. “Lo único que comentó fue que lo llevaron a un barco, el hizo el servicio militar en Punta Alta y conocía todo eso. ‘Me llevaron a un calabozo, cuando me daban la comida me tenía que encapuchar si no se encapuchaba el conscripto. Se sentían ruidos, gritos’, me dijo. Cuando lo soltaron le dijeron que tenían la dirección de toda su familia, que tenga cuidado con lo que hacía y hablaba. Nunca más volvimos al tema ese…”.
Natalí explicó que su compañero era afiliado al sindicato portuario (SUPA) y “le gustaba el peronismo”. “Era una persona que siempre estaba sonriendo, que cantaba. De a poco fue cambiándole el carácter y haciéndoselo insoportable. No volvió al puerto, siguió viviendo de changas, embarcado, pescando”, concluyó la testigo.