LA INVESTIGACIÓN DEL NAUFRAGIO 2A, un libro imprescindible para los platenses
Al calor del día y del público amigo que acompañó, se presentó el libro “2A, el naufragio de La Plata” en el colorido centro cultural Lucamba del barrio El mondongo y con las fotos de la tragedia de fondo. Integrantes de asambleas vecinales, periodistas de diversos medios de la ciudad y algunos pocos referentes políticos, compartieron la charla que dieron los autores del libro -los periodistas Martín Soler y Josefina López Mac Kenzie- el ilustrador Juan Bértola, la diagramadora Julia Gouffier, el editor Daniel Badenes y el autor del prólogo Pablo Spinelli.
ANDAR en las inundaciones
(Agencia) Cualquiera que haya estado en La Plata entre el 2 y el 3 de abril de 2013 sabe -y sobre todo siente en el cuerpo- lo vivido esos días y los días posteriores. Los que vivieron lo más profundo de la tragedia con la pérdida de un familiar o un amigo, los que pasaron la noche adentro de un auto que se bamboleaba en el agua, o refugiado en algún lugar en la altura para no ahogarse; los que perdieron todo saben.
Sin luz, sin televisor, sin radio, sin computadoras, sin Internet, sin redacciones, sin información. Y la incredulidad ante los primeros números de la tragedia: más de 20 muertos al principio, una cifra que crecía, la posibilidad de que fueran muchos más. Después el volver a empezar, reconstruir pedacitos de historias y de vidas. Y la incredulidad ante las cifras oficiales de la tragedia.
[pullquote]Todos los que vivieron en La Plata esos días, saben. Pero quieren saber más: para ellos nació este libro[/pullquote]
Todos los que vivieron en La Plata esos días saben. Pero quieren saber más: cuántos fueron los muertos realmente, qué no se hizo pero se pudo haber hecho para hacer frente a una lluvia extraordinaria, qué no se previó de antemano para que no muriera gente.
Para todos aquellos que lo vivieron pero siguen buscando explicaciones, nació este libro, 2A, el naufragio de La Plata. Una investigación minuciosa y obsesiva de los periodistas platenses Josefina López Mac Kenzie (La Pulseada) y Martín Soler (Diagonales). Ellos “no se inundaron”, como fue la frase obligada de esos días, pero vivieron la tragedia de cerca, acompañaron desde el comienzo a las víctimas, se metieron en los laberintos judiciales de las investigaciones, en la puerta de una morgue que fue opaca, en los barrios que esperaban la ayuda.
El libro por dentro
Este libro nació con la testarudez propia de quienes buscan la verdad, y encontró en la revista La Pulseada –la que fundó hace ya 12 años el Padre Carlos Cajade- el mejor lugar para editarlo. Daniel Badenes, director de la revista y editor del libro, abrió diciendo que “éste es el primer libro periodístico sobre la inundación, y nos parece importante destacarlo porque el 2 de abril de 2013 también marcó un antes y un después para el periodismo de La Plata”, y explicó “son acontecimientos que ponen sobre la mesa que el periodismo y los medios tienen intereses y la sociedad empieza a discutir el rol que eso juega en determinados acontecimientos sociales y políticos; es un antes y un después no sólo por lo que puso de manifiesto de algunos medios comerciales sino también por la labor destacada y elogiable de algunos medios y algunos periodistas de los medios comunitarios que dieron referencias en esos días y también de algunos periodistas comprometidos”. Entre los periodistas destacados, claro, ubica a los autores de este libro, que fueron algunos de los que siguieron manteniendo el tema cuando ya había comenzado a desaparecer de los medios locales y nacionales.
El 4 de abril –sólo dos días después de la lluvia- Josefina y Laureano Barrera publicaron en la web de La Pulseada un artículo que se titulaba “Hermetismo en la morgue judicial” que en esos días cosechó más de 10 mil visitas, dando cuenta de la necesidad que había de informarse sobre lo que estaba ocurriendo. En la revista se publicaron más de 100 artículos a lo largo de un año. Pero, -aclara el editor del libro- “2 A no es la síntesis de ese trabajo de La Pulseada sino una investigación periodística propia, inédita hasta hoy, que hicieron dos periodistas en conjunto”. Badenes concluyó destacando el orgullo que representa para la revista esta publicación: “un trabajo periodístico enorme que indaga en todos los poderes públicos sin concesiones, y también en el rol de las empresas privadas, de salud, de servicios públicos, de las funerarias, de algunas patronales; es un enorme trabajo de fuentes, que logra armar una base de datos propia; comprometida con las víctimas”.
Pablo Spinelli -editor de Diagonales y quien prologa el libro- contó los pormenores de cuando los autores comenzaron a gestarlo. Diagonales fue uno de los diarios que le dio una amplia cobertura el primer tiempo, y fue desde ahí que intercambiaban información y preguntas con Josefina. “El libro aborda múltiples aristas de lo que pasó, pero el tema de los muertos de la inundación fue como la génesis del libro”, destacó Spinelli. “El libro no le esquiva el cuerpo a nada de lo que tenía que abordar, pregunta donde tiene que preguntar, recoge silencios o respuestas más o menos vagas; es un libro que se compromete con la crítica cuando tiene que hacerlo”. Para concluir, el editor de Diagonales planteó que “es un libro que toma riesgos; Martín y Josefina tuvieron una cuota de coraje para enfrentar ciertos temas más allá de las consecuencias que pudiera traerles. En tiempos en que el concepto de periodismo independiente aparece y se discute, yo no creo que este libro sea un producto del periodismo independiente –porque me parece que tal cosa no existe- pero sí creo que es un acto de resistencia: ellos nos representan a muchos de los periodistas que desde donde estuvimos y hasta donde pudimos intentamos que el silencio que se intentó imponer no sea tan silencioso”, finalizó.
[pullquote]El libro pregunta donde tiene que preguntar, recoge silencios o respuestas, toma riesgos[/pullquote]
“Cuando alguien te dice que salió nadando de su casa, que no pudo llegar a determinado lugar o que se ahogó o electrocutó un hijo o un padre; o que la persona que tenía al lado se agarró de un lugar pero igual se lo llevó el agua y que se murió…es difícil de imaginar, para mí sigue siendo difícil”, comenzó diciendo Josefina López Mc Kenzie visiblemente emocionada. La autora del libro explicó algunos de los puntos neurálgicos que abordaron, como el tema de las muertes. “Pero sobre todo qué se hizo con eso, qué se dijo con eso, qué se sabía cuando se decía algo y qué se calló”, resumió. “Yo no sé si el periodismo es capaz de abordar algo como lo que pasó porque realmente fue una tragedia con un montón de componentes desde lo político, que tienen que ver con la mentira, con la traición, con la muerte…quizás haya otros géneros más apropiados para dar cuenta de esto. Nosotros lo hicimos con lo que hacemos que es desde el periodismo”, reflexionó.
También era difícil en esos días separar la paja del trigo y ser capaz de analizar la información que recibían. “Había mucha información dando vueltas; todo parecía ser posible”, cuenta la autora, “había muchas tensiones adentro del ambiente periodístico sobre si había que dar cuenta de las cifras de muertes que se manejaban o no, si era sumarse a un clima que no era conveniente; y había una evidencia también de que no podía ser que hubiera sólo 25 muertos después de lo que había pasado”. Las dificultades para el acceso a la información también es un tópico que aborda el libro: “Hubo distintos momentos por parte del poder político, de apertura, de cierre de información o de filtrar determinadas cosas, y eso me resultó particularmente interesante en todo este proceso”, remarcó. El año electoral le aportó mayor complejidad al análisis de la información que circulaba. Para finalizar, Josefina le dedicó el libro a todos aquellos que perdieron un ser querido y confiaron en ellos para contarles su historia: “A esas personas, como Sofía, Fabricio, Marcelo, les agradezco por haber venido pero sobre todo por haber hablado con nosotros”, remarcó.
La obsesión y el recelo por la información que iban incorporando –además de la responsabilidad que significaba en ese contexto- la describió el otro autor del libro, Martín Soler: “nos dimos una forma de trabajo de manera encriptada. No queríamos que la información se filtre, que algún dato pudiera ser malinterpretado o manipulado, y el trabajo se basó en la confianza mutua”, detalló. Martín describe la investigación como un trabajo arduo, puntilloso, a contraturno, “para dar o contar otra versión, amplificada, con otros actores, otras voces, otros datos, de lo que sería instalar desde los medios masivos de comunicación”. También habló del motor que lo embarcó en la escritura del libro que se aceleraba en la medida que el tema iba desapareciendo de los medios. Y la dedicación excluyente fue para las víctimas, “para que encuentren algunas de las respuestas que están buscando, que el estado no les dio y que la justicia tampoco les está dando en parte”.
El libro por fuera
El primer contacto con el libro es fuerte, llamativo, dramático. La tapa y contratapa –y más tarde se comprueba que también las solapas que abiertas forman una imagen circular que no termina nunca – están completamente cubiertas por grabados en blanco y negro que dan cuenta de todas esas aristas que el libro aborda desde la investigación. En algunos lugares, el rojo se cuela entre los dibujos, y en sobrerelieve, “con un efecto húmedo” sobresale el 2 A que lleva el título. El artista responsable es Juan Bértola, que trabajó en los inicios de La Pulseada y que a partir de la convocatoria de Daniel Badenes volvió a sumarse para contar la tragedia: “me iba a costar encontrar una síntesis…de hecho no la logré”, dice entre risas- “pero le encontramos la aplicación gráfica a esto dándole toda la vuelta al libro, porque necesitaba metros y metros de trabajo para representarlo”, reflexiona, y agradece a la diseñadora Julia Gouffier, responsable del trabajo final de arte y de diagramación, “que hace posible que finalmente brillemos todos”.
La charla cerró entre aplausos y saludos, con la confraternidad que da el haber vivido una experiencia límite con otros. Y mientras 2 A se torna un libro imprescindible para todos aquellos que lo vivieron, resuenan las palabras de Martín “Les dedico el libro a los que perdieron todo y sin embargo fueron capaces de levantarse y reclamarle al estado memoria, verdad y justicia. Que es en definitiva lo que nos va a llevar a atender en parte qué es lo que pasó y encontrar a los responsables de semejante tragedia”.