ENTREVISTA A ANA ISABEL MACHADO “Vos lo único que pedís es verdad, es justicia”
Un diálogo con una mujer que estuvo 10 años presa en el penal de Ezeiza y terminó siendo absuelta. El viernes presentó, junto a otras compañeras, una serie de cortos audiovisuales que realizaron durante el encierro intentando mostrar cómo era esa vida detenida.
ANDAR en Ezeiza
(Agencia) Ana Isabel Machado tiene 52 años. Vive en Ezeiza, en la misma localidad donde estuvo encerrada durante 10 años. Su marido y su hijo también tuvieron perpetua en la sentencia. Ahora su marido está libre y su hijo continúa preso. “Ese no es un lugar para llevar a los chicos”, dice sobre el penal 4 de Ezeiza que le quitó la posibilidad de ver crecer a sus hijos, que tenían 3 y 7 años cuando se la llevaron de la quinta que cuidaban en familia.
“Somos inocentes, lo que pasa es que la causa fue muy política y muy emblemática”, señala para describir su suerte y aclara que “esto le pasa a mucha gente acá adentro, no soy sólo yo”.
¿Por qué?
Tuvimos una causa medio política, medio emblemática, la cual no fue investigada. No fue investigada porque era una causa bastante… que a nadie le importó saber quién había sido el culpable. Lo más fácil fue dejar a la gente pobre, que no tenía recursos económicos ni políticos. Entonces ¿para qué investigar si ya tenían 4 personas detenidas? Así se cerró la causa.
La causa de nosotros fue la de un nene. Nosotros vivíamos en una quinta, éramos encargados. No sé cómo fue que apareció ahí el nene, si lo llevaron, no sé. Apareció en el lugar, la quinta no era nuestra, nosotros éramos caseros. Lo habían tirado ahí, no supimos nunca cómo fue porque de la causa no se supo mucho tampoco. El tema es que como lo encontraron ahí, nos llevaron a todos nosotros que éramos una familia. No investigaron si había sido otra persona que había entrado a la quinta, porque tenía muchos espacios para entrar y salir.
[pullquote]Lo más fácil fue culpar a la gente pobre, que no tenía recursos. Nunca se investigó nada. Fuimos condenados solamente por la sociedad. Desde que nos detuvieron ahí ya estábamos condenados.[/pullquote]
Eso fue acá en Ezeiza. Nosotros seguimos igual acá viviendo. Nosotros seguimos apelando, apelando, nosotros tuvimos la nulidad a la primera vez de la causa. En primera instancia. El juez de Lomas apeló esa nulidad y seguimos detenidos, seguimos apelando a todos lados. Años, hasta llegar a un (juicio) oral. El oral fue allá en La Plata en el 2008. Por ser una causa grave, emblemática, fuimos condenados todos a prisión perpetua. Los 4. Seguimos apelando. Yo, mi marido, mi hijo y otro vecino de al lado que era de otra quinta. Casación demoró 4 años esa apelación; 4 años estuvimos esperando que Casación nos conteste. En diciembre de 2012 a mi marido lo absuelven. Imaginate que estuvo 8 años en prisión, 8 años estuvieron para absolverlo. A mí me dejaron 10 años, porque como la causa era así complicada los jueces no se animaron a absolver a todos. Si no se les iba a hacer un lío, imaginate. El 1 de marzo de 2013 salí en libertad. Ahora estamos esperando la Suprema Corte a ver si sacan a mi hijo.
Siempre estuvo en el medio la política, los medios diciendo mentiras, lo que les parecía, lo que inventaban, pero nunca buscando la verdad de esto. Nunca se investigó nada. Porque en realidad nosotros no tuvimos ADN, no tuvimos nunca ni una prueba nuestra. Fuimos condenados solamente por la sociedad. Desde que nos detuvieron ya ahí estábamos condenados.
Ana Isabel conoció en el penal a Camila Donata Ciccone, una tallerista, en 2012. “En el taller éramos siete, íbamos los martes, creo, una hora a hacer videos pero también tomábamos mates, comíamos y hablábamos de lo que nos pasaba ahí adentro”. Las producciones que realizaron en ese momento y que muestran sus vidas en encierro serán exhibidas este viernes 5 a las 19 horas en el Museo de Arte de la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires.
¿Cómo fue la experiencia del taller? ¿Qué quisieron contar?
En 2012 hicimos todo el curso, todo el año. Íbamos una vez a la semana. Los martes. En el SUM. Siete mujeres. Una hora duraba. Era muy costoso para la pobre Camila, porque por ahí necesitábamos salir a un patio. Necesitábamos ciertas cosas y la policía no nos daba la oportunidad. La policía no quiere trabajar, se niega a todo. Camila, que fue la profesora de nosotras, nos dio la oportunidad de expresar en ese momento lo que podíamos… que era pensar el futuro en el que podíamos salir algún día. Y mostrar lo que pasó con las familias de cada una de nosotras.
¿Cómo hicieron para elegir lo temas que iban a trabajar?
Camila nos preguntaba qué era lo que queríamos hacer. Incluso los nombres los elegimos nosotras. Los pensábamos, lo estudiábamos, comentábamos qué teníamos que hacer y opinábamos.
Nosotras queríamos expresar lo que era vivir ahí adentro, cuando sos inocente en prisión, lo que vos pasás. Que a nadie le importan tus hijos que quedaron chiquitos, que se van criando sin vos. Mis nenes eran muy chiquititos cuando me detuvieron. No sólo a mí sino a toda mi familia. Mi nena tenía 3 añitos, el que le seguía tenía 7, así que eran re chiquititos. Fueron creciendo con la hermana, porque ellos se quedaron con mi hija mayor. A mí me nació un nieto y no lo conocí porque no permitían que mi hija fuera al penal a llevar a los chicos, porque imaginate que no es un lugar para que vos hagas ir a tus hijos. Por ahí lloran porque quieren que vos te vengas con ellos. Hay cosas que vos a los chicos no le podés explicar.
¿Y los cortos cómo lo filmaron?
El corto lo hicimos así, pensando en cómo es el sistema, la maldad, la justicia. Porque por ahí hay mucha gente adentro de las cárceles que está en la misma situación, no es que soy sólo yo. Yo sé lo que soy, y sé que mi familia también es inocente y que pagamos muchos años una causa que no era nuestra. Hay mucha gente que no debería estar ahí adentro. Yo viví eso… hoy por hoy te puedo decir que hay más gente más mala afuera que ahí adentro.
Ahí adentro no se aprende nada, vos sos como sos: entrás como sos y salís como sos. Lo único que aprendí mucho es sobre lo que es el sistema judicial, lo que es la justicia, porque por ahí antes yo pensaba que el que estaba adentro no servía para nada, y entonces ahora te das cuenta de que no es tan así. Antes pensaba: el que está en la cárcel que se pudra, a mí que me importa. Ahora yo he ido a visitar a mis compañeras. Hay gente que tiene que estar y hay gente que no tiene que estar, pero la justicia ¿qué hace? pone a todos en la misma bolsa.
[pullquote]El sistema no ampara a nadie. Al revés, lo margina cada vez más. Llenan las cárceles de gente marginada[/pullquote]
Porque hay gente que necesita de una ayuda que no la tiene porque no tiene qué comer, no tiene casa, no tiene familia o que no sabe hacer otra cosa. Distinto nosotros que somos de trabajo, que salimos a buscarla todos los días; siempre lo hicimos. Entonces salimos y buscamos la oportunidad. El sistema no ampara a nadie. Al revés, lo margina cada vez más. Llenan las cárceles de gente marginada; que no se recupera esa gente. Yo por lo menos estudié, yo hice el secundario, hice cursos de fotografía, de computación. La gente que vive de otra forma no le interesa estudiar, ni siquiera trabajar. Están ahí y para ellos ahí es como un hotel donde descansan, engordan, después salen afuera y tienen que volver al mismo lugar. Es muy triste. Tendría que haber una organización para que toda esta gente pudiera tener un trabajo, juntarse con sus hijos.
¿Y que veían para el futuro?
No veíamos nada. Veíamos todo negro. Nunca sabés con qué te va a salir la justicia. Es como un ta-te-tí. Porque si vos vas legalmente por tus papeles, sabés que tenés que salir pero nunca sabés lo que va a pasar. A ellos no les importa, cuando estás ahí adentro vos sos un número.
Igual ahí adentro en el 2010 después del juicio yo me puse a escribir un libro. Todavía no lo terminé porque estoy esperando que salga mi hijo para poder cerrarlo. En realidad estaba esperando que salgamos todos en Casación pero como no salimos todos, fue una libertad a medias porque quedó él adentro. Como ahora hay que esperar esta otra instancia que no sabemos si será para ahora o para el año que viene. Ojalá que sea para ahora, para ya.
¿Ustedes se imaginaban que iban a poder mostrar los videos que hicieron?
Siempre lo pensábamos. Era la idea. Que lo íbamos a poder mostrar. Pero claro hay muchas chicas que se han ido, son de lejos, y uno pierde un poco el contacto pero queríamos demostrar que un día íbamos a salir. Algunas teníamos bien la cabeza, y otros no la podían tener bien. Hay gente que no puede tener la fortaleza. Hay gente que sale y se ha muerto. Es una carga muy pesada.
Cuando vos estas ahí, sentís que sos inocente, que estás pagando por algo ajeno, que nadie se preocupa por buscar la verdad. Vos lo único que pedís es verdad, es justicia. Entonces estar ahí adentro es más duro todavía.