LA CPM ENTREGA A LAS FAMILIAS LOS LEGAJOS DEL FONDO DOCUMENTAL DIPPBA 50 años de la masacre de Trelew: los informes de inteligencia y el espionaje a las familias de las víctimas y sobrevivientes
El 22 de agosto de 1972, en la base Almirante Zar de Trelew, efectivos de la Armada Argentina acribillaron a 19 presos políticos y sólo tres sobrevivieron. Los 19 habían sido recapturados tras la fuga del penal de Rawson ocurrida una semana antes. A 50 años de los fusilamientos, la Comisión Provincial por la Memoria le entregó a la Asociación de familiares de la masacre de Trelew los informes de inteligencia realizados por la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y del Servicio de Inteligencia de Prefectura Zona Mar Argentino Norte, que tiene bajo su custodia. Son más de 1500 fojas con un minucioso registro de los hechos y el control y espionaje a las familias de las víctimas y sobreviviente, y el relevamiento de los funerales y actos homenajes a los presos políticos.
ANDAR entre Archivos
(Agencia Andar) Algunos meses atrás, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y la Asociación de familiares de la masacre de Trelew se juntaron para trabajar en la entrega de documentación del archivo de la DIPPBA con motivo de cumplirse 50 años de los fusilamientos. Fueron las familias quienes, además, decidieron autorizar la apertura de la información para el acceso y publicación sin restricciones. “Para los y las familiares la apertura y puesta al acceso se convierte en un acto reparatorio y reinvindicativo de historias personales y colectivas signadas por la lucha y la violencia estatal”, señaló la CPM.
“Me arriesgo a decir que es la postura que tenemos todos los familiares, la de reivindicar la vida de nuestros compañeros. Es una tarea que hacemos hace muchos años, vamos a las escuelas, reivindicamos la figura de nuestros amados y amadas a través de su militancia”, agregó Hilda Bonardi, compañera de Humberto Toschi.
La CPM hará entrega de los documentos de inteligencia este lunes durante el acto homenaje a 50 años de los hechos que se realiza en el Centro cultural por la memoria: viejo aeropuerto de Trelew. El informe está integrado por documentación del fondo DIPPBA, que la CPM gestiona desde el 2001, y de la Sección Informaciones Zona Mar Argentino Norte del Servicio de Inteligencia de Prefectura, que fuera cedido para su guarda en 2009 por la Fiscalía General de Bahía Blanca.
La Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos (DIPPBA) registró los sucesos de Trelew en el legajo 383 de la Mesa Delincuente Subversivo D”(s)”, que se inicia con una notificación del Servicio de Inteligencia de la Armada del 26 de julio de 1972 informando a la Comunidad Informativa (que agrupaba a todos los sistemas y agencias de las fuerzas armadas y de seguridad) advirtiendo sobre el posible asalto al penal de Rawson por parte de “elementos terroristas” procedentes de Córdoba, y que se estarían agrupando en la zona de Carmen de Patagones, San Antonio Oeste y Comodoro Rivadavia. A partir de esa advertencia se despliega por parte de la DIPPBA y otros servicios de inteligencia un trabajo de inteligencia que no arroja resultados. El último de esos reportes es del 31 de julio.
El legajo se actualiza el 15 de agosto con el parte 1778 de Seguridad Federal que alerta a la Comunidad Informativa sobre la fuga del penal consignando los nombres de quienes lograron tomar el avión de la compañía Austral, las características de la rendición y el traslado de las 19 personas a la Base Naval Almirante Zar.
A partir de ese momento se desata una febril actividad de vigilancia y persecución: controles en las rutas, requisa de autos, secuestro de armas; seguimiento a familiares de las víctimas, periodistas, al equipo de profesionales involucrados en la situación legal de los y las detenidas, a representantes de partidos políticos que se dirigen a Trelew, a vecinos de la ciudad de Rawson; control de vuelos y nómina de pasajeros.
Las acciones de inteligencia se agudizan una vez ocurridos los fusilamientos. El parte 759 proveniente del Servicio de Inteligencia Naval enuncia que “A 0300 horas ante un intento de fuga de extremistas detenidos en la Base Aeronaval Trelew se produjo represión con saldo de trece muertos y seis heridos”.
Desde el primer momento, los documentos de los servicios de inteligencia recogen la versión del intento de fuga, desmentida luego por el testimonio de quienes sobrevivieron: el 22 de agosto, las y los presos políticos fueron despertados de sus celdas en la madrugada, obligados a formar una fila y, en ese estado de indefensión, fueron ametrallados. Sólo sobrevivieron María Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo René Haidar. Los tres serían víctimas del terrorismo de Estado implementado por las Fuerzas Armadas a partir del 24 de marzo de 1976: Camps fue asesinado en agosto de 1977, Berger secuestrada en 1979 y Haidar en 1982, en Brasil.
La documentación del Fondo de la Sección Informaciones Zona Mar Argentino Norte reflejan el intento por convalidar la versión de un nuevo intento de fuga; sin embargo, las contradicciones en los mismos documentos evidencian la precariedad de ese relato.
El Memorando N° 36-“R”/72 dirigido al Prefecto Zona del Atlántico y firmado por el Jefe Prefectura Puerto Madryn Luis Rocca dice que “que en el intento [de fuga] resultó herido un Capitán de Infantería de Marina de apellido Sosa”. Nunca constó que el Capitán Sosa haya sido realmente herido.
El informe reservado con fecha del 25 de agosto de 1972 y firmado por el Capitán Eduardo M. Girling explica refiriéndose al origen de los fusilamientos: “Pujadas dispara el arma contra uno de los tres hombres –se refiere al Jefe de turno que es el Capitán Sosa y a otros dos “hombres armados” – dotado con pistola ametralladora, no dando en el blanco” (…) “Pujadas alcanza a hacer otro disparo que tampoco da en el blanco (pega en una puerta), al tiempo que el Jefe de turno consigue desprenderse y echarse al suelo. Los reclusos, en franco tren de evasión, se abalanzan sobre el personal militar, lo que motiva la inmediata respuesta de los otros dos hombres armados”. En cambio el Memorando del 22 de agosto de 1972 informa que “al conseguir zafarse el Jefe de turno es herido por los extremistas”. En este relato ya no es solamente Pujadas el que hiere a Sosa sino que sin especificar se inculpa a otras personas. En ese mismo sentido otro documento señala que ya no son dos disparos de Pujadas sino que se originó un “intenso tiroteo con la guardia a raíz del cual resultaron muertos 13 quedando heridos los restantes”. Queda sellado en los documentos el intento por fijar la teoría del intenso tiroteo para justificar el fusilamiento.
La documentación junto a un informe fue presentada por la CPM, en calidad de perita experta, a la justicia en el año 2010 en el marco de la causa por la masacre de Trelew. En octubre de 2012, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia dictó sentencia y le impuso la pena de prisión perpetua a los capitanes Emilio del Real y Luis Emilio Sosa y al ex cabo Carlos Marandino como responsables del fusilamiento de 19 presos políticos. En agosto de este año, el ex marino Roberto Bravo fue condenado en un juicio civil en Estados Unidos por estos crímenes; la justicia norteamericana rechazó en dos oportunidades su extradición.
Operación retorno
Pocos días después de los fusilamientos, las agencias de inteligencia se ponen en alerta por la posible vuelta de los militantes que lograron salir del país tras la fuga del 15 de agosto. “Investigación sobre posible reingreso de exiliados en Cuba (Extremistas Fugados de la Cárcel de Trelew)” es el asunto que se lee en la portada del legajo 551 de la Mesa D“(s)”, Carpeta, Varios.
El legajo se inicia con un informe del 14 de septiembre de 1972, que elaboró la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) con el objetivo de “detectar la eventual colaboración y/o apoyo al posible reingreso al país de los diez (10) extremistas actualmente exiliados a Cuba”. Para ello se dispuso “someter a control” a una nómina de personas, la mayoría de ellos son familiares de las víctimas de la masacre.
La SIDE lo denomina “Operación regreso” e incluye un listado de 50 personas que debían ser vigiladas. Para cumplir con la tarea estable que, por razones de jurisdicción, “se han repartido los blancos entre la SIDE, SIPBA, Batallón ICIA Mil 601 y Seguridad Federal”. Todos los resultados debían ser comunicados a SIDE.
Mediante un memorando del 20 de septiembre de 1972, la DIPPBA comparte esta misión con las delegaciones Lanús, Tigre, San Nicolás y la sección Búsqueda, y les asigna el control durante 45 días sobre cinco domicilios de La Plata, Lomas de Zamora, Bella Vista, Pergamino y San Nicolás.
Con el correr de los días, los agentes de inteligencia comienzan a reportar a la sede central el resultado de la vigilancia: en estos documentos se describen las casas, los vehículos, movimientos y las visitas que reciben. La actividad de inteligencia incluía también el control sobre la correspondencia. En uno de los informes se lee: «[…] se estableció que no han recibido cartas de Cuba, por lo menos no de forma directa”.
En un memorando del 13 de noviembre de 1972, la DIPPBA remite un informe al jefe de la SIDE sobre el resultado de las acciones de inteligencia desplegadas: “[…] en todas las localidades donde se ha puesto en práctica este operativo de control no se han detectado movimientos de personas y/o actividades que sugieran la posibilidad de un próximo regreso de los extremistas prófugos”.
Sin embargo, luego de aquella primera orden, desde la sede central de la DIPPBA emana un nueva directiva para “continuar e intensificar el control” sobre las familias de María Antonia Berger, Rubén Pedro Bonet y la familia de uno de los presos políticos que logró fugarse de la cárcel el 15 de agosto. Con esa orden, que aclaraba que el control debía seguir hasta nuevo aviso, se cierra el legajo sin que se incluyan nuevos informes.
El control a las familias fue una de las tantas acciones de inteligencia desplegadas en los días posteriores a los fusilamientos. En ese tiempo la DIPPBA registró minuciosamente los arreglos funerarios y las rápidas expresiones de solidaridad con las víctimas, las acciones de homenaje convocadas por sectores políticos y estudiantiles. Esa actividad continuó durante los años siguientes. El legajo 383 de la Mesa Delincuente Subversivo D“(s)” llega hasta 1974 y contiene más de 1.500 fojas repartidas en cinco tomos.
Parte de los documentos que conforman el fondo documental de la DIPPBA son aquellos producidos por la sociedad vigilada. En ese sentido la DIPPBA registró con gran recelo toda actividad panfletaria en repudio a la “masacre de Trelew”. Decenas de volantes y panfletos –impresos en mimeógrafos o imprentas, elaborados a mano alzada; con marcas de pisadas por haber sido levantado de la vía pública; rasgados por haber sido arrancados de las paredes; o con rastros de dispositivo lanza panfletos– se encuentran conservados en este legajo. Cuando los testimonios de los/las sobrevivientes comienzan a incluirse en diferentes publicaciones, se establece un dispositivo de inteligencia para interceptarlos y analizar sus modos de difusión.
A 50 años de los fusilamientos, también compartimos la selección documental de los volantes y panfletos registrados por la DIPPBA: https://www.comisionporlamemoria.org/archivo/2022/08/16/50-anios-de-la-masacre-de-trelew/